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Opiniones

¿Amigos del Deporte?

La secretaria de Recreación y Deportes, Adriana Sánchez, pasa revista sobre su gestión a cargo de la agencia.

La secretaria de Recreación y Deportes Adriana Sánchez.
Foto: Suministrada

Dicen que todo tiempo pasado fue mejor. Pero las verdaderas hazañas no se logran en tiempos buenos; es precisamente cómo nos enfrentamos a los momentos duros, los retantes, los difíciles, los que nos definen, nos enseñan.

Hay dos formas de enfrentar estos momentos que describo: añorando nostálgicamente el pasado o enrollándonos las mangas, enfrentándonos a la realidad y reinventándonos, estableciendo nuevas visiones y estilos. Cuando acepté ser Secretaria del Departamento de Recreación y Deportes (DRD) me decidí por la segunda y, como en todo, la antipatía a esta manera se hizo sentir, alto y fuerte.

El 31 de enero de 2021 cumpliré tres (3) años frente al ente rector del deporte en Puerto Rico, ya lo dijo el Tribunal Apelativo, “no se le está otorgando poder absoluto a la[s federaciones] para regir el deporte a nivel nacional, sino que sus afiliados tienen que cumplir con los pactos contractuales contraídos”, y no me arrepiento de nada de lo que hecho, de las decisiones que –como equipo– hemos tomado, las políticas publicas de vanguardia que hemos establecido y cómo nos hemos diferenciado de los anteriores.

En el año 2018 me encontré con cientos de instalaciones deportivas destruidas; un proceso de recuperación y reclamación ante las agencias de emergencia sin comenzar; y peor aún, ante la falta de objetivos y programas de impacto a nuestra población. Desde el día uno mis compañeros del DRD y yo redoblamos esfuerzos y encaminamos la gestión para devolverle a las comunidades sus facilidades deportivas. El camino no fue fácil y reconozco que tampoco ha sido rápido. Pero le pusimos esmero y corazón, nos reunimos con alcaldes y alcaldesas, líderes comunitarios y deportivos y con la comunidad; escuchamos sus preocupaciones y atendimos sus necesidades. Este ejercicio logró que pudiésemos reclamar mejoras y transformaciones de modo que los espacios deportivos y recreativos del Estado le sirviesen mejor a las comunidades que los rodeaban. A pesar de los escollos, ya FEMA ha obligado más de $115 millones para la limpieza y reconstrucción de más de 250 instalaciones deportivas y recreativas de nuestra Isla.

El mayor reto, sin lugar a dudas, ha sido mantener la programación deportiva del Departamento a pesar de no contar con un presupuesto asignado para ello. Esto es especialmente duro cuando todos esperamos tanto del DRD, pero nos topamos con la cruda realidad de que se tiene que establecer programación deportiva para toda la ciudadanía –desde edades infantiles hasta los adultos mayores– con solo $3 millones, en el mejor de los casos, mientras otros gestores deportivos, como el COPUR reciben hasta $8 millones anualmente y el Fideicomiso del Albergue Olímpico (FAO) hasta $4 millones para atender una población particular.

Es por esto que, año tras año, nuestros esfuerzos se han enfocado en convencer a las entidades presupuestarias pertinentes de la importancia social de nuestra programación deportiva y, en consecuencia, la necesidad de un presupuesto para ello. En momentos de gran estrechez económica y con una necesidad imperante de mejorar e invertir en servicios básicos para toda la población, les puedo asegurar que lograr asignaciones para mantener viva la programación deportiva del Departamento no fue fácil. Tampoco convencerlos de que se continuaran haciendo las millonarias asignaciones al COPUR y al FAO, aún cuando no se ha podido aportar la totalidad.

Como hija de empresarios, he aprendido a apostar a la creatividad para hacer más con menos. Como deportista, reconozco y practico la importancia del trabajo en equipo. Y así, con creatividad y trabajo en equipo, pusimos todo nuestro empeño en lograr alianzas que nos permitiesen mejorar y ampliar nuestros servicios, mantuvimos los programas desarrollados por otros que demostraron funcionar y creamos otros nuevos. Gracias a lo anterior y la visión de entidades como el Boys and Girls Club, Pequeñas Ligas, SER de Puerto Rico, algunas federaciones deportivas, entre otros, duplicamos los servicios y participantes de nuestros Centros de Formación Deportiva y aumentamos los servicios; conseguimos auspicios que permitieron la celebración del torneo de Béisbol Clase A; pudimos mantener los programas de Deporte Escolar, Deporte Urbano, Muévete Conmigo, entre otros; y logramos celebrar los Juegos de Puerto Rico, aumentando la cantidad de disciplinas deportivas y duplicando la cantidad de participantes. Pero, sobre todas las cosas, estas alianzas nos permitieron ofrecerles nuevos programas a nuestros deportistas, como por ejemplo:

•Se estableció el torneo de Jr.NBA por primera vez en Puerto Rico con la celebración de tres temporadas consecutivas con igual participación de niños y niñas. Además comenzamos un torneo para jóvenes de 18 años,

•Creación del programa MisiónDRD, alianza con SER de Puerto Rico y Boys and Girls Club de Puerto Rico.

•Establecimiento de la escuela de fútbol Villarreal Puerto Rico con el club de primera división de la Liga Profesional de Fútbol de España, Villarreal CF.

•Creamos, por primera vez para este grupo, el DRD Baseball Academies Tournament (BAT) en el que participan todas las escuelas especializadas en béisbol de la Isla, públicas y privadas. Además de fomentar el béisbol estableciendo centros de formación deportiva, ofreciendo clínicas con MLB y los campeones del béisbol invernal Criollos de Caguas.

•Creación del Programa de Incentivos Económicos a entidades enfocadas en el desarrollo deportivo de nuestros jóvenes Jugamos Juntos con un primer desembolso de $270,000 a 30 entidades alrededor de toda la Isla.

Aún con lo anterior, habrá quienes digan que no hay mucho que distinguir. Habrá quienes, aferrados al pasado, entiendan que la labor del Departamento ha sido enemiga o peor aún que el Departamento debe reevaluar su existencia por no fomentar el deporte. Sin lugar a dudas, la falta de fondos alteró la manera en que operaba el Departamento; lejos quedaron esos días en que operaba como entidad de paso para el sostenimiento económico de las federaciones a cambio de apoyo para aspiraciones personales de pasados secretarios. Y no es de extrañar que este cambio crease ronchas, levantara pasiones y provocase rechazo y resistencia. A fin de cuentas, a nadie le gusta que le toquen el bolsillo.

La imposibilidad de continuar las prácticas de antaño asignando fondos desmedidamente, nos movió a enfocamos en la educación empresarial de la gestión deportiva. Nuestro enfoque es proveerle a los gestores deportivos -nacionales o privados- las herramientas para crear planes de negocio que allegasen auspicios, crear planes de mercadeo que les permitiese expandir su marca, entre otros. Con ello nacieron los cursos de empresarismo deportivo con la Compañía de Comercio y Exportación, así como el Banco de Desarrollo Económico, y, en una alianza sin precedentes con La Liga de Fútbol Profesional de España -la liga profesional de mayor crecimiento económico y profesional- se ofreció en Puerto Rico el primer curso de Marketing Deportivo y, recientemente, un webinar sobre estrategias para la innovación y el desarrollo de un turismo deportivo sostenible en Puerto Rico. Les sorprendería si les digo que la participación de las federaciones en estos cursos fue limitada y mínima. Pero como dice el dicho, “los puedes llevar al río, pero no los puedes obligar a beber agua”.

Enfocados en reformar la manera de hacer y gestionar el deporte en Puerto Rico creamos el portal de transparencia El Marcador para que toda la ciudadanía conozca cómo se utilizan los fondos que el DRD distribuye, creamos el Reglamento para la Protección de los Menores en el Deporte: Principios para la participación deportiva en la Categorías Menores, uno innovador y de vanguardia; implementamos el programa P.A.R.E y la Escuela de Padres, celebramos congresos del deporte infantil, de recreación y de aptitud física. Aumentamos la cantidad de matriculados en los cursos que ofrecemos en el Instituto Puertorriqueño para el Desarrollo del Deporte y la Recreación y la cantidad de personas licenciadas y certificadas en Puerto Rico para ejercer profesiones relacionadas al deporte y la recreación.

A pesar de esto, me parece irónico que a estas alturas –y después del “estándard” puesto en el #Verano19– todavía queden algunos pocos que mencionen a Ramón Orta, declarado culpable de malversar $10 millones del DRD, como ejemplo de persona con liderazgo, programas innovadores y el único que “despuntaba” en la industria deportiva de la Isla. Evidentemente las varas son distintas y no lo disimulan. Esta comparación, lejos de ofenderme, la agradezco, pues demuestra que he dejado muy claro mis valores, mis fortalezas y sobre todo mi integridad. Me preocupa, no obstante, el pensamiento de que Puerto Rico no tiene talento para liderar el deporte a una nueva era. Demuestra la desconexión que hay entre los que llevan años viviendo de lo mismo, que quieren mantener el status quo y no darle oportunidad a la gente nueva. De seguir haciendo las mismas cosas, esperando resultados distintos. Fácilmente puedo pensar en varios jóvenes que intentan hacerse paso en esta industria, muchos de ellos con los que he tenido la oportunidad de trabajar: la licenciada Leyre Santaella, quien recientemente se postuló para un puesto en el Comité Ejecutivo del COPUR, pero no le dieron la oportunidad, hablemos de todos los que se preparan en el campo del derecho deportivo, administración y gestión deportiva, como por ejemplo, los licenciados Enrique Mendoza, Gilberto Oliveras, José Solá, Rafelli González, las licenciadas Yelena Hazim, Frances Lange, Nathalia Rivera y Ana María Rodés, entre otras, Oscar Fernández, de Univisión Deportes, y periodistas como Edgar Vargas. Algunos de estos se han ido de PR pues aquí no les dan la oportunidad. Además de los muchos estudiantes de periodismo deportivo que se siguen preparando y con los que he tenido la oportunidad de conversar en estos últimos tres años, pero aún no ven publicados los resultados de su esfuerzo. Pero como dice el refrán, no hay peor ciego que el que no quiere ver. Así que el problema no es que no haya gente, es que no son los que algunos quieren, con la misma visión a la que tienen acostumbrada a la ciudadanía; es que estos quieren entrar a hacer la diferencia, a establecer estilos nuevos y transparencia.

Por mi parte, continuaré apostando a una transformación de la gestión deportiva; a una gestión deportiva distinta, más sostenible y menos dependiente. Seguiré apostando a una gestión deportiva atinada, a la altura del momento que vivimos. Los atrevidos, arriesgados y creativos me verán como amiga, pero los que se aferren a la nostalgia de lo que fue y no volverá me tildarán de enemiga, pero ¿son esos los amigos del deporte? De eso se trata, de saber ganar y perder.

La autora es secretaria de Recreación y Deportes. Posee un bachillerato en Administración de Empresas de la Universidad de Puerto Rico y un Juris Doctor de la Facultad de Derecho de la misma institución. También ostenta un máster en Derecho de Deportivo de la Escuela Universitaria Real Madrid Universidad Europea.