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Revelarán avances de investigación sobre la muerte de Neruda

Las dudas que rodean la muerte del poeta Pablo Neruda pueden disiparse este viernes, cuando está previsto que los peritos chilenos y extranjeros que han investigado las causas de la muerte den a conocer los avances de su indagación.

Las pericias buscan aclarar si Neruda falleció a causa de un cáncer de próstata, como se ha aceptado durante años, o si fue envenenado por agentes de la dictadura de Augusto Pinochet.

Los expertos que participan en la investigación han sostenido reuniones en Santiago desde el martes pasado para poner en común la información recabada en los últimos meses.

Se trata, además, de la primera vez que se reúne el equipo de expertos al completo desde que el cadáver de Neruda fuera exhumado el pasado 8 de abril desde su tumba en la casa museo de Isla Negra.

En el examen de los restos participan cinco expertos del Servicio Médico Legal (SML) de Chile, cuatro de la Universidad de Chile y cuatro extranjeros, la toxicóloga estadounidense Ruth Winecker y tres españoles, encabezados por Aureliano Luna.

Algunas muestras de tejidos de Neruda han sido examinadas en la Universidad de Carolina del Norte (EE.UU.) y en la española Universidad de Murcia.

Neruda falleció en una clínica privada de Santiago el 23 de septiembre de 1973, solo doce días después del golpe de Estado de Augusto Pinochet, que derrocó al presidente Salvador Allende, uno de sus grandes amigos.

Durante años se dio por buena la versión de que el poeta había fallecido producto de un cáncer, pero a mediados de 2011 se abrió una investigación judicial a raíz de una querella presentada por el Partido Comunista, del que Neruda era militante, tras conocerse unas declaraciones de su antiguo chófer, Manuel Araya, a la revista mexicana Proceso.

Araya, que vive ahora en San Antonio, a pocos kilómetros de Valparaíso e Isla Negra, defiende que el autor de 'Crepusculario' y 'Canto General' murió a causa de una inyección que recibió pocas horas antes.

Los testimonios y documentos de la época confirman que Neruda recibió esa inyección, aunque supuestamente se trató de un calmante.