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La rabia de la generación que creció cuando el aborto era un derecho en Estados Unidos

"Siento como si me hubieran dado una patada en el estómago. Es algo visceral", dijo una mujer de 63 años.

Mujeres protestan frente al Tribunal Supremo.
Foto: EFE

WASHINGTON - Cuando nacieron el aborto era ilegal en Estados Unidos, pero cuando empezaron a tener relaciones era un derecho. Una generación de mujeres se fue a dormir este viernes sabiendo que sus hijas, sus nietas, tendrán menos derechos que ellas y eso las ha llenado de rabia.

"Siento como si me hubieran dado una patada en el estómago. Es algo visceral, es como si me hubieran dado una patada con mucha fuerza en el estómago", repetía golpeándose la tripa Anne Glusker, de 63 años y quien la noche del viernes acudió a manifestarse frente al Tribunal Supremo.

Esa corte, de mayoría conservadora, solo horas antes había acabado con la protección federal del derecho al aborto, vigente desde 1973, de forma que ahora los estados serán los encargados de fijar las reglas. Nueve estados ya han prohibido el aborto y se espera que otros lo hagan en los próximos días o semanas.

Glusker estaba cuidando de sus padres en Nueva York cuando vio lo que había ocurrido. Decidió agarrar las maletas, tomar un tren a Washington y plantarse frente al Tribunal Supremo.

"Desde el momento en el que fui sexualmente activa o mis amigas lo fueron, siempre el aborto había sido legal. Siempre desde que he sido una persona, siempre el aborto ha sido legal. Para la mayor parte de mi generación, el aborto ha sido un derecho. Y esto es horrible", contó Glusker a Efe con la vista fija en el tribunal.

Su generación creció con la garantía de que el aborto era un derecho. La mayoría eran niñas o adolescentes cuando en 1973 el Tribunal Supremo determinó que los estados no podían interferir con el derecho de una mujer a decidir sobre su embarazo en virtud de la decimocuarta enmienda de la Constitución, que garantiza la privacidad.

El fallo supuso un cambio enorme en la vida de muchas mujeres, ya que entonces -como ocurrirá a partir de ahora- Estados Unidos estaba dividido en dos: estados progresistas que protegían el derecho al aborto, como Nueva York donde vivía Glusker, y otros conservadores donde estaba prohibido.

Además, había una separación por clases con mujeres pudientes que podían viajar a otros estados para interrumpir su embarazo o acceder a un aborto clandestino pagando una gran suma de dinero, mientras que otras con menos recursos y en su mayoría pertenecientes a minorías raciales tenían que buscar otra forma de abortar o se veían obligadas a dar a luz.

Esa realidad la recuerda con gran amargura Rosemary Maffei, que tenía 18 años cuando el Tribunal Supremo estableció la protección federal al aborto.

"Recuerdo los tiempos en los que el aborto no era legal. En esos tiempos, yo estaban el instituto, eran los años 70. Cuando una chica se quedaba embarazada, de repente, dejaba a de ir a la escuela y todo el mundo sabía que era porque iba a tener un bebé", narró a Efe Maffei.

La mujer acudió a la protesta con su hija Mary Elizabeth Maffei, de 32 años, quien esa misma mañana fue la encargada de avisarle del fallo del Tribunal Supremo.

"Lo han hecho. Roe ha muerto", dijo a su madre en un mensaje de texto. Lo que siguió, cuentan ambas, fueron muchos insultos. "Me sentí muy enfadada. La verdad, es que muy muy enfadada", reconoció a Efe Maffei.

Le horroriza la idea de que las mujeres en Estados Unidos, incluida su propia hija, vayan a tener desde hoy menos derechos de los que ella disfrutó en su edad adulta.

"Honestamente -confesó-, me da miedo. No quiero que nadie esté en la situación de no poder controlar qué pasa con sus cuerpos. Mujeres que quieren tener un aborto porque han sido violadas, por incesto, o por razones médicas o simplemente porque no quieren tener un hijo. Y ahora no van a poder tomar esa decisión".

El fallo del Tribunal Supremo ha dejado en el aire el acceso al aborto de 36 millones de mujeres en edad reproductiva que viven en 13 de los 50 estados del país, según Planned Parenthood, la organización que gestiona la mayor red de clínicas de salud reproductiva en Estados Unidos.

Esa organización estima que 26 estados acabarán prohibiendo el derecho al aborto, en cuestión de días, semanas o meses