Necesitamos un toque de acción, más que de queda
Ser crítico de la gestión pública, y del público, durante un desastre natural nunca es fácil. Lo fácil lo hacen los medios de comunicación amables, lo difícil es lo que hacemos en NotiCel, decir la verdad como es. Y ya es momento de hacer unos señalamientos sobre la respuesta de Puerto Rico al paso del huracán María.
NotiCel tuvo reporteros durante el huracán en el Área Metropolitana, Humacao, Cayey, Ponce, Mayagüez, Arecibo, Dorado, Naranjito y el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) del gobierno y de la experiencia de todo ese equipo antes, durante y despues del huracán nos quedan estas observaciones.
Lo que más hincha el corazón es ver, una vez más, la demostración de civismo y comunidad que desborda más fuerte que la crecida de un río. Con la primera luz del día despues del paso de María, comunidades enteras se tiraron a sus calles inmediatas en acción vecinal para despejar los árboles y postes de electricidad que habían caído violentamente. Presenciar esas escenas es el soplo de vida que se necesita despues de un azote histórico como el de María. ¡Todavía hay país!
Pero, tristemente, las fuerzas que dominaron esas primeras horas no son las mismas que imperan hoy. Luego de despejados los caminos, la cantidad de personas que ha salido a 'novelerear', a gastar la gasolina de sus vehículos y a convertirse en estorbo en vez de en ayuda es vergonzosa. Y, lo peor, la novedad de unos elementos criminales que antes no se veían mucho en Puerto Rico, que aprovechan la emergencia y la falta de energía para saquear negocios. Una ráfaga de vientos categoría 5 parece haber desaparecido el sentido de responsabilidad cívica entre algunos.
O, ¿será que la respuesta gubernamental ha fomentado los peores ánimos de los seres humanos que vivimos en Puerto Rico?
Sin duda, el gobierno tuvo una gran ejecución en el discurso de preparación ante la emergencia. Estuvo claro que enfrentábamos un fenómeno como no habían visto generaciones de puertorriqueños.
Pero ver que ese mismo gobierno que tanto enfatizó en la preparación se quedó reducido a nada instantáneamente y que está teniendo problemas de ejecución causa gran preocupación.
El COE se inhabilitó casi de inmediato, sin conexión a la red, afectado por filtraciones de agua y aislado. Su localización y su diseño estructural y operacional deben reevaluarse.
Luego de eso, la falla en la comunicación celular y digital que dejó a la Isla en un vacío de información reveló tambien la falta de planificación que tomara en cuenta la redundancia. Ante un desastre, el gobierno no puede tener sólo una alternativa, tiene que tener varias, por si una falla. No creemos que nadie en el gobierno pueda enorgullecerse de que su plan tenía redundancia.
Gobernador, ciertamente usted ha demostrado una fortaleza física y mental que desmiente a sus críticos pero, recuerde, ese fue el trabajo para el que usted sometió su resume y para el que el pueblo lo contrató. Su desempeño se reconoce, pero ojo, porque entre sus asesores hay una manía por la imagen y la proyección mediática que amenazan con partirlo por el medio como nos partió María.
Como ejemplo, tomemos el toque de queda, un poder invocado justamente ante la necesidad de mantener la seguridad en estos primeros días del desastre. Pero, ¿cuál es la realidad de este golpe de efecto? Una ciudadanía que lo desafía abiertamente y una fuerza de seguridad, policial y militar, que no está preparada para hacerlo cumplir porque no hay sistema de comunicaciones para hacerlo valer, para intervenir de manera segura y realizar arrestos.
Ni hablar que la porción considerable de Puerto Rico que sigue incomunicada, ni siquiera se ha enterado de que hay un toque de queda.
Gobernador, si importante es el mensaje de preparación ante la amenaza de un desastre natural, más importante es la ejecución operacional en la recuperación.
Creemos que ya es momento de ejecutar efectivamente en los suministros de gasolina y diesel, así como comunicar con mayor precisión la extensión de los daños, cuál es el efecto verdadero sobre la infraestructura electrica, la pluvial, las mismas telecomunicaciones, las carreteras, los puentes.
¿Cuál es la expectativa real de vuelta a la normalidad? ¿Cuán difícil será el acceso a alimentos, gasolina, agua y servicios medicos? ¿Que ajustes casi permanentes tendremos que hacer para recobrar lo más rápido posible alguna semblanza de rutina, para volver a los trabajos, a las escuelas, para aportar a la transformación? Sí, transformación, porque insistimos que lo peor de una crisis o de un desastre es no aprovecharla para mejorar. ¿Cuál es la visión de país bajo la que se va a recuperar a Puerto Rico y cómo se va a incluir a todos los sectores y todas las clases en ese esfuerzo?
La recuperación va a ser larga, complicada y tambaleante. Sólo se puede enfrentar hablando la verdad desde el principio.
(Juan R. Costa / NotiCel)