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Opiniones

Rodríguez Mateo pareció doctor, pero en arrogancia

“Lo que natura non da, Salamanca non presta”.

Licenciado Jaime Sanabria.
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Resulta curioso y grotesco que alguien como Carlos Rodríguez Mateo, un médico generalista, sin experiencia laboral previa en salud mental y actual administrador de la Administración de Servicio de Salud Mental y Contra la Adicción de Puerto Rico (ASSMCA), a pesar de que la ley de la agencia le requería que tuviese experiencia laboral previa en salud mental y no la tiene (lo que lo inhabilita jurídicamente para ocupar el cargo), utilice, literalmente, el aludido proverbio español para insultar a la periodista, Valeria Collazo Cañizares, del programa Rayos X de Telemundo, cuando esta le requirió, en un lugar público, su versión sobre las denuncias anónimas de algunos subordinados de la agencia que dirige que alegan haber sido obligados a contribuir a un acto para la recaudación de fondos con motivo del lanzamiento, presunto todavía, de su candidatura ¿a qué?.

Pese a su nutrido expediente universitario, el doctor Rodríguez Mateo no pareció haber recibido, él no, de una Salamanca metafórica, educación, temple y sentido de responsabilidad para hacer públicas sus actividades de hombre público (sé que me redundo) por ocupar un cargo de nominación directa, uno de los muchos que Pierluisi ha nominado en primera persona (“curiosamente”, en el caso de Rodríguez Mateo, tras perder las elecciones a senador), una atribución inherente a los gobernadores que provoca, en demasiadas ocasiones, que personas que carecen de ciertas destrezas ocupen puestos que exceden sus capacidades.

El doctor Rodríguez Mateo exteriorizó su autoritarismo ante las preguntas de una reportera incisiva que no se amilanó, en momento alguno, y que lo sometió con la dialéctica hasta el punto de desatar una hostilidad manifiesta que se tradujo en la pérdida del control verbal por parte del futuro candidato (no quiso divulgar a qué) y en la adopción de un lenguaje corporal rayano en la agresividad.

La periodista perseguía del político, quien fue durante ocho años alcalde de Salinas y cuatro años senador, que le confirmara o desmintiera informaciones que le habían llegado de algunos miembros de la agencia que se ocupa de procurar la salud mental de los puertorriqueños acerca de la coacción de comprar/vender taquillas para el acto privado de recaudación de fondos para una campaña de la no quiso revelar su naturaleza.

Poco más de diez minutos de conversación sirvieron para dejar expuesta la arrogancia de un servidor público que dio la impresión de que el país y los medios eran los que debían estar a su servicio, y no a la inversa. Diez minutos largos de intercambio verbal en los que el personaje caricaturesco hizo gala de su arsenal de aceite para zafarse de las preguntas incisivas que la periodista persistente reiteraba, una y otra vez, al no obtener una respuesta clara a su ánimo fiscalizador, como le manifestara, sin esconder sus intenciones, al funcionario, por muchas ínfulas que pretendiese atribuirse.

Hubo momentos en los que el doctor Rodríguez Mateo parecía, solo parecía, que iba a a atacar la yugular de la periodista, pero curtido en alocuciones, retomaba el pulso y trataba de suavizar sus términos, sus contestaciones, su defensa, pero sin responder a las preguntas nucleares que Valeria Collazo Cañizares le requería contestar.

El administrador de ASSMCA está en su perfecto derecho de emprender –más bien retomar–, su carrera política, pero en su condición del responsable máximo de una agencia tan sensible como la que dirige, no puede presentar una conducta tan hostil, tan prepotente y tan opaca ante una representante de un medio de comunicación que solo pretendía dar luz y transparencia a la población de las prácticas supuestamente dolosas de un director de agencia que pudiese, solo pudiese, haber sacado ventaja de su superioridad jerárquica para presionar a sus subordinados. La ambigüedad del administrador, su timidez para transparentarse, sembró más dudas todavía de las que la periodista le comunicó.

Nuestra isla no puede darse el lujo de tener un funcionario de esa índole al frente de una agencia necesitada de serenidad directiva, de ponderación, de buen talante y, sobre todo, de transparencia. Poco ayuda esa agresividad a dar el ejemplo ante una sociedad puertorriqueña que ha visto deteriorada su salud mental colectiva tras la pandemia.

Basta una cifra, solo una de las múltiples existentes, (quizá la más sonora, la más trágica) para detallar la magnitud de los problemas mentales; desde el año 2000 hasta el mes de noviembre de 2022, se han reportado un total de 6,652 suicidios en Puerto Rico, para un promedio anual de 294 suicidios (en una población de alrededor de tres millones) y una tasa cruda promedio de 8.1 por cada 100,000 habitantes.

Cualquier actitud, cualquier comportamiento, como el manifestado por el doctor Rodríguez Mateo ante la periodista, no contribuye a confiar en la capacidad de ASSMCA para mejorar la salud mental de un país que encabeza muchos de los rankings de pobreza entre los 50 estados y territorios de los EE.UU.

Gracias a la difusión, sin editar, del diálogo, como exigía el hoy todavía administrador, se ha producido un aluvión de reacciones condenatorias hacia este solicitando al gobernador Pierluisi que tome medidas hacia Rodríguez Mateo, medidas que no son otras que su destitución, planteando que la dirección de una agencia tan sensible como la ASSMCA requiere de un liderazgo ético y compasivo, muy lejos del mostrado por su administrador en esos diez minutos, de toma y dame, que parecieron desnudar un lado de su personalidad y, posiblemente, sacaron a pasear, sin trampantojos, al hombre que se esconde tras el cargo.

Amenazar a periodistas que incomodan no parece el camino para ganarse una reputación ética; tacharla de ignorante todavía dice menos en favor de un, repito, servidor público que parecía acostumbrado a preponderar por potestas y no por auctoritas.

Y pese a que, en la política, cualquier desliz del adversario es aprovechado por la oposición, en este caso, y sin que sirva de precedente, varios líderes han sido vocales en solicitar la destitución de Rodríguez Mateo.

Si bien no basta, para dirigir una agencia como ASSMCA, lo que presta Salamanca, constituye un hecho incontrovertible, en toda su extensión, que, en su conversación con la periodista, el doctor Rodríguez Mateo pareció reflejar que carece de otras cualidades que sí se requieren para dicho puesto, a saber, compostura, educación, empatía, compasión y, por supuesto, sentido común.