México sangriento
Un grupo de sicarios mató el viernes a 20 personas en un bar de Monterrey, en México, que experimenta hoy una jornada sangrienta con el hallazgo de decenas de decapitados en varios puntos del país.
Unos 15 sicarios aparecieron en tres camionetas, escribe el corresponsal de El País en México, Pablo Ordaz, que explica que los agresores se apearon delante de un bar de mala nota llamado Sabino Gordo, en pleno centro de Monterrey, y anunciaron su llegada con ráfagas de fusiles AR-15 y AK-47.
El portero y un vendedor de hot dogs fueron los primeros en caer. Ya dentro del local, los sicarios, al parecer pertenecientes al cartel del Golfo, estuvieron de 15 a 20 minutos seleccionando a sus víctimas, buscándolas incluso dentro de los baños. Al final, asesinaron a 20 jóvenes y se llevaron secuestrados a otros ocho. Todo esto sucedió a las 22.30 del viernes, en el corazón de una de las ciudades más vigiladas de México. Pero la policía y los militares solo llegaron a tiempo de contar los muertos.
Lo mismo sucedió en el Valle de Chalco, Estado de México, donde fueron hallados 11 jóvenes decapitados. O en Torreón, Estado de Coahuila, donde al amanecer del sábado fueron apareciendo cabezas humanas desperdigadas hasta un total de 10. O en el Estado de Michoacán, donde un nuevo cartel llamado Los Caballeros Templarios -escisión de La Familia- se dedica desde hace 48 horas a sembrar el terror entre la población colocando vehículos ardiendo en las carreteras y asesinando con la mayor impunidad.
Si a los fallecidos en esas cuatro matanzas se añaden los 12 que cayeron en Sinaloa -entre ellos un niño de seis años-, los nueve de Chihuahua y los cuatro de Zacatecas, el reguero de sangre resulta sencillamente insoportable, escribe el corresponsal de El País.
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