Centros de trabajo 'modelos' no siempre son tan seguros
En octubre de 2005 una chispa detonó una explosión en la planta procesadora de jugos Tropicana en Bradenton, Florida. Las llamas se tragaron al mecánico Rob Hackley y quemaron a un compañero de trabajo que trató de auxiliarlo. Hackley se agarró a la vida durante semanas, sometiéndose a múltiples cirugías para tratar quemaduras de segundo y tercer grado que cubrían dos terceras partes de su cuerpo. De algún modo, sobrevivió.
La Administración de Seguridad y Salud Ocupacional, principal agencia federal encargada de supervisar los talleres de trabajo en Estados Unidos, concluyó que el incendio pudo haberse evitado si Tropicana hubiera seguido unos requisitos básicos de seguridad. La compañía debió evaluar los riesgos, proveerles a los trabajadores herramientas que no produjeran chispas, monitorear la acumulación de vapores inflamables y ventilar el área.
Cerca de allí, los inspectores descubrieron otro problema. Los trabajadores se arriesgaban a una caída peligrosa mientras cumplían algunas tareas; la compañía no había querido pagar por un equipo que hubiera reducido los riesgos.
Los inspectores no tuvieron pelos en la lengua al redactar los informes oficiales. Encontraron instancias en que 'le dijeron a los empleados 'tiren la seguridad por la ventana' y hagan el trabajo'. Los gerentes de la compañía habían demostrado 'un desdén deliberado, voluntario e intencional hacia la seguridad de los empleados'. Los inspectores contabilizaron una docena de violaciones, incluyendo dos de las más serias que la OSHA puede alegar.
Sin embargo, por más de una década el gobierno federal había considerado la planta de Tropicana un 'taller de trabajo modelo', y todavía lo considera así. La planta es una de más de 2,400 a lo largo del país que ha entrado a los Programas de Protección Voluntaria de la OSHA, conocido como VPP, un club cuyos beneficios de membresía incluyen una exención de las inspecciones regulares de la agencia. Los sitios participantes son desde plantas químicas y refinerías hasta astilleros y aserraderos.
La explosión en Bradenton no es el único caso de daño prevenible causado a empleados en una de los ejemplares de seguridad de la OSHA. Más de 80 empleados han muerto en estos sitios desde el 2000 y los investigadores han encontrado serias violaciones de seguridad en por lo menos 47 casos, según demuestran expedientes examinados por el programa iWatch News del Centro para la Integridad Pública.
Trabajadores en plantas que son proclamadas como las más seguras en la nación han muerto en explosiones, descargas químicas y accidentes de grúas que eran prevenibles. Han sido halados por máquinas o asfixiados. Los investigadores, llamados debido a muertes, han descubierto problemas de seguridad subyacentes: no seguir prácticas de seguridad reconocidas, inspecciones y adiestramientos inadecuados, ausencia de equipo protector apropiado, maquinaria sin protección, manejo impropio de químicos tóxicos.
No obstante, estas compañías en raras ocasiones han enfrentado fuertes multas o expulsión del programa. In casos de muerte en el que la OSHA encontró por lo menos una violación, las compañías VPP en última instancia pagaron un promedio de unos $8,000 en multas. Y porlo menos 65 por ciento de los sitios donde empleados han muerto desde el 2000 siguen como parte de VPP hoy en día.
Aunque Tropicana, una unidad de PepsiCo, pagó $164,250 en multas a raíz de la explosión en Bradenton, la planta sigue en el programa. Dieciséis meses después del incendio, la OSHA formalmente aprobó nuevamente la planta como un lugar 'Estrella', el nivel más alto en el club de compañías que se comprometen a exceder los estándares de la OSHA.
Tropicana dijo que ha corregido los problemas que fueron identificados después de la explosión y que es una de las compañías más seguras en la industria. El Departamento del Trabajo, que supervisa la OSHA, dijo en una declaración escrita, que los problemas se encontraron solo en un área de la planta, y que Tropicana tomó 'acción agresiva' para corregirlos.
Los partidarios del programa señalan que accidentes fatales pueden ocurrir a pesar de los esfuerzos de las compañías mejor intencionadas; aun los sitios VPP no pueden ser perfectas. Pero exoficiales de OSHA entrevistados por iWatch News dijeron que una muerte en un taller VPP debe levantar serias preocupaciones, especialmente cuando es acompañada de violaciones de seguridad subyacentes.
Un accidente fatal es 'el máximo fracaso en un lugar VPP', dijo David Martin, quien se fue de la OSHA este año luego de una larga carrera como inspector, director de área auxiliar y especialista en asistencia de conformidad en Pensilvania. 'El concepto fundamental del programa es evitar fatalidades y lesiones'.
David DiTommaso, quien se fue de la OSHA en el 2005 después de 25 años como director de área en Montana, dijo: 'Si tú tienes una violación de la OSHA y alguien muere como resultado de la misma, no me puedo imaginar cómo esa compañía puede mantenerse en el programa'.
El actual oficial de segundo mando en la OSHA, Jordan Barab, le dijo a iWatch News que una muerte que lleve al descubrimiento de serias violaciones 'ciertamente es un fuerte indicador de que tienes un serio problema'. Pero en conjunto, VPP es 'muy útil como modelo para todos los patronos de lo que se puede lograr', dijo.
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