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Opiniones

Del lenguaje político, pantomimas y patrañas

El licenciado Víctor García San Inocencio opina que el electorado PNP se enfrenta a un callejón sin salida al tener que escoger entre la abogada de Rosselló, el abogado de la Junta de Control Fiscal, o la "carta impresentable" de quien manda en verdad, Rivera Schatz.

El licenciado Víctor García San Inocencio, columnista de NotiCel.
Foto: Juan R. Costa

Hay frases que por su enorme carga se prestan a malas interpretaciones, a teatros de auto compasión y auto-victimización, o a todo tipo de pantomimas. Por ello, sin querer ser “correctos políticamente”, hay que cuidarse de utilizarlas.

Que fulana, “Quiere hacerse la mosquita muerta”, es una frase peligrosa, pues fácilmente puede cargar una ponzoña machista o macharrana. “Hacerse la víctima”, quizás podría cumplir la idea de trasladar lo que se quiere comunicar y quizás sea algo menos peligrosa.

Que esa misma fulana no sea política, ni sea apolítica a la misma vez, planteado en clave de denuncia, aparte de contradictorio, no comunica tanto como, “O te peinas, o te hace rolos”. Pero esta última frase está muy cargada. Refiere casi inequívocamente a una mujer, o a una persona que se hace rolos, y ya ven, algo de una apariencia de costura se puede reflejar.

Que fulanita (en diminutivo) se refiera a quienes quieran estar pensando en política las 24 horas, y no en la salud, podría pasar los filtros y las pruebas; si no fuese porque fulanita (en diminutivo) está siempre pensando en una agenda primarista, en exhibirse a vuelta redonda, “en estar como el arroz blanco” (ese suena neutral) y en jugar (fulanita), a “hacerse la sueca”, mientras conserva el monopolio de “hacer política”, ella solita, manteniendo encerrados y con los derechos civiles limitados a cualquier competidor.

Pensar que una vez gobernar bien era lo único que necesitaba un primer ejecutivo como campaña política eficaz. Pero claro está, si una candidata nunca ha sacado un voto en su vida, porque nunca le interesó procurarlo, ¿Cómo pretender que no “se esté tratando de servir con la cuchara grande” --ninguna alusión a la cocina-- ahora que tanto lo necesita porque va a primarias?

Además, ¿Qué culpa tiene fulana de “no dar pie con bola” en nada de lo que intenta?. Acaso, ¿Es responsable ella de que su “administración” sea exasperadamente torpe, incompetente, y que ella misma no muestre capacidad alguna de liderato y de tener alguna cosa en orden?

Si tanto le interesa la salud …¿? --signos de interrogación-- ¿por qué predica unas cosas y hace otras? ¿Para qué emite órdenes y directrices que ella misma violenta o permite que se violenten descaradamente --en su presencia-- mientras simula preocuparse por la salud? Examínense los visuales de la reunión de Directorio de su partido, comparecencias públicas, Canóvanas el viernes 5 de junio y la tortura a quienes esperaron por ella y unas bolsas de comida, etc., etc.

Para alguien que nunca sacó un voto, y que por definición no va a reelección, ¿cómo es que se justifica el dispendio y gasto de recursos públicos para este incesante “pavoneo” para intentar conseguir un hueco en la papeleta como candidata inexperta por primera vez?

Cuando Ricardo Rosselló abandonó su cargo, no sabíamos que su contrato de cesantía incluía una cláusula de continuismo a través de su secretaria de Justicia. Ésta ha permitido que el gabinete de Rosselló y sus allegados no sólo permanezcan, sino que se “perpetúen” con nombramientos de hasta 10 años, mientras que hasta la fecha, todo sigue tan inmóvil en Justicia como durante los dos años y medio en que no quiso, o no supo, o quiso no saber investigar nada.

Que el electorado que le quede al Partido Nuevo Progresista (PNP) tenga que someterse al tormento de escoger en la primaria entre la abogada de Ricky Rosselló y el abogado de la Junta de Control Fiscal, dice mucho del callejón sin salida que representa ese partido, cuya siguiente carta impresentable sería la de quien manda en verdad, Thomas Rivera Schatz.

Cosas que hay que ver en este mundo de “Trumpetas” en camino --ahora minado-- de un nuevo código electoral amañado, que la candidata podría firmar. La pandemia del 2019, tiene su correlato político --y apolítico-- en el 2020. ¿Cuánto más habrá que sufrirse la payasada, digo, la pantomima, digo, la patraña?

Agosto y noviembre están cerca. Señora, por favor, no se quite la careta, digo, la mascarilla, si habla en público con personas que están a menos de seis pies de distancia. Y por favor, una escena que ya le quedaba grande, no la monopolice más, pues en solitario le queda todavía más grande.

El autor es abogado, exrepresentante y excandidato a comisionado residente por el Partido Independentista Puertorriqueño. Posee un bachillerato en Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico y un Juris Doctor de la Facultad de Derecho de la misma institución. Tiene además un doctorado de la Universidad del País Vasco (2016).