Log In


Reset Password
SAN JUAN WEATHER
Policía

Ciclistas rememoran trágico accidente con conductora en Loíza

En aquella mañana clara, soleada, con poco tráfico, irrumpió en la carretera 187 en dirección a Loíza un carro negro a exceso de velocidad. Se desvió a la grama de su carril, invadió el carril contrario por el que venía una fila de ciclistas, se deslizó por la grama, chocó contra un poste y en el rebote, terminó impactándolos y así, acabó con la vida de uno e hirió a los otros cinco.

Así comenzó a relatar el momento del accidente Rafael Negrón Orengo, 34 años, uno de los ciclistas atropellados por el carro negro de la conductora Vanessa Pizarro Marrero. Reunidos en la sala 103 del Centro Judicial de Carolina, ante la jueza Yazdel Ramos Colón, el excampeón nacional de ciclismo rememorólos eventos de aquella mañana que alteraron trágicamente su rutina en dos ruedas y la de sus compañeros.

En el momento del incidente, Negrón Orengo, dueño de una tienda de bicicletas, logró lanzarse de la suya, y el carro terminó golpeando su rostro. Se recompuso y miró a sus compañeros. Con su testimonio se trasladó a aquel momento.

Se escuchaban los gritos de Esteban Iturbe Sterling, 34 años, -prosiguió Negrón Orengo- todo el tiempo gritando, con la muñeca caída y las piernas abiertas, sin poder moverse del dolor; Efraín Díaz Robles, 30 años, tenía 'los ojos idos' –'pensé que estaba muerto', dijo el ciclista- y 'Jochi', como cariñosamente llamaban a José Marcel Rodríguez Rivera, ciclista e ingeniero de computadoras que falleció en el accidente, estaba boca abajo, botando mucha sangre, 'un baño de sangre en el piso', y luego supo que estaba muerto por la posición de sus piernas, abiertas, extrañas.

Del asiento del pasajero del vehículo, salió una conductora –Vanessa Pizarro Marrero, 40 años, presente en la sala e imputada por cargos de homicidio negligente, provocar graves heridas corporales, y guiar con licencia vencida y bajo los efectos del alcohol– pidiendo sus pastillas. Según el testimonio del ciclista, Pizarro Marrero, a quien identificó en la sala, pedía su cartera y su celular, así como sus pastillas para controlar la presión.

Fue cuando Negrón Orengo se levantó y acudió al vehículo donde observó botellas de cerveza. 'Me pongo furioso, me da indignación', dijo. En su testimonio subió el tono de su voz cuando recordó las palabras que le dijo una Pizarro Marrero, a su juicio, ida, con los ojos apagados, la lengua trabada, ebria. 'Tú sabes lo que tú has hecho?... Estás borracha… Mataste a una persona… Somos atletas', fueron algunas de las palabras que trajo de nuevo a la vista preliminar. Los oficiales que ya habían llegado a la escena le pidieron que se calmara, y Negrón Orengo exigió una prueba de alcohol.

Con ese testimonio se cerró el segundo día de la vista preliminar. Antes de Negrón Orengo, había declarado Iturbe Sterling, con su muñeca caída, inerte. El ciclista concordó en que el vehículo venía a exceso de velocidad y que estaba 'descontrolado' porque 'el carro se veía inestable' e invadió el carril contrario.

A preguntas del fiscal Alexis Carlo, Iturbe Sterling recordó mirar sus dos huesos por fuera y gritar 'Mi mano, mi mano, ayúdenme'. Le brindaron agua y auxilio. 'La persona nunca se acercó a ver cómo yo estaba, solo gritaba ‘mi cartera, mi cartera' y que tenía un hijo con impedimentos', dijo refiriéndose a Pizarro Marrero.

El residente de San Juan recibió lesiones en el radio, la urna, el escafoide y un fuerte golpe en la rodilla. Desde el incidente, no ha podido trabajar en la tienda de deportes Tres Palmas, punto donde se encontraba el grupo de amigos los martes y jueves para tomar la ruta de La Gallera en Isla Verde hacia el Punte de Loíza, en el área de El Cocotero.

En esa ruta se concentró nuevamente la defensa, esta vez encabezada por el licenciado Wilfredo Díaz Narváez. Resaltó en su contrainterrogatorio a Iturbe Sterling el desnivel de la carretera, la forma en que se suscita el intercambio de líderes o punteros, que los obliga a salir de la línea blanca destinada a las bicicletas por motivo de seguridad, así como el desuso del paseo paralelo a la carretera.

En la audiencia, atento a la vista preliminar, estaba sentado Basilio Aponte, ciclista también, quien conoció desde pequeño al fenecido José Marcel Rodríguez. El paseo de ciclistas 'que supuestamente hay en Isla Verde', explicó Aponte que la ruta en madera está destinado a ciclismo ecoturístico, con astillas y maderas rotas, por lo que 'no sirve' para la goma fina de la bicicleta de ruta, que busca velocidad desde su esencia deportiva.

El paralegal de profesión y residente de Canóvanas, quien practica el ciclismo desde el 2011, resaltó además que entre las condiciones que perjudican a los ciclistas figuran la falta de educación tanto a los conductores como a los ciclistas para que puedan compartir efectivamente la carretera, así como la pobre condición de las carreteras para ambos vehículos por sus imperfecciones. Todo reflejado con mayor asiduidad por la proliferación del ciclismo. 'Antes no había tantos accidentes porque no había tantos ciclistas', concluyó.

Al centro, Vanessa Pizarro Marrero (Archivo / NotiCel)
Foto: