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El asesinato de John F. Kennedy y la Guerra de EE.UU. en Vietnam

'Un hombre puede morir, las naciones pueden levantarse y caerse,

pero una idea vivirá para siempre.' -John Fitzgerald Kennedy

Hoy se cumplen 50 años del asesinato de John F. Kennedy. Mucho se ha escrito sobre el macabro evento, pero poco se ha comentado sobre cómo el hecho allanó el camino para la Guerra de Estados Unidos en Vietnam, Laos y Cambodia y prolongó la Guerra Fría.

Distinto a los asesinatos de otros tres Presidentes de los Estados Unidos, el de J.F.K. quedó inmortalizado para la historia através el lente de varias cámaras. Las imágenes más difundidas del trágico evento fueron captadas por la cámara de Abraham Zapruder. Este famoso vídeo, que ha recorrido el mundo tanto en su versión original como en sus diversas manipulaciones, desde que fue destapado por el Fiscal de Louisiana Jim Garrison, nos deja ver cómo el plomo acabó con la voluntad de uno del trigésimoquinto Presidente de los Estados Unidos. Lo que no deja ver la oportuna película es cómo la ejecución de este Presidente desataría la agresión bélica más sangrienta e inhumana registrado desde la Segunda Guerra Mundial.

No fue una presidencia fácil. Kennedy comenzó su mandato cargando con la aprobación de una operación clandestina contra Cuba y el sabotaje interno a la Cruzada por la Paz. El 28 de marzo de 1960, su antecesor Dwight D. Eisenhower aprobó el plan presentado por el Director de Inteligencia Central Allen W. Dulles para infiltrar tropas en Cuba. Apenas un mes más tarde Allen Dulles utilizó a Richard M. Bissell y otros para poner un U-2 a volar a través de la U.R.S.S. en contra de las directrices del Presidente Eisenhower de suspender los vuelos espías hasta que concluyeran las reuniones de la Cruzada por la Paz. El avión pilotado por Francis Gary Powers cayó en Sverdlovsk. Contrario al protocolo de estos vuelos, este piloto cargaba con todas sus identificaciones de la Fuerza Aérea de EE.UU. Una vez anunciado que Powers fue capturado con vida, Ike no tuvo otra alternativa que asumir la responsabilidad del evento. Como era de espararse, el incidente frustró las dos importantes reuniones en que Eisenhower y Nikita Krushchev discutirían la posibilidad de terminar la Guerra Fría. La primera de estas reuniones estaba pautada para el 16 de mayo de 1960.

En algún momento entre la caída del U-2 en la U.R.S.S. y la toma de posesión de Kennedy la Agencia de Dulles convirtió la operación clandestina para introducir pequeños grupos de soldados a la Sierra Maestra y al Escambra en una enorme invasión anfibia. Poco más de cuatro meses después de mudarse a Casa Blanca, Kennedy tuvo que asumir la responsabilidad del fracaso de la invasión a Cuba de abril de 1961, conocida popularmente como Bahía de Cochinos, tal como Eisenhower lo hizo con la caída del avión pilotado por Gary Powers.

Sin conformarse con asumir la responsabilidad diplomática de la Cochinada, Jack Kennedy le quitó a la C.I.A. la prerrogativa de organizar y ejecutar operaciones clandestinas ('black operations'), para pasarla al 'Joint Chief of Staff' que entonces era dirigido por el General Lyman Lemnitzer. El 26 de junio de 1961, J.F.K. suscribió el Memorando de Acción de Seguridad Nacional 55 declarando al J.C.S. como su principal asesor militar.

El N.S.A.M. 55 era apenas el comienzo de una aventura presidencial. Al mismo tiempo que le retiraba la confianza a la C.I.A., el Presidente Kennedy ordenó una investigación de las razones que motivaron el fracaso de la Operación Zapata. Concluida la investigación, J.F.K. 'renunció' al Director de Inteligencia Central de Inteligencia Allen W. Dulles; al Sub-director de Inteligencia Central Charles P. Cabel; al Director de Operaciones de la Agencia Central de Inteligencia Richard M. Bissell, Jr.; y al Secretario de Estado William Bundy.

Como si le faltaran enemigos, J.F.K. le encomendó al Procurador General Robert F. Kennedy a unir esfuerzos con el Buró Federal de Investigaciones (F.B.I.) para investigar al crimen organizado. Su gobierno logró un aumento significativo en las convicciones por crimen organizado (de 14 en 1961 a 373 en 1963). Ello debió poner en ridículo a J. Edgar Hoover que llevaba varias décadas al frente del F.B.I., sin obtener grandes logros contra la mafia.

Luego de enfrentarse a los enemigos internos, el Presidente Kennedy tuvo que enfrentar la crisis diplomática más tensa y peligrosa de la Guerra Fría: la Crisis de los Misiles de octubre de 1962, que amenazaba al mundo con una guerra nuclear entre ambas superpotencias. Aunque las comunicaciones que tuvo Nikita Krueshchev lograron acuerdos para evitar la destrucción masiva, hubo Generales de EE.UU. que se mostraron inconformes con la forma en que su Comandante en Jefe manejó el asunto y pusieron en duda su capacidad para un conflicto bélico con la U.R.S.S. Me pregunto cómo esos generales hubiesen pensado que George W. Bush hubiese manejado una crisis diplomática como esa.

Lejos de conformarse con haber evitado una guerra nuclear, J.F.K. continuó su mandato promoviendo el desarme y el fin de la Guerra Fría. Por eso, cuando se dirigió a la Organización de las Naciones Unidas el 30 de septiembre de 1963 instó a la U.R.S.S. y al resto de la comunidad internacional a firmar un tratado de paz para pactar un total el desarme nuclear supervisado por una organismo internacional al que llamó 'United Nations Peace Force'. Sin embargo, su mayor enemigo no estaba al otro del mundo sino en las entrañas de ese animal salvaje que pretendía domar.

Para demostrar que su propuesta no se trataba de un mero discurso diplomático, J.F.K. ordenó a su Ejército a retirar sus tropas de Vietnam del Sur. El 11 de octubre de 1963, firmó el Memorando de Acción de Seguridad Nacional 263, ordenando el retiro de las 16,000 tropas que tenía en Vietnam del Sur: 1,000 efectivos para antes de la Navidad de 1963 y 15,000 para antes de que finalizara el año 1965. Pocos saben de este memorando, porque el mismo fue ocultado por uno de sus más allegados Generales y sustituido por otro días después de la caída de J.F.K.

Su determinación se convirtió en un obstáculo para el mismo complejo militar industrial y sus agencias de inteligencia. Acabar la Guerra Fría sería el fin de muchas de corporaciones cuyas ganancias viven como rémoras aferradas a la tintorera militar del imperio norteamericano. Si consideramos que el Partido Republicano no contaba con un candidato con opciones a triunfo para las elecciones de 1964, la re-elección de Kennedy era inminente y la salida de las tropas estadounidenses sólo podía ser arrancada del espectro político mediante la fuerza.

Sólo faltaba que rodaran unas cuantas cabezas para provocar la guerra anhelada por la burguesía bélica. El discurso de paz del Presidente tropezó con el magnicidio del hombre de los Estados Unidos en Indochina. La agencia Central de Inteligencia 'no pudo' sacar con vida a Ngo Dinh Diem ni a su hermano de Vietnam del Sur. El 1 de noviembre de 1963, el Presidente de Vietnam del Sur Ngo Dinh Diem y su hermano Ngo Dinh Nhu, Comandante de la Policía de dicho país, fueron asesinados.

Muertos los hombres de EE.UU. en Saigón, tan sólo restaba sacar del camino al líder y a su agenda pacifista. A las 12:30 de la tarde del 22 de noviembre de 1963, J.F.K. fue herido de bala frente a una multitud de espectadores, mientras viajaba en una limusina descapotada por la calle Elm en Dealy Plaza. Minutos más tarde se certificó su muerte en el Hospital Parkland Memorial. El Memorando de Acción de Seguridad Nacional 263 (N.S.A.M. #263), tenía sus días contados.

Independientemente de si fue producto de una conspiración o de la mente criminal de un solo hombre, este magnicidio allanó el camino a los intereses económicos del complejo militar industrial en Vietnam. De haber sobrevivido el atentado en Dallas, el N.S.A.M. 163 hubiese continuado vigente, las tropas estadounidenses hubiesen regresado a EE.UU., y la Guerra genocida de EE.UU. en Indochina jamás hubiese ocurrido. Desgraciadamente, la tiranía pudo más que la voluntad de gobernar del joven político de Massachusetts.

*El autor es abogado.