Súplica de una exdirectora de Ciencias Forenses al Gobierno
'Lamento profundamente que despues de tanto esfuerzo y años de lucha por mejorar el sistema medico legal, estemos hoy aquí, en el peor momento en la historia de las ciencias forenses en nuestra jurisdicción', expresó en declaraciones escritas la exdirectora del Negociado de Ciencias Forenses (NCF), María Conte Miller, quien a su vez suplicó al Gobierno de Puerto Rico atienda la falta de recursos de la dependencia que enfrenta el hacinamiento de cadáveres tras el paso del huracán María el pasado septiembre.
'Como exdirectora de la agencia le hago una súplica al Ejecutivo para que por favor atienda las deficiencias, que realmente son muy serias', insistió la exfuncionaria quien a su vez reconoció al equipo humano del entonces llamado Instituto de Ciencias Forenses porque 'sabrá hacer ventajoso lo adverso y convertir en directo el camino tortuoso'.
El miercoles informes de prensa relataron que vecinos de la zona donde ubica el NCF en el Reparto Metropolitano de Río Piedras se quejaron por la pestilencia que emana de allí, donde supuestamente tienen varios vagones con decenas de cadávares.
Según Conte Miller, esto puede responder a la alegada falta de personal, equipo, recursos, conflictos laborales y mal manejo de los cadáveres, entre otros problemas.
Actualemtne, el inventario forense son 307 cadáveres, cifra comparable a una jurisdcción donde acaba de ocurrir un desastre en masa.
'Sin embargo, la cantidad de casos hacinados no guarda relación con el huracán (María). Para proveer un marco de referencia, el Negociado debería tener aproximadamente 75 cadáveres bajo su custodia, lo cual le permitiría operar con normalidad y ofrecer un servicio de calidad en un tiempo razonable a las familias de los fallecidos y al Sistema de Justicia', expuso Conte Miller.
Según explicó, los cadáveres se acumulan por falta de patólogos forenses y porque se requiere de disciplina y consistencia para disponer de los casos no reclamados semanalmente.
'Igualmente, cada mesa de autopsia tiene que tener todo el equipo necesario para funcionar. Imagínese a un patólogo pidiendole la caladora (instrumento para abrir el cráneo) a otro colega para poder continuar con su caso, es como si a uno lo estuvieran operando y el cirujano careciera de bisturí para hacer la herida o del hilo para coserlo', agregó al resaltar que informes de prensa cuentan que en el NCF solo hay una caladora.
Recomendó que la solución para resolver el hacinamiento está en la contratación de más patólogos, enterrar los casos excedentes o que se cambie el procedimiento para examen de los cadáveres, que según dijo, no está siendo efectivo en el contexto de la realidad actual de la agencia.
'Empero, han escogido la ruta más fácil y menos digna. ¿Seguirán alquilando más vagones para acumular más cadáveres? Esos que pasaron a mejor vida, pasarán a un mejor vagón. Ese puede ser usted o yo, quizás uno de nuestros allegados', advirtió.
De paso, Conte Miller resumió una serie de acciones que al parecer no se están siguiendo en el NCF y que son parte de la formación básica de estos profesionales.
Indicó que la primera clase que un patólogo forense recibe es que la falta de reconocimiento de la importancia del sistema por parte de las autoridades es la razón principal del malfuncionamiento del mismo.
En aquella lección inaugural, tambien se dice que los muertos se colocan en camillas ni se apiñan en camiones para llevarlos al crematorio, sino que se trasladan uno a uno en coches fúnebres certificados por la Comisión de Servicio Público (CSP), agencia que se asegura que el vehículo de transporte cumpla con todos los requisitos para estos fines.
'Desde el día uno, tambien nos enseñan a los patólogos que los cuerpos se guardan en neveras con controles de temperatura para que no se descompongan. Por favor, dejen de decir que una vez se inicia el proceso de descomposición no se puede detener para justificar el problema', sostuvo.
Asimismo, dijo que en la charla introductoria de control de calidad se enfatiza que a los equipos hay que darles mantenimiento preventivo para evitar que se dañen, lo que aplica desde al equipo científico especializado hasta al de uso más común, como los vehículos.
La patóloga forense dirigió el Instituto de Ciencias Forenses entre 2009 a 2012. Bajo su mandato, el NCF logró acreditarse por las más prestigiosas organizaciones forenses internacionales por sus elevados estándares de calidad en sus procesos e investigaciones científicas.