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La lucha armada, principal producto de exportación de la Cuba fidelista

La Habana - Cuando en septiembre de 1945 Fidel Castro ingresó en la Universidad de La Habana, nadie sospechó que aquel 'guajiro' (campesino) de holgada posición económica marcaría la turbulenta historia de America Latina de mediados del siglo XX.

Icono espiritual de la extrema izquierda en el mundo, Castro murió el viernes pasado a los 90 años de edad, dejando como parte de su legado un hecho que parecía imposible en el 'traspatio' de Estados Unidos: derrocar por las armas en 1959 a un gobierno apoyado por Washington.

Tenía 26 años cuando asaltó el cuartel Moncada, en Santiago de Cuba, para desalojar al dictador Fulgencio Batista; 32 cuando entró en La Habana a la caída de ese régimen, y 36 cuando en torno a la pequeña Cuba pudo estallar la tercera y última guerra mundial con la llamada 'crisis de los misiles'.

Al margen de cómo la historia enjuicie su obra, ha jugado en ella un rol clave, con una influencia desproporcionada ante la dimensión geoeconómica y demográfica de esta nación insular del Caribe. El

legendario líder de la Revolución cubana dejó su sello en una caótica América Latina en las décadas de los años 70 y 80.

Objeto de enconadas pasiones entre partidarios y enemigos, Castro fue hasta el último de sus días, pese a su grave enfermedad, uno de los hombres menos predecibles y tenaces que se recuerde desde su

nacimiento el 13 de agosto de 1926 en Birán, antigüa provincia de Oriente.

Su agitado curriculum tiene uno de sus primeros hitos en 1947 cuando se enroló en una expedición que partió de Cayo Confites -extremo este de la isla- que intentaba derrocar al dictador dominicano RafaelLeónidas Trujillo.

En abril de 1948 participó en Bogotá en las protestas por el asesinato del líder Jorge Eliécer Gaitán, en el llamado 'bogotazo'.

Ex condiscípulos suyos de la Universidad recuerdan que en esos años estudiantiles siempre llevaba consigo una pistola. Y todavía hasta antes del percance de salud anunciado el 31 de julio de 2006, solía tenerla al cinto, advirtiendo a sus interlocutores que era buen

tirador.

Sus 'mejores años', según dijo en una de las entrevistas que concedió, serán siempre los 25 meses que pasó al frente de una tropa guerrillera combatiendo en la Sierra Maestra (1957-1959) contra un ejército varias veces superior.

En los expedientes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos aparece registrada, bajo el acápite 'Exportación de la Revolución', su asistencia a revolucionarios izquierdistas de América Latina para derrocar lo que llamó 'gobiernos oligárquicos'.

En el Caribe y Centroamérica, la izquierda soñaba con generalizar los conflictos locales, la violencia urbana y rural, los movimientos masivos en favor de la justicia social, y la erosión de las estructuras tradicionales para lograr un repliegue del poder hemisférico de los Estados Unidos.

Hijo de un inmigrante gallego devenido terrateniente y de una humilde campesina cubana, nació el 13 de agosto de 1926 en Birán (sureste), estudió con jesuitas y se graduó de abogado en la Universidad de LaHabana, donde fue moldeando su innata rebeldía.

En los años de lucha contra Batista, mientras los partidos políticos debatían cómo cambiar el gobierno e instaurar un sistema democrático mediante mecanismos legales, Castro lo apostó todo a la acción revolucionaria armada.

Asaltó al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953 y, tras fracasar, guardar prisión y exiliarse en México, el 2 de diciembre de 1956 desembarcó en la isla con 81 hombres para librar la lucha guerrillera que puso fin a la dictadura Batista el 1 de enero de 1959.

Ataviado con su traje de campaña verde olivo, Castro ejercióel poder durante casi medio siglo hasta que una enfermedad gastrointestinal le obligó a cederlo a suhermano Raúl el 31 de julio del 2006.

El fallido foco guerrillero de Ernesto 'Che'Guevara, asesinado en la selva boliviana en octubre de 1967, pareció clausurar el sueño revolucionario de llegar al poder solo por la vía armada en un continente subdesarrollado y bajo la influencia de Estados Unidos.

Sin embargo, según el historiador y analista Juan F. Benemelis, Cuba promovió en las décadas del 70 y el 80 la unificación de las izquierdas en los países del hemisferio y la promoción de la revolución armada en América Central y el Caribe con el objetivo del

'derrocamiento violento de los gobiernos existentes y el

establecimiento de mayor número de regímenes solidarios' con la isla.

Los servicios de inteligencia de Washington acusaron a La Habana de brindar asesoría, entrenamiento y armas a los militantes de las FARC y el M-19 de Colombia, Sendero Luminoso de Perú, el Frente FarabundoMartí de El Salvador, el Ejército Guerrillero del Pueblo de Guatemala, Bandera Roja de Venezuela, y los Tupamaros de Uruguay, entre otros.

Con el paso de los años, Castro dioindicios de entender que los resquicios de la democracia ofrecen la posibilidad de que la izquierda llegue al poder a través de las urnas, como lo confirmaron Nicaragua,

Venezuela, Bolivia, Brasil, Ecuador, El Salvador y algunas islas del Caribe.

'Las ideas no necesitan ni de las armas, en la medida en que sean capaces de conquistar a las grandes masas', dijo en un discurso el 3 de agosto de 1985 en la clausura del encuentro sobre la deuda externa de América Latina y el Caribe en La Habana.

'En el futuro, las batallas no serán con armas, serán con las ideas', afirmó en julio de 2016 durante la trigésima Cumbre del Mercado Común del Sur (Mercosur) paraconfirmar este cambio.

Fidel Castro (EFE/Archivo)
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