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Economía

Greenhouse se despide: 'ya no somos diferentes' (galería)

El restaurante Greenhouse, ubicado en la esquina de la avenida Ashford y calle Condado, cerrará sus puertas el próximo domingo, 42 años despues de que abriera sus puertas por primera vez al público.

Con 83 años, Mario Lauria sale al portal y saluda en inglés. El dueño del restaurante fundado en 1973 dice que está cansado y que el próximo paso es retirarse.

Puerto Rico ya no es un buen lugar para hacer negocios, opina Lauria, quien nació en Argentina y vivió muchos años en Nueva York. Por un lado, la crisis económica pone más tímidos los bolsillos de puertorriqueños 'que si antes estaban apretados, ahora con el nuevo impuesto están más asustados', dice. Por otro lado, dice que hay menos turistas, aunque no sabe por qué, especula que quizás Puerto Rico no sabe venderse como un lugar turístico.

Lauria recuerda con un atisbo de sonrisa el tiempo en que Greenhouse era el sitio 'in'. Durante los últimos años, fue espectador de cómo su clientela se fue reduciendo, los consumidores regulares fueron desapareciendo y el sitio, que durante un tiempo abría las 24 horas del día juntando a clientes locales y turistas, se vio cada vez con más mesas vacías durante las horas de servicio.

'Quizás se pusieron viejos, quizás se aburrieron, la comida puede que esté 'a veces más, a veces menos', pero no es la comida. La comida es secundaria. Lo más importante es la imagen, lo que queda en la mente de las personas', asegura Lauria.

Tubos blancos descascarados a modo de columnas, sillas plásticas con mesas de patio y un suelo de cemento forman el portal de entrada al restaurante Greenhouse, coronado por una carpa amarilla en la que se alterna el nombre del restaurante con el logo de Medalla Light.

Dentro, al restaurante lo caracteriza los grandes ventanales que sirven de pared para casi la mitad del local, a través de la cual se cuela la luz natural del mediodía en Condado. Los especiales del día están escritos en inglés con marcador en una pizarra blanca. Pequeñas luces de navidad cuelgan. En el segundo salón del restaurante, unos grandes espejos acompañan las mesas mientras en la televisión suena un programa local.

'Aparte de la economía, a lo mejor no se han hecho los cambios que se deben hacer frente a las oportunidades competitivas nuevas que existen. Remodelar, traer otro menú, hacer cambios. Pero para eso un dueño tiene que estar dispuesto a invertir y tener ganas de hacerlo', dice Ángel Sánchez, mesero y supervisor que cuenta con 26 años de trabajo en Greenhouse. Intenta explicar el motivo para la pérdida de clientela.

El empleado, quien nació hace 55 años en República Dominicana, admite que ahora resta un poco la incertidumbre y que se pondrá a buscar trabajo enseguida que cierre este capítulo en su vida. 'Son muchos años de estar empleado en este negocio, pero esperamos que como se cierra esta puerta se abra otra, por eso invito a mis compañeros a que reaccionen positivamente en ese sentido', expuso.

Sin embargo, su compañero Ángel Luis Mercedes, quien lleva 16 años trabajando en Greenhouse, criticó el trato final. Un bono de $300 y el cobro de las vacaciones acumuladas es el último cheque que recibirán los empleados.

'Si yo hubiese cogido mis vacaciones el mes pasado, como pensaba, me hubiese ido con las manos vacías', dice con los ojos bien abiertos. 'Dieciséis años y me voy con $4,000, y de ahí, pa'l desempleo', se despide.

Hace dos semanas, Lauria informó la decisión a sus empleados, quienes entrarán a las filas del desempleo. Se limita a mencionar que tomaron la noticia con tristeza, porque a nadie le gusta quedarse sin trabajo.

En cuanto a la poca clientela regular que queda, después de que poco a poco fueradisipándose, Lauria admite que no dijeron nada específico cuando recibieron la noticia. 'Quizás lo lamentan pero no mostraron nada. Bueno, la gente ya no muestra sus sentimientos nunca', reflexiona.

Luego de cuatro décadas, a punto de cerrar su proyecto de vida y adentrarse a los años de retiro, sentado en el portal de su restaurante, Lauria se dirige a las nuevas generaciones que se abren paso en la industria gastronómica.

'Tienes que ser diferente, original y bueno en todo el sentido, la comida, el servicio, el precio, pero por sobre todo, tiene que ser diferente. Por eso es que este lugar tuvo éxito, porque éramos diferentes', dice. 'Pero ya no somos diferentes', termina.

   

El restaurante Greenhouse cierra sus puertas mañana. (Gabriela Saker para NotiCel)
Foto:
El restaurante Greenhouse cierra sus puertas mañana. (Gabriela Saker para NotiCel)
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El restaurante Greenhouse cierra sus puertas mañana. (Gabriela Saker para NotiCel)
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El restaurante Greenhouse cierra sus puertas mañana. (Gabriela Saker para NotiCel)
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El restaurante Greenhouse cierra sus puertas mañana. (Gabriela Saker para NotiCel)
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