Una lucha verbal donde todas las fuerzas se igualaron (análisis)
El primer debate por la gobernación gestionado enteramente por jóvenes en Puerto Rico ofreció instantes de gran interes. Y es que, a lo largo de sus dos horas de duración, el evento reveló intervenciones en las que los argumentos, ataques y posturas defendidas por los candidatos irrumpieron en instantes de revuelo y gran impacto mediático. No obstante, y en contrapartida, otros fragmentos del debate arrastraron esa sensación de experiencia ya vivida, de mensaje encorsetado, artificial y preso de la redundancia.
Existe un hecho innegable que parece no ser considerado con la pertinencia que se merece: cualquier debate televisivo por la gobernación o, lo que es lo mismo, cualquier evento político retransmitido por este medio, organizado con meses de antelación y coordinado en torno a unas temáticas reveladas, parcialmente o en su totalidad, a los líderes participantes, se halla condenado a la merma de la espontaneidad y al peligro de la reiteración, el mensaje encorsetado y la escasez de profundización.
Dentro de este particular contexto, Manuel Cidre ha demostrado ser uno de los candidatos que mejor sabe manejarse en esta clase de formatos. Su modelo de construcción del mensaje, espontáneo y cercano al público, pudo esta vez erigirse con mayor cuerpo y consistencia, alcanzando una mejor articulación y profundización sin abandonar la rotundidad de sus posturas.
A lo largo del debate, y atravesando tres temáticas principales (economía, educación y gobierno), los distintos candidatos perfilaron rutas discursivas fácilmente identificables: los candidatos independientes, Alexandra Lúgaro y Cidre, sostuvieron en sus personas la promesa de un líder libre de la deuda inherente al hecho de pertenecer a uno de los partidos clásicos. RafaelBernabe, en representación al Partido del Pueblo Trabajador (PPT), defendió la lucha activa y la reivindicación mantenida por su colectividad en la defensa de las comunidades aquejadas por las principales injusticias sociales y económicas que padece la Isla. La líder independentista, María de Lourdes Santiago, perfiló la desconexión y posterior consolidación de Puerto Rico como nación independiente, asegurando esta vía como la única para la solución efectiva de todos los problemas existentes. David Bernier apeló a la renegociación de la deuda y a la protección de la figura del empleado público, con el objetivo de evitar despidos. Por último, Ricardo Rosselló enumeró propuestas que redundarían en el beneficio colectivo, y profundizó en la necesaria reestructuración del gobierno, la implementación de alianzas público privadas y la consolidación de la estadidad como meta alcanzable y perseguible.
Dicho esto, resulta más interesante destacar en el modo en cómo los candidatos se acercaron a la juventud, haciendo uso de un lenguaje más cercano y utilizando ejemplos concretos e ilustradores para explicar mejor sus propuestas y directrices.
Y, por qué no, también podríamos profundizar en cómo se desarrolló la batalla dialéctica o la interacción entre los participantes: algunos de los mensajes que expresaron los candidatos a la gobernación, incisivos y frontales, protagonizaron los grandes momentos de la noche. A diferencia del anterior debate, cuyo foco de conflicto lo protagonizaron casi en exclusividad los líderes de la Pava y la Palmaopacando a sus oponentes, en esta ocasión todos tuvieron algo que decir… y alguien a quien mencionar.
El tema de la educación generó candentes expresiones y división de pareceres que concluyeron en conflicto. Mientras que Santiago apostó por la educación universitaria gratuita, con la defensa de una 'universidad pública transparente' en donde no se dé la concesión de 'becas presidenciales a amigos de la Fortaleza', Cidre fue más específico al indicar su intención de pagar los préstamos estudiantiles a todos los alumnos universitarios que brinden sus servicios a una empresa por un plazo de cinco años. Para sufragar este gasto, se haría uso de los fondos de las leyes WIA y 152. Esta medida solucionaría también el problema de la falta de experiencia laboral en el estudiante recién graduado.
En respuesta a ambas intervenciones, la candidata independiente, Lúgaro indicó que: 'a mí me encantaría pagarle los préstamos estudiantiles a todos los estudiantes, pero la verdad es que el dinero que tenemos en estos momentos apenas da para rendir, pagar los servicios públicos, financiar los sistemas de retiro y, a la misma vez, pagar una deuda pública'.
Por otra parte, los distintos líderes mantuvieron posiciones enfrentadas respecto a la llegada de la Junta de Control Fiscal. La líder independentista cargó la culpa de la actual situación de 'dictadura de la Junta' a la mala práctica política ejercida por los dos partidos que se han alternado en el poder, así como a la relación abusiva, colonial e injusta que, según su planteamiento, la nación estadounidense ejerce contra Puerto Rico. Lúgaro y Rosselló aceptaron, manteniendo distintas posturas y bajo diferentes matices, la existencia de la Junta y la necesidad de negociar con ella los términos a seguir. Bernier también mostró su predisposición para trabajar con la misma, aunque matizó que 'puede ser un matadero'. Más directo fue Cidre, quien indicó la necesidad de actuar cuanto antes (en coordinación a este organismo de supervisión) para solucionar la situación, ya que 'hay dos candidatos que están en negación. Que se niegan a trabajar con la Junta. Y hay dos candidatos ilusos que apuestan a que la Junta les darán incentivo económico'. A esta intervención, Bernier respondió 'Manolo, ilusos no. Un candidato (la usará) para despedir a empleados públicos', en clara alusión al líder novoprogresista.
Pero el punto más álgido del candidato independiente llegó en el instante en que afirmó que 'no apuesta por la estadidad, sino por el proceso de descolonización de Puerto Rico', para después lanzar un dardo a uno de los integrantes que compone la Junta de Control Fiscal: 'el director ejecutivo (en referencia a Bill Cooper, recién nombrado para ocupar este cargo), hay que estar bien cerca de ese señor, porque su historial no debe traer nada bueno a Puerto Rico si no nos anticipamos'.
Como se mencionó anteriormente, los ataques entre partidos no se circunscribieron tan solo entre populares y novoprogresistas, sino que RafaelBernabe atacó duramente al grupo pipiolo al asegurar que 'en el PIP hay candidatos estadistas', confirmándose a sí mismo como verdadero independentista.
Pero tal vez el momento más esperado fue la ronda de preguntas entre candidatos. Mediante un sorteo improvisado que generó algunas preguntas y respuestas de menor fuerza mediática, la combinación perfecta llegó cuando sonaron los nombres de Bernier y Rosselló, quienes, situados el uno al lado del otro, y a pesar de haberse dedicado algunos mensajes a lo largo del debate, no habían colisionado frontalmente. Fue el líder popular quien emitió la pregunta que todos pudieran haber esperado: en tu pasado turno, hiciste mención a mentiroso… Ricardo, estoy hablando con la verdad. (…) El presupuesto consolidado del gobierno son $27,000 millones. El aprobado, casi $9,000. Tú propones reducir $16,000 millones. Yo solo quiero que contestes, a quién vas a despedir?'.
Pero, ante la previsibilidad de la pregunta, Rosselló mostró estar preparado y reaccionó con efectividad: 'gracias por la pregunta. Yo sé que no has comprendido esto, porque tuviste la oportunidad de hacerlo cuando el gobernador te delegó precisamente en la reestructuración del gobierno', argumentó. Después, respondió a una cuestión largamente presente a lo largo de los últimos días.
En una noche ciertamente positiva para las candidaturas independientes, otra de las figuras que más destacó fue la de Lúgaro, quien mejoró su proyección de cara al pasado debate. En una de sus intervenciones más incisivas, declaró la inefectividad del Departamento de Educación por los constantes cambios de orientación educativa ejercidos a cada inicio de legislatura, destruyendo el trabajo anterior. 'Y nuestros maestros, con maestrías y doctorados, pasando necesidades en la escuela, porque el personal administrativo es deficiente, porque está ahí porque pegaron pasquines o porque recogieron dinero para una campaña', increpó la abogada, en clara alusión a la polémica que actualmente envuelve a populares.
En definitiva, los espectadores pudieron visualizar un debate cuyos momentos estrella fueron la ronda de preguntas efectuadas entre candidatos, y la batería de cuestiones que exigían como respuesta un ineludible 'sí' o 'no', como previo marco a la extensión de los posteriores argumentos.
Y es que, en esta sección, los líderes tuvieron que posicionarse de forma clara ante cuestiones de relevancia en la esfera del debate público. De esta manera pudo saberse que Bernier no tiene intención de promover la legalización de la prostitución o el uso recreativo de la marihuana; que Bernabe no considera la encarcelación de aquellos padres que no hayan cubierto las deudas por pensiones alimentarias como la mejor medida a tomar en estos casos; que Santiago renunciaría a su pasaporte estadounidense de declararse la independencia en Puerto Rico; que Rosselló no privatizará la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) o que Cidre no favorecerá los baños unisex en las escuelas.
Por último, debe reconocerse la labor realizada por los integrantes de la organización juvenil Puerto Rico Cambia, quienes, liderados por Jorge Pagán y Brenda Paola, gestionaron un debate con elementos novedosos, los cuales permitieron a los televidentes acercarse a los candidatos bajo una perspectiva distinta.
En una breve intervención y franqueado por el moderador del evento, Jay Fonseca, Pagán comunicó que 'hoy, la juventud demuestra que es la esperanza en Puerto Rico. Nuestra organización se ha encargado al trabajo comunitario. Lo que nos une es que Puerto Rico tiene que cambiar'. Transformar las dinámicas de un debate por la gobernación se antoja como buen anticipo para dar la bienvenida a esta nueva realidad de cambio.