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Opiniones

¿Pandemia emocional?

El psiquiatra Víctor J. Lladó recomienda aprovechar el confinamiento para dedicarse a realizar actividades que promueven pensamientos positivos.

Víctor J. Lladó, MD
Foto: Suministrada

En este aparentemente interminable oscuro pasaje que nos ha tocado vivir, ahora mejor conocido como pandemia, hemos minimizado la arista emocional de la crisis.

El espectro espeluznante de la muerte circundante que percibimos parece habernos paralizado emocionalmente, a tal grado que nos enajena hasta de nuestros sentimientos más íntimos. Es una especie de negación paralizante, como nébula que no permite la introspección racional.

Llámanos al 787.759.7948 o búscanos en victorllado.com

Es urgente desgarrar este velo y mirar hacia adentro, y permitirnos entrar en contacto diáfano con nosotros mismos, para poder desarrollar una estrategia eficiente de existencia.

Si tanto miedo tienes a morir, te adelanto que este pavor no solo te causa ansiedad y puede llegar hasta el pánico, sino que también a la larga te deprime.

La depresión es ahora tu peor enemigo interno, tengas o no el virus, pues además de hacerte disfuncional en todo, te va a reducir tu inmunidad, tu mejor defensa contra este virus. La depresión puede ser letal, pues no solo puede conducir al suicidio, sino que también afecta o agrava otras condiciones médicas activas que tengas, como las cardiovasculares, lo que a su vez aumenta el riesgo de enfermarte.

Procura hacer esta introvisión detenida y sosegada, y ponte en contacto con tu yo más profundo. Detente a meditar tratando de llegar a esa médula central emocional espiritual que todos tenemos. Ahí sentirás que sí tienes la posibilidad de movilizar un gran potencial de fe en ti mismo, y con intensidad busca ese centro de fortaleza, empezando quizás provocando recordar y contemplando memorias positivas que te han traído mucha felicidad.

Aprovecha que estás en tu casa para dedicarte a realizar actividades que promueven sentimientos positivos, fortaleciendo los lazos afectivos y amorosos con tu familia inmediata.

Toda expresión de amor e intimidad va a promover que el organismo genere una sustancia conocida como endorfinas (a veces conocida como la “hormona de la felicidad”), la cual no solo incrementa el buen ánimo, sino que también tiene un rol protector en las defensas.

En cuanto a los medios sociales, utiliza los mismos en comunicaciones vívidas o presenciales, que propicien el flujo de los afectos de forma más directa y eficiente.

No dediques tanta atención imaginándote escenarios futuros, sobre cómo será o no será tu vida cuando termine el aislamiento.

Enfócate diariamente en las actividades que estás realizando hoy, sobre todo intentando dedicarte a todo lo que no podías hacer antes del aislamiento, como mejorar tu nutrición y salud física, hacer ejercicios, lo cual incluso, aumenta tu nivel de energía. Es importante también fortalecer tus defensas utilizando alimentos o suplementos ricos en vitamina C, echinacea, cúrcuma, ajo, y muchos otros componentes de fuentes naturales.

No tomes la depresión como algo normal o pasajero, presta atención y atácala enseguida, y no olvides que existen servicios de ayuda profesional a través de videollamadas, los cuales son muy efectivos en situaciones como la que estamos atravesando.

Ahora que se habla tanto y, en efecto, comienza a darse una apertura y regreso a los trabajos para muchos, todos confrontamos otro período de ansiedad y ajuste.

Hay que balancear y tratar de atenuar la ansiedad, retornando a comunicarte con tu conciencia racional, visualizando y solicitando el ánimo para ser asertivo y efectivo, como por ejemplo, al verificar o solicitar condiciones de trabajo seguras, incluyéndose entre otras cosas, que se realicen pruebas de COVID-19 a ti y a tus compañeros de trabajo.

No caigas en el síndrome de “ya me dio”, donde muchas personas están tratando de convencerse a si mismos de que les dio la enfermedad y ya están bien.

Si no es cierto, esta actitud es riesgosa, pues crea un falso sentido de seguridad que puede ponerte en peligro y afectar tu relación con otras personas. De otro lado, si realmente sufriste la enfermedad, puedes afectar a otros y no te estarías cuidando para prevenir complicaciones y evitar recurrencias. Todo esto va a afectar tu efectividad al momento de salir a trabajar. ¡Si no lo has hecho, hazte la prueba! ¡Mucha salud para ti y tu familia!

El autor es psiquiatra con más de 40 años de experiencia, tanto en Puerto Rico como en Nueva York. Es psiquiatra ocupacional y forense. Realizó su especialidad en psiquiatría en Upstate Medical Center, Syracuse, NY. Se ha destacado en el área educativa como profesor para el Departamento de Psiquiatría y en la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico.