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En Blanco y Negro con Sandra

Mingos, ‘embarraos' y Kardashians

Muchos de los que trabajan en los medios informativos en este momento caen en una de tres categorías: mingos, 'embarraos' o Kardashians. Algunos caen en más de una o hasta en las tres.

Les llaman periodistas, pero en realidad no lo son. Son gente que podrá tener el título universitario, la credencial que da el gobierno, o la identificación de reportero de un medio, pero no ejercen la función con la responsabilidad que eso conlleva. Es una cuestión de actitud. Y eso, el gobierno lo sabe y se aprovecha.

El gobierno se beneficia de esas categorías de pseudoperiodistas para seguir impulsando su agenda de manipulación, desinformar al país de las cosas que pasan, pretender embobar a las masas, y de paso, engañar a todos. El problema es que ya no hay un monopolio de la información ni dominio absoluto de las audiencias. Ningún medio puede contarlo todo porque el quinto poder lo cambió todo. La Internet con sus redes sociales le dan en la cara a los que no hacen bien el trabajo ni ejercen su función social, sea gobierno, sea empresa, sea medio informativo o sea periodista. Esa es la realidad.

Pero a pesar de tanto acceso a que el público escoja su propia información y fiscalice al que lo hace mal, como quiera, abundan los informadores que caen en una de las tres categorías.

Los mingos: Esos son amigos de los que tienen poder. Son 'panas' de los políticos, se pasan de juntilla. Y eso no es exclusivo del presente gobierno de Alejandro García Padilla. Antes bajo el PNP comían en restaurantes de Hato Rey o se reunían en el Capitolio, pero ahora con los populares, 'janguean' en San Juan. También hay mingos entre independentistas, pero esos están en peligro de extinción. Todos son una especie de payoleros que viven de lo que el gobierno que esté en el poder o el político, les da, sea accesos, fiestas, información o hasta contratos.

Pero que no se confunda ser mingo de un político con tener buenas fuentes. El verdadero periodista cultiva sus fuentes, pero verifica lo que les dicen. Los mingos no se respetan ni a sí mismos. Su vagancia intelectual y el panismo con el funcionario de turno, les mina lo poco que les queda de credibilidad. El periodista tiene que investigar, preguntar, leer. Tiene que pasar trabajo. No puede pretender que le den el comunicado digerido que leen o publican sin cuestionar nada.

Los embarraos': Como dice su nombre, viven de miedo. Cobardes, pusilánimes, gallinas. Tienen miedo de caer mal, de ofender a alguien y de perder sus empleos. Por eso no preguntan. Van a las conferencias de prensa y se callan por temor a que en las salas de redacción sus jefes, editores o productores los regañen. Si un jefe de agencia o un político les falta el respeto o hace un comentario fuera de lugar, les ríen las gracias, y calladitos, sumisos, esperan que sus respectivos medios los respalden y por eso guardan silencio. No se levantan y dejan de cubrir el espectáculo del funcionario porque temen que les pase como a muchos reporteros que hoy están desempleados. El problema con estos ‘embarraos' es que no se dan cuenta de que a la hora de la verdad los van a botar como quiera. Por más que velen güira y traten de complacer, para el medio son desechables por su falta de espina dorsal.

Y los Kardashians: Son los que viven del glamour. Fashionistas, viven de figureo, de la fiesta, de la moda. Todo es sonrisas y permiten que los funcionarios los ninguneen porque no hacen nada que sea memorable como periodista. Por desgracia, muchos que eran reporteros serios se están contagiando con este mal. Se creen artistas en vez de informadores, por eso la prioridad son ellos, no lo que informan ni a quién informan.

El periodista por comodidad, por miedo o por panismo no se puede prestar a esos juegos del gobierno ni de ninguna institución. La sociedad los está fiscalizando y pierden el respeto del público.

Por estas prácticas muchas personas cuestionan, increpan y dudan de lo que hacen los pseudoperiodistas, especialmente cuando es un trabajo superficial, sin un ápice de fiscalización, profundidad o contexto. Por eso es una queja general (tanto al interior de los gremios de periodistas y de comunicadores, así como entre los propios medios y las audiencias en general) que en Puerto Rico no se ejerce un periodismo de acuerdo a la realidad que vive el país. La percepción de la gente es que se hace mal periodismo.

Más que calificar a los informadores de politiqueros, 'vendidos', 'prensa faldera' o 'prensa colonial' como algunos dicen en las redes sociales, lo que provocan es un disgusto generalizado, una inconformidad porque sienten que ese antiguo Cuarto Poder que se suponía fuera la prensa, no los representan. Sienten que lo que informan no satisface ni le presta atención a las necesidades de las masas.

El gobierno se aprovecha

El gobierno siempre se aprovecha de ese ambiente para distraer de los temas medulares. Otra de sus estrategias consiste en usar de intermediarios a personajes de dudosa reputación. Por eso se ha creado toda una partida de irresponsables en las oficinas de comunicación en el gobierno. Aclaro que no son todos porque hay muchos excelentes y responsables, pero abundan los manipuladores. Estos tienen títulos de directores de comunicación y oficiales de prensa pero no tienen la licencia de relacionistas que exige la ley. Entre esos hay fashionistas, Paris Hilton y hasta alcohólicos, y en La Fortaleza los permiten.

Cómo es posible que se pasen estén días enteros insultado a periodistas por Twitter? Eso lo hacen oficiales de prensa pagados con fondos públicos y en horarios laborales. Cómo es posible que falten a su trabajo para ser comentaristas de moda en programas de televisión y cuando un periodista serio los increpa, lo amedrentan? Sí, esos van al editor o al jefe a hablarle mal de ese reportero.

La evidencia está ahí. Llamados relacionistas u oficiales del gobierno niegan acceso a reporteros a conferencias de prensa. Recientemente la directora del periódico Metro, Aiolla Virella, tuvo que exigir públicamente a unos de estos funcionarios acceso a información. A la reportera Frances Rosario de El Nuevo Día varios de esos oficiales de prensa usan Twitter para lanzarle improperios. Lo mismo ha pasado con varias reporteras de televisión a las que han insultado, mientras el oficial de prensa está tomando tragos en la barra de un hotel en Isla Verde con par de 'mingos' periodistas de otro medio competidor. Twitter y Periscope lo delataron en la bebelata.

Uno de esos oficiales incluso se puso a escribir en las redes sociales que no confía en los periodistas del país que le hacen preguntas fuera del comunicado de prensa que emiten cuando le da la gana. O sea, que si el informador no es mingo, ni embarrao' ni Kardashian, no sirve. Aquel que hace bien su labor, no encaja en los planes de manipulación y por eso no le dan noticias.

Respetan al director de Comunicaciones del Gobernador, Jesús Manuel Ortiz? Ortiz, amigo de muchos por sus años en los medios, ha tenido que enfrentar también que no le hagan caso desde Fortaleza y las agencias operen por la libre. O me equivoco? Y lo que es peor, cómo es que muchos de estos funcionarios se abrogan el título de relacionistas sin serlo, en abierta violación de la ley? Dónde está el Código de Ética de los relacionistas? Por qué el silencio?

Los gremios

La semana pasada la Asociación de Periodistas de Puerto Rico censuró las prácticas adoptadas por la Oficina de Comunicaciones y Prensa de La Fortaleza, que entorpecen la cobertura de las actividades del Gobernador. Entre otras cosas mencionaron que impiden tomar fotos, hacer preguntas, no reparten comunicados ni informan de actividades fuera del calendario oficial del Primer Ejecutivo. http://www.noticel.com/noticia/176809/asppro-censura-entorpecimiento-de-cobertura-de-la-fortaleza.html#.VXmcJWSdBZ8.facebook

Por qué esperar tanto? Esto no significa que los gremios hayan claudicado en su labor fiscalizadora, pero sin duda, no han sido tan vocales como en otras épocas y bajo otros gobiernos. Por qué un comunicado tan suave? Por qué no meten caña, como dicen en el argot periodístico? No podemos pensar que tienen miedo o son mingos o Kardashians.

Aquí ha habido favoritismo al momento de dar noticias a ciertos medios afines a la administración y esto se permitió. También ha habido favoritismo e intentos de favoritismos al momento de distribuir el dinero de pautas publicitarias del gobierno, y los medios han venido a hablarlo esta semana, pero antes callaron.

Son los periodistas independientes los que han sacado la cara por el gremio. Quizás, precisamente, porque no tienen miedo.

Una de ésas fue Luisa García Pelatti del diario Sin Comillas, que – junto a la ASPPRO – demandaron al gobierno para que hiciera público el informe de KPMG. Otros medios no dijeron nada como hacían antes. Ella y Michelle Kantrow, editora de News is My Business, han denunciado públicamente que algunos funcionarios del gobierno sencillamente no las convocan a anuncios importantes pero sí cuando quieren presentar noticias fresitas. Ninguna de esas periodistas se prestan para hacer ese juego.

Sería inmoral incluir a todos los periodistas son irresponsables porque es innegable que en Puerto Rico hay gente seria. El problema es que cada día lo que más vemos es un periodismo light que no ofrece soluciones, que lleva agendas, que no da seguimiento a los asuntos, que no es balanceado. http://enblancoynegromedia.blogspot.com/2014/05/cambio-de-poder-en-el-periodismo.html

El periodista ni el medio pueden caer en el tentador juego de ver el periodismo como una mercancía en vez de verlo como una vocación de servicio público.

Si el periodista no hace bien su trabajo será desechable porque la sociedad civil va a tomar su rol. El periodista que se quiera hacer un harakiri a su credibilidad, que siga prestándose a la manipulación y no se dé a respetar. En el momento histórico que vive Puerto Rico urge una prensa viva y responsable. Que se olviden de ser mingos, embarraos y Kardashian. Que cumplan con la verdad.

*La autora es relacionista profesional y mantiene el blogEn Blanco y Negro con Sandra.