Corea N no hace caso y tira cohete, pero le sale mal
Seúl - Corea del Norte ignoró la condena internacional generalizada y lanzó hoy su cohete Unha-3 de largo alcance, que se precipitó en el mar Amarillo en varias piezas poco después de despegar.
El lanzamiento se llevó a cabo desde la plataforma de Tongchang-ri (noroeste de Corea del Norte) a las 7.38 hora local (22.39 GMT del jueves), y poco después Corea del Sur, Japón y EE.UU. confirmaron que fue un fracaso.
Pyongyang, por su parte, esperó más de cuatro horas después de la prueba para confirmar que el satélite 'no logró entrar en órbita', en un inusual anuncio que supone la primera ocasión en la que el país comunista admite el fracaso de una misión de este tipo.
En un despacho difundido por los medios estatales, el régimen norcoreano indicó que científicos, técnicos y expertos del país investigan 'la causa del fracaso', sin ofrecer más detalles.
Según Seúl, el cohete, de 91 toneladas y una longitud de 30 metros, se habría precipitado en aguas a una distancia de entre 100 y 150 kilómetros de la ciudad portuaria surcoreana de Gunsan, al oeste del país, tras sufrir un aparente problema cuando la primera etapa debía separarse del resto.
Una autoridad militar surcoreana concretó que el cohete se desmembró en unas 20 piezas tras alcanzar una altitud máxima aproximada de 151 kilómetros antes de caer el mar.
Por su parte, el Comando de Defensa Aeroespacial de Norteamérica (NORAD) confirmó que la primera fase del Unha3 se precipitó al mar y señaló que el resto del proyectil se desintegró.
Tanto Seúl como Tokio y Washington condenaron el lanzamiento, que consideraron una provocación que viola resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que exigen a Pyongyang que abandone su programa nuclear y de misiles.
Un funcionario del Ministerio de Exteriores de Seúl citado por la agencia Yonhap señaló que, al margen de que el lanzamiento haya fracasado, Corea del Sur buscará que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adopte una postura 'firme y unificada' ante la acción norcoreana.
Además, en una conversación telefónica, los ministros de Exteriores de Corea del Sur y EE.UU., Kim Sung-hwan y Hillary Clinton, acordaron dar una respuesta 'decidida' a Corea del Norte tras el fracasado ensayo de hoy.
También los ministros de Exteriores del G8, reunidos en Washington, emitieron un comunicado de condena que pide una 'respuesta apropiada' al organismo de la ONU, mientras la Casa Blanca tildó la acción del régimen de Pyongyang de 'provocación que amenaza la seguridad regional'.
Por su parte, Tokio afirmó tras la prueba que no descarta nuevas penalizaciones contra Corea del Norte, contra quien ya prorrogó hace unos días las sanciones comerciales que ya mantiene sobre el régimen comunista desde 2006.
Pese a las críticas de buena parte de la comunidad internacional, Pyongyang aseguró, como ya hizo con lanzamientos realizados en 1998 y 2006, que la prueba tenía el objetivo de poner en órbita un satélite de observación terrestre.
En esta ocasión incluso invitó a periodistas y expertos extranjeros a visitar la base de Tonchang ri el pasado fin de semana para contemplar el cohete.
Sin embargo, a la hora del lanzamiento la pantalla que supuestamente debía retransmitirlo en un centro habilitado para la prensa extranjera en Pyongyang permaneció apagada y no hubo ninguna información oficial hasta cuatro horas más tarde.
El lanzamiento norcoreano coincide con las celebraciones por el centenario del fundador de país, Kim Il-sung, el próximo domingo, y con la convocatoria hoy de la Asamblea Popular Suprema (Parlamento) norcoreano.
Se espera que en la reunión parlamentaria norcoreana Kim Jong-un, que en diciembre relevó en el poder a su fallecido padre, Kim Jong-il, se convierta en presidente de la poderosa Comisión Nacional de Defensa, el órgano más importante del Estado.
De llevarse a cabo el nombramiento, el joven Kim, que se cree tiene menos de 30 años, ostentaría todos los cargos que tenía el fallecido Kim Jong-il, que gobernó Corea del Norte con mano de hierro durante diecisiete años.