Comienzan la segunda evaluación del programa de rescate de Grecia
Grecia y sus acreedores iniciaron hoy en Atenas la segunda evaluación del programa de reformas asociados al rescate, un compendio de 45 requisitos que incluye el espinoso tema de la reforma laboral y que el Gobierno debe cumplir para poder obtener un nuevo tramo de 6.100 millones de euros.
Como es costumbre, la primera reunión tuvo lugar con el ministro de Finanzas, Euclides Tsakalotos, y en el punto de encuentro habitual, el hotel Hilton, en el centro de Atenas.
Al comenzar la negociación, hace ya un año y medio, el Gobierno del izquierdista Alexis Tsipras impuso como condición que las conversaciones se llevaran a cabo en un hotel, un gesto simbólico con el que pretendía evitar imágenes de acreedores entrando y saliendo en los ministerios como si de su casa se tratara.
A la reunión de esta mañana asistieron los jefes de misión de la Comisión Europea (CE), del Banco Central Europeo (BCE) y del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), pero no del Fondo Monetario Internacional (FMI), cuya representante se incorporará previsiblemente mañana a las conversaciones.
En este primer encuentro se abordó el pago de 1.700 millones de euros que todavía queda pendiente de la primera evaluación, desembolso que se destinará íntegramente al pago de deudas que el Estado tiene con organismos nacionales y cuyo desembolso dependía de una serie de datos que el Gobierno ha aportado ahora.
Fuentes del Gobierno citadas por los medios señalaron que todo indica que la semana próxima podrá darse luz verde a este pago.
En la reunión se abordó además la creación del nuevo fondo de privatizaciones, que se diferencia del anterior en que los acreedores han designado a dos de sus cinco miembros, y sobre el que todavía hay que decidir quién lo va a presidir, si un griego o uno de los dos extranjeros.
En la amplia lista de requisitos que debe cumplir Grecia antes de poder obtener el nuevo tramo de este tercer rescate, cuyo monto total asciende a un máximo de 86.000 millones de euros, figura el marco presupuestario a medio plazo (2017-2020); la gestión de los créditos morosos y las ejecuciones hipotecarias; el aumento de la competitividad en algunas profesiones; la liberalización del mercado energético y las privatizaciones.
En la agenda de hoy figuraban además encuentros con los ministros de Educación, Nikos Filis, y el de Energía, Panos Skurletis.
El hueso principal, sin embargo, lo constituirá la negociación en material laboral.
La primera cita con el ministro de Trabajo, Yorgos Katrúgalos, está prevista, salvo cambios de última hora, para el domingo.
Los temas son complicados, pues afectan a la esencia de las relaciones laborales: el derecho a huelga, los despidos masivos, la negociación colectiva y el salario mínimo.
El Gobierno de Tsipras ha prometido que Grecia no cederá en esta cuestión y que, lejos de sacrificar más derechos laborales, el objetivo es restablecer la negociación colectiva abolida por el Gobierno del conservador Andonis Samarás, y además evitar la liberalización completa de los despidos, que exige el FMI.
Según indicaron fuentes gubernamentales citadas por los medios locales, los jefes de misión de la denominada cuadriga permanecerán en Atenas durante una semana y volverán después del próximo Eurogrupo del 7 de noviembre.
El objetivo del Gobierno de Atenas es concluir esta revisión hasta finales de noviembre o comienzos de diciembre, con el fin de que el Eurogrupo del 5 de diciembre pueda dar luz verde al desembolso del nuevo tramo.
Tsipras tiene prisa, porque no quiere cerrar el año sin haber lanzado la negociación sobre el alivio de la deuda, su principal caballo de batalla desde el comienzo de la negociación.
Después de haber aprobado a lo largo del último año y medio una serie de medidas dolorosas, las enésimas desde que comenzó la crisis económica en 2009, el líder izquierdista no se cansa de recalcar que una reestructuración de la deuda serviría para insuflar oxígeno a la maltrecha economía.
Tsipras ha aprovechado su viaje a Bruselas para abordar esta cuestión en los encuentros bilaterales que ha mantenido con varios líderes en los márgenes de la cumbre de la Unión Europea.
Sin embargo, por ahora nada indica que vaya a recibir algún tipo de espaldarazo en esta cuestión, con una Unión Europea centrada en asuntos mayores como el brexit, y una Alemania que el próximo año celebra elecciones generales.
El ministro de Finanzas germano, Wolfgang Schäuble, lo ha dejado meridianamente claro: el tema de la deuda se hablará una vez finalice el tercer rescate, es decir, en 2018.
Tsipras, en cambio, no se cansa de recalcar que la mejora de las condiciones de la deuda es un compromiso contraído por los propios acreedores y que si Grecia cumple lo acordado también lo deben hacer sus socios.