La contratación de la compañía de relaciones publicas y cabildeo Ketchum Inc., por parte del gobierno de Puerto Rico representa el regreso de una entidad que salió del gobierno en medio de escándalos al final de la administración de Pedro Rosselló y que la representación de la Isla está ahora en manos de una entidad que, hasta hace poco, era el representante del presidente Vladimir Putin y el gobierno de Rusia en los Estados Unidos.

Así está consignado en documentos que la propia Ketchum radicó, por obligación de ley, ante el Departamento de Justicia federal (busque copia del registro al final de la historia) y en reseñas de medios especializados en política estadounidense.

Sus nuevos contratos en Puerto Rico son por $450,000 con la Compañía de Turismo y por $79,200 con la Autoridad de Asesoría Financiera y Agencia Fiscal de Puerto Rico (AAFAF), la agencia encargada de, entre otras cosas, velar por el cumplimiento del gobierno con la Ley PROMESA y los dictámenes de la Junta de Control Fiscal. Con Turismo el acuerdo es desde el 1 de mayo al 30 de junio y con AFAAF desde el 2 de mayo al 30 de junio.

Los acuerdos son generales, por lo que cualquier programa específico de relaciones públicas a ser ejecutado por Ketchum sería objeto de una enmienda a los contratos o de contratos separados. El de Turismo apunta que es para 'generar publicidad positiva y aumentar turismo en Puerto Rico de Estados Unidos, Canadá, Colombia, Alemania, España y México' y 'posicionar a Puerto Rico como un destino Cinco Estrellas'.

Ketchum es una compañía de alcance global que opera en 70 países y que recientemente celebró su 90 aniversario.

En Puerto Rico, adquirieron notoriedad cuando el controvertible exdirector de la Compañía de Fomento Industrial, Xavier Romeu Matta, pagó facturas de Ketchum con fondos que se supone fueran usados para crear empleos mediante incentivos industriales. Los casi $6 millones en contratación para Ketchum salieron del Fondo de Incentivos Industriales de Puerto Rico, el cual fue objeto de investigaciones locales y federales sin que las pesquisas tuvieran resultado conocido. La operación de ese Fondo fue uno de los objetos de investigación de la 'Blue Ribbon Committee' de la Administración Calderón.

La contratación de Ketchum durante la administración de Pedro Rosselló no sólo resultó controversial por el origen de los fondos usados para pagarles, también lo fue porque Ketchum fueron y son fuertes donantes del Partido Demócrata, al que están afiliados tanto el exgobernador Rosselló como su hijo, el actual gobernador Ricardo Rosselló.

Más recientemente, Ketchum cobró notoriedad por sus vínculos con Rusia, destacados en un reportaje del medio especializado Politico.

La relación le dejó a Ketchum unos $60 millones en una década y, según las radicaciones compulsorios bajo la ley federal de Registro de Agentes Extranjeros, terminó en marzo de 2015, según aclaró una portavoz de Ketchum después de la publicación original de esta noticia. Dicha ley obliga a que los cabilderos y otras empresas que representan a intereses extranjeros en suelo americano sometan un registro sobre esas relaciones comerciales y las actividades realizadas bajo las mismas.

El manejo de la reunión del G8 en San Petesburgo en 2006 fue el primer contacto de Ketchum con el gobierno ruso mediante un contrato de $2 millones que les procuró Dmitry Peskov, el ayudante de prensa de Putin. Pero los cabilderos no se han limitado al gobierno ruso, sino que han usado esa relación para allegar contratos de otros intereses rusos, como la compañía de energía rusa Gazprom. Uno de los logros que se le atribuyen a Ketchum en su trabajo de relaciones en pro del gobierno ruso es colocar una columna de opinión del presidente Putin en The New York Times.

Registro de Ketchum con el Departamento de Justicia federal - NotiCel_25302

Contrato de Ketchum con AAFAF - NotiCel_25303

Contrato de Ketchum con Turismo - NotiCel_25304