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La Calle

Víctima de MedeaBot rememora tortuoso patrón de hostigamiento

Hace diez años, Paola Díaz Negrón, sufrió una lesión en la espina dorsal que la dejó en silla de ruedas. Para abrazar su nueva forma de vida, la joven abrió una cuenta en Twitter en 2009 desde donde compartía con el mundo digital su nueva realidad. Su proceso de aceptación se vio fragmentado cuando un usuario en la red social apodado MedeaBot la sometió a un constante 'bullying' que comenzó por burlas a su condición y terminó con un caso en los tribunales.

'Se burlaba de mí, de mi condición, que por qué no me paraba a pegarle un puño, ‘ah, es que no puedes' y se reía', aludió Díaz Negrón al comienzo de su testimonio.

Sentada en su silla, ahora con 28 años, Díaz Negrón, de cara a Omar EmanuelFalcón Torres -a quien se le atribuye el usuario de MedeaBot,imputado de más de 50 cargos por acoso, intimidación, apropiación de identidad, entre muchos otros-, la joven procedió a contar con detalles el patrón de hostigamiento que comenzó en 2012.

Ante el juez Rafael Taboas Dávila, el primer caso de acoso cibernético que llega a los tribunales de Puerto Rico, continuó su desfile de pruebas en la sala 606 del Centro Judicial de San Juan, con la historia de una de las víctimas.

A preguntas del fiscal Luis Freire, Díaz Negrón, reconocida en Twitter por su usuario @_pao_pao, contó que el 13 de octubre del 2013 se enteró que estaba embarazada. Cuando se aproximó la fecha del 'baby shower', hizo una invitación abierta a través de la red para que los seguidores que durante años la habían acompañado fueran partícipes de la festividad en Plaza Las Américas.

'MedeaBot empezó a decirme que me iba a dar un puño en la barriga, que me iba a hacer abortar, que me iba a tumbar de la silla, que iba a agredir a cada persona que fuera al 'baby shower'. Nadie fue', contó con voz pesada la joven madre.

El patrón de agresiones se mantuvo consistente. Siete días a la semana, a todas horas, MedeaBot contactaba a Díaz Negrón a través de Twitter y la amenazaba con agredirle, la humillaba, se burlaba de ella. 'Me sentía atormentada, en riesgo, frustrada, humillada... Mi esposo también se sentía molesto con la situación. Me sentía amenazada', dijo.

Fue entonces que Díaz Negrón decidió querellarse contra el 'bully' cibernético. Se reunió con el agente Colón de la Uniformada y los fiscales del Departamento de Justicia. Para ese entonces, publicó un tuit sobre que tenía 'una cita con la Justicia'. Fue entonces que MedeaBot, desde otra de sus cuentas, le replicó. 'En serio crees que tengo miedo? Con quién tú crees que hablas?', le increpó el misterioso usuario. La amenazó entonces que sería violada sin poder defenderse, y que le apuñalarían las piernas si no cooperaba.

Pese a las temibles advertencias, Díaz Negrón, decidió avanzar con la querella y llevar el caso hasta las últimas consecuencias. Ante preguntas de la Defensa sobre por qué no cerró y cambió su cuenta ante los ataques, la testigo cuestionó firmemente: 'Por qué tenía que cambiarla, licenciado?' Ante la insistencia del abogado, añadió que no lo hizo así por 'el principio de que yo no voy a cambiar una cuenta porque haya alguien que está infringiendo una ley'.

Como parte de la investigación que levantó la Unidad de Crímenes Cibernéticos del Departamento de Justicia, que ya había sido alertada del patrón de acoso de MedeaBot a base de otras querellas, Díaz Negrón suministró fotocapturasde todas las amenazas de agresión física y sexual, de los insultos, de las burlas que venían de esa cuenta a través de mensajes escritos y menciones.

Para ese entonces, comenzó a recibir mensajes de una cuenta llamada 'Pao estatua viviente', bajo el nombre de usuario @_pao__pao – muy similar al suyo – con la misma foto de avatar que tenía ella en su perfil. 'Paola Díaz Negrón, te estás metiendo en aguas profundas. Recuerda que tengo todos tus datos y ustedes no tienen nada mío', le alertó la persona al otro lado del teclado.

'Cabrona, ya le diste a Darío de comer? Cómo lo puedes cargar con tu problema en la espina dorsal?', leía otro de los mensajes. Por las palabras soeces, por pronunciar el nombre de su hijo, por cuestionar su capacidad como madre, Díaz Negrón, afirmó ante la corte haberse sentido llena de rabia, coraje y, además, amenazada.

Además, el acusadotambién divulgó fotos de los familiares de Díaz Negrón, de su padre, de su esposo y de su hijo, quien padecía de una condición de pérdida de peso. MedeaBot le 'gritaba' a través del teclado que su hijo tenía cáncer por su culpa, y ponía fotos de niños con enfermedades al lado de la de su hijo, relató con voz firme Díaz Negrón.

La Defensa estableció una línea de preguntas que, por un lado, intentaban identificar las líneas de amenaza directa en los mensajes, y por otro, sugería que toda información que se publique en las redes es de dominio público.

'Todos los tuits y lo que las cuentas está generando es público pero hay que discutir sobre lo que es público y lo que es público que se utiliza para cometer algún tipo de daño, que es lo que estamos tratando de pelear aquí', reaccionó el fiscal Freire a su salida del Tribunal.

El caso novel en la historia judicial puertorriqueña ya ha enfrentado una serie de obstáculos, sobre todo con relación a la presentación de evidencia y la oportunidad de confrontarla. Quienes proveen toda la documentación disponible – y sirven además como custodios de récord – son personas que trabajan en las compañías de comunicación digital. El Ministerio ha intentado que la evidencia sea admitida por una vía más fácil sin necesidad de que representantes de cada compañía tengan que ser confrontados en corte para atestiguar que, en efecto, lo que se presenta es lo que ha recopilado el negocio en su marejada de información diaria.

'Creo que hemos logrado nuestro propósito y hemos tenido la oportunidad de instruir también al Tribunal con nuestros alegatos y nuestros puntos de vista sobre las reglas de evidencia que se tienen que empezar a adaptar a las nuevas tecnologías', manifestó Freire.

Antes del testimonio de Díaz Negrón, había tomado su turno al banquillo de testigos, Josué Martínez Rodríguez, quien halló la computadora que conectó a la Policía con Falcón Torres.

El 27 de junio del 2015, Martínez Rodríguez, acompañó a su cuñada a mudarse al barrio Piñas de Comerío. En un patio ubicado en la parte posterior de la residencia, encontró un bulto negro y rojo que guardaba dentro una computadora negra. Intentó prenderla y halló la pantalla para escribir la contraseña.

Acto seguido, el testigo llamó al sargento Alicea de la Policía Municipal de Comerío, a quien conocía desde su infancia, y procedió a llevarle la computadora al cuartel. Firmó un papel de entrega y no supo más del caso. Esa computadora aparentemente pertenecía a Falcón Torres. No obstante, como intentó establecer el licenciado Viera, el testigo no puede brindar testimonio sobre quién intervino con la computadora previo a que él la encontrara en aquel patio trasero.

A Falcón Torres le allanaron la residencia el 23 de junio del 2015, cuatro días antes de que el testigo encontrara el bulto con la computadora. Ese día se emitió por primera vez una orden de arresto en Puerto Rico contra un sujeto por acoso cibernético.

Sentado a la mesa de la defensa, repleta de documentos, estaba Falcón Torres, pelo rojo, tez blanca, ojos pequeños, vistiendo el uniforme amarillo mostaza de presidiario. Su ingreso a prisión fue ordenado por una jueza del Tribunal de San Juan en diciembre pasado, luego de que el joven no prestara la fianza impuesta de $180,000.

Contra Falcón Torres pesan 58 cargos – 12 graves y 46 menos graves –. En septiembre del año pasado se le radicaron en ausencia los cargos delictivos por llevar a cabo un patrón de acoso cibernético contra múltiples personas.

Omar E. Falcón, alias 'Medeabot'. (Juan Costa / Archivo NotiCel)
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