Log In


Reset Password
SAN JUAN WEATHER
Mundo

Mineápolis se convierte en una fiesta con George Floyd en el recuerdo

Bailes, abrazos, saltos de alegría, lágrimas de felicidad y gritos de "culpable" convirtieron este martes a esa ciudad en un lugar de celebración.

Un grupo de personas se manifiesta, en Mineápolis (EE.UU.), después del anuncio del veredicto contra Derek Chauvin, el expolicía que mató a George Floyd tras asfixiarlo en una esquina de la ciudad.
Foto: EFE

MINEÁPOLIS - Bailes, abrazos, saltos de alegría, lágrimas de felicidad y gritos de "culpable" convirtieron este martes a Mineápolis (Minesota, EE.UU.) en una fiesta tras el anuncio del veredicto contra Derek Chauvin, el expolicía que mató a George Floyd tras asfixiarlo en una esquina de la ciudad.

Miles de personas salieron de sus casas con una sonrisa y el puño en alto, pero sin olvidar que la decisión del jurado "es solo el principio de una revolución" y que Floyd "no regresará", como dijeron algunos de los manifestantes y familiares del fallecido.

El ambiente en las calles, sin embargo, fue de júbilo: "¡Esto es una fiesta! Estoy muy emocionado, feliz; ¡Hoy es un gran día!", exclamó en declaraciones a Efe Patrick Dawn, un hombre afroamericano que se acercó a la sede del juzgado a bordo de su BMW con una bandera grande negra y blanca con el lema "Black Lives Matter" ("Las Vidas Negras Importan").

A su lado, y también dentro de su automóvil, se encontraba Chris Wall, algo más joven que Dawn pero igual o más emocionado.

"Me siento extático: hemos ganado esta pelea, pero la batalla no ha terminado", aseguró Wall a Efe, con otra insignia similar, con los colores de la bandera panafricana -rojo, negro y verde-.

LA FAMILIA, ALIVIADA

A tres calles del juzgado, en un hotel céntrico, se encontraban al mismo tiempo los familiares y abogados de Floyd, que también celebraron la condena contra el expolicía que asesinó a su ser querido.

"Hoy, podemos volver a respirar", afirmó en rueda de prensa uno de los hermanos de Floyd, Philonise, en clara referencia a las últimas palabras que pronunció George, "no puedo respirar", cuando el expolicía Derek Chauvin lo ahogaba con la rodilla.

"Me siento aliviado hoy -añadió- porque finalmente tendré la oportunidad de dormir un poco".

Esta fue la primera reacción de un familiar de Floyd después de que un jurado en Mineápolis declarase esta tarde a Chauvin culpable de los tres delitos de los que estaba acusado, lo que podría llevarle a la cárcel por un máximo de 40 años.

Dichos cargos son asesinato involuntario en segundo grado, penado con hasta 40 años de cárcel; asesinato en tercer grado, con una condena máxima de 25 años, y homicidio involuntario en segundo grado, que acarrea hasta 10 años de privación de libertad.

Como no tiene antecedentes penales, solo podría ser condenado a un máximo de 12 años y medio de prisión por cada uno de los primeros dos cargos y a 4 años de cárcel por el tercero.

"Lo que le pasó a mi hermano, fue una película. El mundo vio cómo su vida se apagaba. Y yo no he podido hacer nada más que mirar, especialmente en la sala del tribunal, una y otra vez, a mi hermano ser asesinado", afirmó entre lágrimas Philonise Floyd.

LA ZONA CERO POR FIN SONRÍE

Su hermano fue asfixiado hasta la muerte, ya sin el "presuntamente" después del veredicto, en el sur de la ciudad, en el barrio de Powderhorn, en mayo del año pasado.

Esa intersección donde murió Floyd, la de la calle 38 con la avenida Chicago, convertida ahora en un símbolo contra la brutalidad policial contra las minorías, también pudo "volver a respirar" y festejar los tres cargos contra Chauvin.

La primera reacción de los asistentes a la "plaza George Floyd" fue lanzar billetes de manera simbólica a la tienda frente a la que murió el afroamericano, la ahora famosa Cup Foods, después de que uno de los dependientes llamase a la policía para reportar que había pagado con un billete falso de veinte dólares.

La rabia y la frustración contenidas en los últimos meses en Mineápolis desde ese episodio se transformó en alegría y felicidad, por lo menos, durante las horas siguientes al veredicto.