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SAN JUAN WEATHER
Educación

Estudiantes de educación especial chocan con la muralla del sistema

Lo que existe es la desconfianza. Pese a que existen programas federales, leyes que protegen los derechos de estudiantes de diversidad funcional en su acceso a la educación, en muchas ocasiones el sistema alza una muralla casi inquebrantable que impacta en mayor o menor medida a los alumnos y sus familiares.

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Varios padres, madres y tutores ocupan las sillas del anfiteatro 1 de la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana. Escuchan con atención a los abogados que orientan sobre

cómo reclamar que se reparen los daños por tantos derechos violados a estudiantes de diversidad funcional, antes de que venza la fecha el 31 de octubre.'No dependamos de la cooperación del Departamento de Educación', dice el licenciado Osvaldo Burgos al público que navega entre el hastío y un cierto dejo de esperanza. 'Acho, para nada', responde Pedro, un padre sentado en la última fila. 'Van a pasar mil cosas, el cielo es el límite para el Departamento de Educación', agrega Burgossobre los obstáculos que podía colocar la agencia.Pedro tiene dos hijas. Dos veces ha solicitado servicios y dos veces le han negado los servicios que les garantiza la ley. 'Siempre buscan la excusa para no proveerlo', dice un frustrado Pedro.Ahí, sentada a su lado, estásu hija Pamela, quien ya cursa estudios universitarios. La joven padece de asma crónica, lo que la llevó a estar hospitalizada durante ocho meses durante sus años escolares en la escuela JesúsSánchezErazoenBayamón. Si no hubiese sido por la entonces directora del plantel,EmmaMorales, Pamela hubiese perdido todas sus clases.'No estuvo todos los meses sin recibir el servicio, porque la directora Emma Morales reunió a su grupo de profesores y les dijo 'tengo una estudiante que se está perjudicando y yo no voy a esperar por el Departamento de Educación y que ella se perjudique'. Todos los miércoles yo buscaría el material, los lunes los traería completados, y un maestro iría a visitarla (a su hija) en San Jorge para hacerle los exámenes, Era un compromiso de papá con la escuela y la escuela con papá...Esa directora diría que debería ser la Secretaria de Educación', dice el padre.Ahora tiene otra hija que también está chocando contra el muro invisible pero sólido del Departamento. En segundo grado, a la hermana pequeña le detectaron problemas específicos de aprendizaje, pero como obtenía buenas notas gracias al apoyo constante de su familia, no leofrecieron el acomodo razonable que necesitaba. En octavo grado, finalmente ha aflorado las dificultades que le presupone el salón de clase.'Es frustrante tener que llegar de un día largo, de la universidad, del trabajo, y encontrarte con tu hermana llorando porque no entiende el material, porque se siente bruta, porque no puede manejar las cosas que le están dando y ella encuentra que a todos los demás se les hace fácil pero ella no lo puede captar. Entiende que es un fracaso. Es bien frustrante, es desgarrador', dice la hermana mayor, que ha vivido en carne propia la desatención del sistema.Las notas de la hija menor bajaron drásticamente. Tiene problemas específicos de aprendizaje de destrezas motoras, pero nunca han querido registrarla, ni siquiera hoy día, que es candidata a fracaso.'Es más impotencia que otra cosa, tú tener que luchar contra un sistema que se supone que ayude a los niños pero que realmente no lo hace. Es bien difícil, es bien frustrante. Ella (su hija menor) no quiere compartir con sus amistades, se aísla- y siempre ha sido bien extrovertida -', relata Pedro evidentemente afectado.'A mí más que hacer una reclamación por daños que es a lo que vine hoy, lo que quiero es reclamar servicios. Realmente no me interesa obtener ningún tipo de beneficio económico sino que ella reciba los servicios. De qué vale reclamar daños y llegar a ese punto, debe haber un remedio previo', lamenta el padre.De las voces de los entrevistados, se desprende una total frustración con el sistema de educación, con la falta de oportunidades que conlleva la negligencia con que se maneja el programa de educación especial.'Cuando ocurrió la transición de etapa temprana al Departamento de Educación, fue totalmente una pesadilla, porque una vez tu hijo entra a mano del sistema de educación especial, no te encuentras con personas capacitadas para buscar el beneficio de tu hijo', lamenta Emilia con tono fatídico.Su mirada es sombría y su voz nerviosa. Alza la mano en más de una ocasión para preguntar en medio de una reunión qué abogados orientan a custodios de niños con diversidad funcional sobre cómo reclamar daños al Departamento de Educación por violar derechos y privar de servicios a los estudiantes.'Mi hija sufrió daños desde los 5 años. A la fecha de hoy tiene 18, fue abusada sexualmente, ambas estamos bajo fuertes antidepresivos. Tengo a mi hija en mi casa, que era una niña que prometía, totalmente traumatizada, no quiere salir de la casa. El Departamento está sigueindo una serie de documentos para que ella permanezca conservando su lugar en el Colegio porque si no, la piensan sacar', relata así y una atmósfera helada invade la conversación.Su hija fue sodomizada en la guagua que le ofrecía servicios a la escuela. No da más detalles, su caso navega entre lo civil y lo criminal. Mientras, la joven que ya alcanzó la mayoría de edad permanece recluida, escondida, hundida en el dolor del trauma que le causó el suceso.El espacio no solo agrupa a custodios de jóvenes afectados en años recientes por el descuido del Departamento. También hay madres de adultos que hace mucho tiempo pudieron encaminar su vida hacia un horizonte provechoso que se les vio fragmentado por la ausencia de posibilidades.En el caso del hijo de Esther, las ayudas no se las ofrecieron a tiempo en el Departamento. Ella tuvo que pagar con la cooperación de su familia por los servicios que debía recibir su hijo, quien tenía problemas del habla - le tuvo que pagar terapias -, problemas de lectura y escritura, déficit de atención, problemas de aprendizaje, y a eso se le suma un tipo de epilepsia en ausencia.'Tuve que buscar ayuda con psicólogos porque por todos sus problemas no podía estar quieto en el salón de clase, y todo fue de mis gastos, a los extremos que me dejó a la escuela, a los extremos que tiene 36 años y entre mi hermana y yo le estamos pagando ahora tutorías para que aprenda a leer y escribir. Élva madurando más lento, y ahora se siente que quiere aprender a leer porque tiene unas metas, quiere sacar su licencia heavy', dice en tono pausado.El Departamento le hizo evaluaciones pero nunca le ofreció ayudas. Además, critica Esther, fue incompleto todo pues las epilepsias las descubrió la madre en un estudio aparte. A su hijo se le dificultaba muchísimo acostumbrarse a la rutina del salón de clases y solo recibió ayuda individual de alguna que otra maestra.'Entonces pasa a escuela vocacionaly ahí sí que las maestras no cooperaron. Ese tipo de niño es marginado en el salón de clases y desgraciadamente, esta es mi opinión, estos son los muchachos que están en la calle haciendo cosas que no deben hacer. Todo empieza por el hogar, luego la escuela,una cosa lleva a la otra', agrega.Esther trabaja en el programa de 'head start', que promueve la preparación escolar de niños que provienen de contextoseconómicamente desaventajados. Hoy, cuando ve a un niño muy inquieto, trabaja mejor con él. 'Me gusta porque lo viví, hay que darle ayuda', concluye.El hijo de Rosa tiene ahora 38 años. Cuando lo registró, el sistema no estaba organizado, no era en línea, tenía que esperar en largas filas en el distrito para que la primera vez se lo rechazaran en el programa de educación especial. A través de 'head start' entró su hijo a los seis años y fue tratado por problemas del habla. A los 15 días, resultó que era autista.Fue entonces que la etapa de transición hizo mella en su pleno desarrollo. Rosa cuenta que habíaun choque entre Rehabilitación Vocacional y el Departamento de Educación, que no se ponían de acuerdo sobre quién debía hacerse cargo del niño. Cuando el joven cumplió22 años, Rosa se quedó con él en su casa. Cinco largos años después desde que saliera del sistema, fue que lo llamaron para adiestrarlo en un trabajo.'Ya se le fue el levantarse temprano, el estar en una rutina, y cuando vamos, quieren que en un período de tres meses se acople. Se perdió todo eso, Rehabilitación le dio dos oportunidades de empleo en un supermercado y una oficina pero no pudo acostumbrarse. Ahora mismo está en la casa... Han sido muchos trastoques, muchas lágrimas', suspira.

(Archivo / NotiCel)
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