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¿Cómo terminar la cuarentena?

Marieli González Cotto, bióloga celular y molecular, insiste en que solo se podrá con pruebas y datos.

Marieli Gonzalez Cotto, bióloga celular y molecular.
Foto: Suministrada

Ya son cuatro semanas de cuarentena decretada por el gobierno de Puerto Rico ante la amenaza de propagación del SARS-CoV-2, virus que causa la condición COVID-19.

Ante un panorama de incertidumbre, acciones a medias, estadísticas incompletas, controversias y actos cuestionables, nos encontramos con una nueva interrogante: ¿Cuándo y mucho más importante, como levantamos la cuarentena?

A diferencia de las circunstancias en las cuales se impuso esta cuarentena, pensando en "el pueblo de Puerto Rico con el corazón y las mejores intenciones" levantar la cuarentena no se puede hacer "con las mejores intenciones".

Aunque la gran mayoría de los expertos coinciden en que el establecimiento de la cuarentena fue una acción correcta y necesaria aún con sus desaciertos, lamentablemente, Puerto Rico no hay cumplido a capacidad las demás recomendaciones de las organizaciones mundiales que buscan contener la pandemia y asegurar que los sistemas de salud no colapsen en medio de esta.

A estos efectos, la Organización Mundial de la Salud (WHO, por sus siglas en inglés) ha dado a conocer seis factores importantes para asegurar el éxito a la hora de levantar las restricciones.

Primero, se debe asegurar que la transmisión esté controlada. En este sentido, Puerto Rico aún está viendo casos positivos, pese a las irregularidades de pruebas, datos y rastreo. Aunque no hay duda de que cuatro semanas de confinamiento pudo haber tenido un efecto de desaceleración en los contagios, no se podrá decir con certeza aun, hasta que Puerto Rico cuente con un sistema de pruebas robusto y representativo de la población. Esto se hace más importante cuando ya se ha establecido la gran incidencia de casos asintomáticos.

Segundo, se debe asegurar que suficientes servicios de salud pública y hospitalaria estén disponibles. Se hace imperativo para cumplir con este punto, conocer el estado de los recursos en hospitales y agilizar la labor de adquirir equipos médicos y de protección personal.

Tercero, se debe minimizar el riesgo de brotes en lugares susceptibles como cuidos de envejecientes. Para esto se necesitará educación masiva y sistemas de prevención robustos y efectivos. Otros lugares propensos a brotes de COVID-19 son las cárceles, centros de detención, cuido de niños y mercados pequeños. A su vez, este punto se relaciona íntimamente con el cuarto factor a considerar para levantar la cuarentena.

Cuarto, las medidas preventivas deben estar establecidas en lugares esenciales como centros de trabajo y escuelas. Es importante recordar que antes de que el COVID-19 llegara a Puerto Rico, no existía ningún protocolo robusto para manejar y evitar brotes infecciosos de esta magnitud. Muchos expertos vaticinan que cuando llegue el momento de regresar a áreas de trabajo y escuelas, las personas deberán continuar usando mascarillas, lavarse las manos frecuentemente, practicar el distanciamiento físico y la desinfección de superficies.

Quinto, debe implementarse un manejo correcto de riesgo importados. Aun cuando la población haga su parte en seguir las recomendaciones para evitar el contagio, los casos importados posan un gran riesgo que podría desencadenar un segundo brote de COVID-19. Afortunadamente, los cruceros no podrán operar por los próximos 100 días. Sin embargo, los esfuerzos deben ser dirigidos a mejorar los cernimientos en los aeropuertos y puertos, en el caso de que no se pueda prohibir el flujo aéreo.

Sexto, los ciudadanos deben estar completamente informados y tomar un rol activo en la transición. Este punto fue grandemente enfatizado por el director de OMS, indicando que cada persona juega un rol importante en los esfuerzos para acabar con esta pandemia. La educación y la transmisión correcta de la información es crucial en lograr de los ciudadanos se inserten en los esfuerzos salubristas. El gobierno debe proveer esta información de forma constante, completa, clara y transparente.

¿Cuáles son los riesgos de levantar la cuarentena de forma prematura?

Expuesto de manera sencilla, la cuarentena no se debe levantar sin la existencia de datos completos y confiables. Para asegurar que la transmisión esté controlada, se necesita información de rastreo. Es decir, se necesita determinar puntos de contagio y manejarlos adecuadamente. Además, se ha observado que cerca del 10% de los trabajadores médicos se han contagiado con SARS-Cov-2 en varios países. Esta estadística es alarmante ya que, si los médicos, enfermeros y otros profesionales de la salud están en riesgo, todos estamos en riesgo. La falta de ventiladores y equipo de protección personal puede colapsar el sistema de salud. La falta de personal médico también.

Un segundo brote de COVID-19 sería catastrófico para la isla. No tenemos datos ni información precisa de cómo se comporta este primer brote y aun los científicos y médicos no entienden por completo las dinámicas y consecuencias de un segundo brote.

Ya algunos países están analizando medidas para terminar la cuarentena de forma paulatina. Muchos expertos concuerdan en que es posible hacerlo si se cumplen con los puntos mencionados por la OMS. Igualmente, la necesidad de pruebas diferentes a las que se usan para detectar el virus juega un papel importante en la estrategia de levantar la cuarentena.

En este sentido, se necesita identificar las personas que han desarrollado inmunidad contra el SARS-CoV-2, ya que se presume dado a como funciona el sistema inmunológico ante otras infecciones, que estas personas no pueden infectarse ni infectar a otros. Ya que no existe vacuna contra el COVID-19, estas personas estarían protegidas (como una vacuna natural) y, en teoría, serían las primeras que se podrán incorporar a sus labores, seguidas por el resto de la población de manera paulatina. Bajo este modelo, las personas con enfermedades de alto riesgo serán las últimas en incorporarse a sus labores, ya que la probabilidad de que el virus esté en circulación sería muy baja.

La cuarentena brindó tiempo valioso para establecer protocolos que no existían en Puerto Rico. Protocolos de administración de pruebas, de rastreo de contacto y de manejo de datos epidemiológicos. Hasta que esto no ocurra, no podremos empezar a pensar o delinear los siguientes pasos. Urge escuchar y cumplir las recomendaciones de los expertos, atender la deficiencia en el número de pruebas realizadas y cumplir con buenas prácticas de educación y manejo de datos.

La autora posee un bachillerato en Biología con una concentración menor en pedagogía de la Universidad Interamericana de Puerto Rico y un doctorado en Biología Celular y Molecular de la Universidad Central del Caribe. En la actualidad, trabaja como científica en el área de inmunología y metabolismo y es profesora universitaria.

La autora posee un bachillerato en Biología con una concentración menor en pedagogía de la Universidad Interamericana de Puerto Rico y un doctorado en Biología Celular y Molecular de la Universidad Central del Caribe. Actualmente es científica en el área de inmunología y metabolismo y profesora universitaria.