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Opiniones

La igualdad para Puerto Rico y John Lewis

El licenciado Luis Berríos Amadeo reflexiona sobre el legado de este líder de los derechos civiles y convoca a votar masivamente por la opción del “Sí” en el plebiscito de 3 de noviembre de 2020.

Licenciado Luis Berríos Amadeo.
Foto: Juan R. Costa Rivera

El pasado viernes 17 de julio de 2020, murió en Atlanta, Georgia, a sus 80 años el congresista John Lewis, uno de los héroes y mártires de la lucha por los derechos humanos y la igualdad de sus conciudadanos de la raza negra en los Estados Unidos de América. En la década de los años sesenta del siglo pasado junto a su mentor, Dr. Martin Luther King, Lewis emprendió su lucha pacífica para adelantar los derechos básicos de estos ciudadanos, que no se le reconocían principalmente en los estados del sur de la Nación.

Mientras se llevaban a cabo las exequias fúnebres de este patriota en la ciudad de Atlanta, con la presencia de tres pasados presidentes de la Nación (Clinton, Bush y Obama), aquí en la colonia/territorio se recibió una carta del Departamento de Justicia federal en torno al plebiscito sobre estatus a celebrarse el próximo 3 de noviembre. En esta carta, en respuesta a una misiva enviada a dicho departamento por el presidente de la Comisión Estatal de Elecciones, se informa que no se autoriza la utilización de los dineros federales que una legislación previa había designado para esos propósitos. El funcionario federal que suscribe la notificación utiliza varios subterfugios inmeritorios para fundamentar su antidemocrática decisión. Entre ellos “…que el pueblo de Puerto Rico no ha rechazado definitivamente el ELA”. Debemos recordarle a este funcionario que en la consulta celebrada el 6 de noviembre de 2012, 970,910 electores hábiles en Puerto Rico votaron en contra de la condición territorial actual que no es otra cosa que el ELA. Ese número de electores representó un 54% del universo de personas que contundentemente rechazaron el ELA.

De inmediato, los líderes que se oponen a continuar bajo este indigno y antidemocrático régimen colonial que padecemos, entre otros el presidente del Senado Thomas Rivera Schatz y la comisionada residente Jenniffer González, se expresaron de forma clara y contundente en contra de lo esbozado en la carta federal. Entre otras expresiones catalogaron de “bochornosa” las intenciones de obstaculizar el voto libre de los ciudadanos americanos que aquí vivimos e igualmente que no tenemos que pedirle permiso a nadie para reclamar nuestros derechos como ciudadanos americanos y “que el plebiscito va” con o sin el aval del Departamento de Justicia federal.

Por otro lado, los líderes del inmovilismo que pretenden perpetuar la colonia en clara violación a los más fundamentales derechos civiles y humanos como lo son el derecho al voto y más aún al derecho a ser iguales, salieron de inmediato a solicitar que se derogara la ley que facilitó el plebiscito del 3 de noviembre. Obviamente aludiendo a la carta donde el gobierno federal no nos otorga “permiso” para votar y deshacernos del régimen colonial y lograr la igualdad. No solamente le temen al gobierno federal, también le temen a que el pueblo nuevamente se exprese contundentemente a favor de la igualdad.

Estos líderes del inmovilismo parecen no haber aprendido nada del ejemplo, las enseñanzas y la vida de John Lewis. Nos debemos preguntar en forma retórica que le hubiese ocurrido al movimiento de derechos civiles para alcanzar la igualdad promovida por John Lewis, si el 7 de marzo de 1965 en Selma, Alabama, hubiese pedido permiso para marchar y cruzar el puente Edmund Pettus y el gobierno se lo hubiese negado y como consecuencia se hubiese conformado con esa decisión y no intentara cruzarlo. Lewis intentó cruzar el puente con unas consecuencias muy negativas ese día para él y sus compañeros ya que fue agredido violentamente, pero con unas consecuencias históricas extraordinarias a largo plazo para los ciudadanos afroamericanos.

Uno de los frutos extraordinarios de la lucha, tesón y sacrificio de Lewis fue la elección de Barack Obama a la presidencia de la nación. Así lo reconoció el presidente Obama en la celebración de la vida y despedida de duelo el pasado 30 de julio, al recordar que el día de su juramentación se le acercó a John Lewis para decirle y agradecerle que él estaba allí por sus luchas y sacrificios. Es imperativo recordarle a los que prefieren continuar viviendo en una colonia sin los derechos humanos mas fundamentales, que durante esa misma alocución y obviamente aludiendo a las luchas de Lewis, Obama señaló que, a los ciudadanos americanos de Puerto Rico y Washington, D.C. se les debía “…garantizar que todos los ciudadanos americanos tengan igual representación en nuestro gobierno”. Todos sabemos que la aspiración o meta del presidente Obama, y la que Lewis apoyaba, solo se alcanza con la estadidad.

Días antes de su muerte, Lewis escribió un ensayo que fue publicado en el New York Times el mismo día de sus exequias. Entre sus mensajes antes de partir nos recordó lo siguiente:

“Voting and participating in the democratic process are key. The vote is the most powerful nonviolent change agent you have in a democratic society”.

Sigamos los ejemplos y las enseñanzas de ese gigante de los derechos humanos y la igualdad y sin pedir permiso a nadie y con la certeza de que estamos en el lado correcto de la historia salgamos a votar masivamente por el “Sí” en el plebiscito de 3 de noviembre de 2020.

El autor es abogado y miembro de la Comisión Igualdad para Puerto Rico.