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Casellas en la recta final: Testimonios ponen en aprietos a defensa

Luego de una semana de testimonios dramáticos, hoy en la mañana se reanuda el desfile de prueba contra Pablo Casellas Toro, presunto asesino de su esposa, Carmen Paredes Cintrón, con el último tramo de testigos de cargo, un grupo que podría incluir a su padre, el juez federal Salvador Casellas.

El Ministerio Público, compuesto por los fiscales Phoebe Isales, Janet Parra y Sergio Rubio, adelantó le restan cuatro testigos que declararían en el proceso que se lleva a cabo en la sala 706 del Tribunal de Bayamón que preside el juez José Ramírez Lluch. Estos son los agentes de la Policía Abiel Soto y Carlos Ríos, Miguel Torres y el juez Casellas.

De esta forma, la fiscalía terminaría con todos sus testigos esta semana, luego de haber renunciado a 29 y haber estipulado otros. Aún se desconoce cuántos testigos, si alguno, llevará la defensa encabezada por el abogado Harry Padilla. En el grupo defensor también están los abogados Antonio Negrón García, Juan Ramón Acevedo y Francisco Rebollo.

La pasada semana inició con el testimonio de Luis Alberto Guzmán Hernández, un residente de la barriada Los Filtros, en Guaynabo, y quien es paciente de metadona. En su declaración, aseguró vio a un hombre blanco conduciendo un Mercedes Benz gris, parecido al de Casellas Toro, y quien alegó lanzó un objeto que al llegar a él era una pistola Five Seven 5.7 x 28, identificada como el arma homicida.

'Voy caminando por el pasillo (hacia el supermercado Amigo de Santa Ana) y veo un carro que se detiene frente al pasillo. Una persona clara de color tira algo que rebotó en la grama, era algo duro', explicó el también jardinero, quien iba de camino a comprar el periódico como lo hacía todas las mañanas.

'Veo el carro, pero no me fijo en la persona. Era gris claro. Veo que lo que tiró era una pistola. Era bien rara, nunca había visto una así. Miro para todos lados, la cojo y me la meto en el pantalón', detalló.

'Le puedo decir hoy con claridad que lo que tiraron fue una pistola', aseguró Guzmán Hernández a preguntas del abogado Padilla, quien en varias ocasiones tuvo que solicitar al juez que el testigo sólo contestara lo que se le preguntaba.

'El que la tiraba (la pistola) sabía que yo iba a pasar por allí', expresó el sujeto, quien afirmó recibió $100 y marihuana por la pistola, y luego recibió otros $300.

Ese mismo día, testificó Joselito Rivera Seda, también conocido como 'Chely', y quien recibió de manos de Guzmán Hernández la pistola. A pesar que este último declaró que cuando vendió el arma se le entregó una remuneración, Rivera Seda lo contradijo. 'Que yo recuerde no le di nada', afirmó a preguntas del abogado defensor.

No obstante, más adelante el acusado por Ley de Armas en Pensilvania expresó que le hizo dos pagos al jardinero: uno de $200 y otro de $300. Rivera Seda recibió el arma de Guzmán Hernández, pero no le cuestionó de dónde la sacó, según su declaración en la sala del centro judicial.

El testigo 27 de cargo lo fue el comerciante Luis Yamil Morales Valderrama, a quien apodan 'Gordo'. Este manifestó en su declaración que acudió a la barriada Los Filtros para hablar con Rivera Seda sobre la compra de unos 'four tracks'. Sin embargo, el acuerdo no se concretó, por lo que el primero le ofreció la venta de una pistola.

'Ahí me habló de un arma. Estaba estillada en la parte de atrás. Tenía como un cantacito. El arma era una FN', expresó el hombre sobre el arma por la cual le pidieron $2 mil, pero solo se hizo un pago de $700.

Los tres individuos firmaron un acuerdo con fiscalía para no cumplir cárcel.

También testficó, al siguiente día, Jenny Acevedo González, la seróloga forense que levantó material genético de la escena. De acuerdo a su testimonio, en las uñas de Paredes Cintrón se encontró ADN de dos cromosomas Y, pertenecientes a hombres, pero la prueba recopilada es insuficiente, por lo que no se puede determinar a quién pertenece.

'Cuando es mecanismo de defensa (como arañar) habría material genético para tener un perfil completo específico. En este caso, no se detectó', indicó la bióloga.

La experta en ADN agregó que según las pruebas forenses, en dos de los peines y en las municiones el mayor contribuyente de material genético era Casellas Toro. Igualmente, dijo que las pruebas que realizó al rifle encontrado en un gazebo justo al lado de la casa del matrimonio para detectar material genético revelaron que solo se encontró ADN de Paredes y de una persona adicional, pero la misma no pudo ser identificada por la poca información genética recopilada.

‘No tenía cromosoma Y (perteneciente a hombre). La otra persona que no podía determinar tenía que ser mujer', aclaró la perito a preguntas de la fiscal Parra.

El testigo 29 de cargo en el proceso judicial fue el examinador de armas de fuego, Carlos Del Valle Arroyo, quien sostuvo que la pistola homicida, identificada como una FNH Five Seven calibre 5.7 x 28, concuerda con los proyectiles recuperados en el cuerpo de la víctima. 'Cada una de las piezas de evidencia fueron analizadas. Esta fue la pistola que disparó estos casquillos de bala', indicó el perito sosteniendo en sus manos el arma homicida color verde oscuro.

Por otra parte, Del Valle Arroyo, quien lleva sobre 12 años como especialista, declaró que tras las pruebas periciales que se le hicieron a las armas, revelaron que los casquillos encontrados en la escena del 'carjacking' coinciden con las que Casellas Toro había reportado robadas y que las autoridades posteriormente hallaron en su residencia, ubicada en la Urbanización Tierralta III, en Guaynabo.

'Estos tres casquillos fueron recuperados por el agente Ricardo Costales (Cuerpo de Investigaciones Criminales de Bayamón) en la carretera 165, Ramal 22 en Bayamón, detalló el balístico, al explicar la evidencia de la pistola Walter P22 (propiedad de Casellas) que disparó los casquillos recuperados.

Mientras, Rosa Rodríguez Castillo, patóloga forense, manifestó que la ejecutiva de cuentas fue asesinada en un escenario familiar y por una persona que conocía el uso de armas de fuego. 'La conclusión de la autopsia es compatible con un escenario familiar, sorpresivo y rápido', manifestó la especialista en un tono enérgico, quien lleva 18 años trabajando para el Instituto de Ciencias Forenses (ICF).

Según su declaración, Paredes Cintrón, asesinada el 14 de julio de 2012 en la terraza de su residencia, recibió 12 impactos de bala que le causaron la muerte. La patóloga, en su testimonio, indicó que separó las heridas y las detalló una por una. 'Fue un tiro que recibió a más de dos pies. Produjo daño cráneocerebral y no produjo herida de salida. Esta es una herida mortal. En mi experiencia forense, es una herida precisa, de remate y ejecución. Compatible con ser la ultima', precisó sobre el disparo que recibió la víctima en la cabeza. Sobre esa herida en particular, añadió que 'eso es una herida de remate que la hace una persona que tiene habilidad y destrezas con armas de fuego'.

Paredes Cintrón murió sentada en la silla de su terraza y con las piernas cruzadas. Según Rodríguez Castillo, la herida en el pecho fue una atípica que la dejó cuadrapléjica. 'Rompió la espina y perforó el corazón. Es una herida incapacitante, no podía moverse, no podía levantarse de la silla ni abrir las piernas. Esa fue la primera herida que recibió. La incapacitó, no pudo ni moverse y por eso es que murió en la silla', especificó.

Casellas Toro enfrenta cargos por asesinato, violación a la ley de armas y destrucción de prueba.

Pablo Casellas. (Juan Costa para NotiCel)
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