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Walker se suma a la abultada lista republicana para Casa Blanca

El gobernador de Wisconsin, Scott Walker, anunció hoy lunes oficialmente lo que era un secreto a voces desde hace meses: se presenta como aspirante republicano a la Casa Blanca para las elecciones de 2016, en una abultada carrera que ya suma 15 candidatos de ese partido.

Adalid de los valores conservadores, Walker hizo suyas hoy todas las batallas de las bases de su partido, cuyo voto es decisivo en las primarias, en su primer discurso como precandidato en los suburbios de la ciudad de Milwaukee, en Wisconsin.

El gobernador, de 47 años, dijo que sus primeras decisiones como presidente serían pedir al Congreso que revoque la reforma sanitaria de Barack Obama, eliminar las 'malas' regulaciones económicas del actual Gobierno y dar luz verde al controvertido oleoducto Keystone.

Prometió, además, una política exterior más dura, con las prioridades de romper inmediatamente el 'mal' acuerdo nuclear con Irán, tratar a Israel 'como un aliado', frenar a Rusia y luchar contra 'la amenaza del terrorismo radical islámico'.

'Nuestro objetivo debe ser la paz, pero habrá tiempos en los que tengamos que luchar y si los estadounidenses luchan, luchan para ganar. El mundo debe saber que no hay peor enemigo que los Estados Unidos de América', defendió.

Walker, que debe su reconocimiento nacional a la batalla que libró con los sindicatos de su estado, se presenta como un candidato ajeno a la burocrática Washington con el aval de las rigurosas recetas económicas conservadoras que ha aplicado como gobernador.

'Tenemos un Gobierno en Washington que no hace su trabajo, pero no es demasiado tarde. Necesitamos un liderazgo nuevo, fresco, con grandes ideas, que venga de fuera de Washington, que sepa hacer su trabajo como hemos hecho en Wisconsin', argumentó hoy en la presentación de su campaña.

'Ganamos a los sindicatos, bajamos los impuestos, aprobamos legislación contraria al aborto y a favor de las armas, establecimos que sólo se pueda votar con una identificación. Si nuestras reformas funcionaron en Wisconsin, pueden funcionar en todo el país', añadió, fiel a su ideario escrupulosamente conservador.

El gobernador (1967, Colorado) lidera los sondeos en el estado clave de Iowa y parte como uno de los favoritos en todo el país con el 9,8 por ciento de los apoyos, sólo por detrás de Jeb Bush (17,8%), según la última media de encuestas de todo el país elaborada por la página web Real Clear Politics.

Walker presume de lo competitiva que es la carrera republicana de estas elecciones pero divide a sus compañeros en dos grupos: 'los senadores que han desafiado al Gobierno de Obama pero todavía no han ganado ninguna batalla importante' y los 'gobernadores y ex gobernadores que son buenos ganando elecciones pero 'todavía tienen que enfrentarse a grandes desafíos'.

Frente a unos y otros, Walker se presenta como un ferviente conservador que ha logrado ganar tres elecciones en cuatro años en un estado progresista como Wisconsin gracias a sus medidas económicas y a su mano dura con los sindicatos.

'Yo sé cómo luchar y ganar, ahora más que nunca Estados Unidos necesita un presidente que luche y gane por el país', dijo hoy.

Las primarias republicanas de 2016 serán unas de las más competitivas de la historia, ya que con el anuncio del gobernador de Ohio, John Kasich, previsto para la semana que viene serán al menos 16 los aspirantes conservadores a la Casa Blanca.

Walker prepara desde hace meses su campaña con visitas al extranjero y a estados clave en las primarias, consciente de que tiene que ganar reconocimiento y conseguir que los ciudadanos le vean como un potencial presidente y no sólo como el gobernador que saltó a la palestra nacional por sus duros recortes económicos.

El gobernador explota en sus discursos un mensaje con gran predicamento entre los estadounidenses: el de sus orígenes humildes en una carrera presidencial con apellidos como Bush y Clinton.

Hijo de un pastor baptista y una secretaria, Walker creció en ciudades pequeñas del Medio Oeste de Estados Unidos y tuvo que trabajar lavando platos y haciendo hamburguesas para pagarse sus estudios.

En la Universidad, de la que nunca se graduó, era conocido por vestir de traje y corbata y proclamar a todo el que quería escucharle que su sueño era, ni más ni menos, que ser el presidente de Estados Unidos.

Desde entonces ha dedicado su vida a la política y a su familia, su mujer Tonette Walker y sus dos hijos ya en edad universitaria, que hoy le acompañaron en la presentación de su campaña.

'Mi marido nunca se ha olvidado de nuestro aniversario, que es el 6 de febrero. Y, aunque no hubiera sido la fecha del cumpleaños de Ronald Reagan, seguro que también se habría acordado', dijo hoy Tonette, recordando al país la admiración que profesa su esposo al expresidente republicano (1981-1989).

El gobernador de Wisconsin, el republicano Scott Walker. (EFE/Archivo)
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