Indecisos meditan su voto en unas elecciones marcadas por la deuda
Los puertorriqueños indecisos todavía valoran el sentido de su voto de cara a las elecciones del 8, comicios de los que saldrá un gobernador que será supervisado por una entidad impuesta por Washington para dar solución al problema de una deuda impagable que amenazaba con el colapso.
La actividad electoral, a una semana de los comicios generales, se intensifica hoy a la espera del cierre de campaña del domingo, marcada por una deuda de cerca de 70,000 millones de dólares que el Ejecutivo local dijo no podía pagar, lo que provocó la intervención de EE.UU., a cuyo Congreso se supedita el Ejecutivo de la isla.
Seis candidatos, incluidos dos independientes, se presentan a las elecciones generales, aunque posibilidades reales de victoria solo tienen Ricardo Rosselló, del opositor Partido Nuevo Progresista (PNP), formación que quiere la anexión a Estados Unidos, y David Bernier, la apuesta del gobernante Partido Popular Democrático (PPD) que quiere perpetuar el Estado Libre Asociado a EE.UU.
La campaña está presidida además por el daño que pueda ocasionar el caso de corrupción de un antiguo recaudador de fondos del PPD, Anaudi Hernández, que se valió de su amistad con dirigentes de la formación en el poder para obtener contratos, pero la clave de las elecciones del próximo martes es que el futuro gobernador tendrá que rendir cuentas ante esa entidad supervisora.
Todos los candidatos tratan en estos últimos días de ganar el voto de los indecisos ante una cita electoral cuyo resultado, según reflejan las encuestas, no se parecerá en nada al de hace 4 años, cuando se impuso el PPD con Alejandro García Padilla a la cabeza con el 48.09 % del voto, frente a Luis Fortuño, del Partido Nuevo Progresista (PNP), que obtuvo el 47.47 %.
Los seis candidatos continúan hoy su agenda electoral con pocos días por delante para intentar modificar el sentido de un voto que tiene como referencia la encuesta del pasado 11 de octubre del principal diario de la isla que daba como ganador a Rosselló con el 40 %, frente a Bernier con el 28 %.
La encuesta mostró que el tradicional bipartidismo puede romperse si se confirman los buenos resultados de los dos independientes -Alexandra Lúgaro y Manuel Cidre- que podrían aglutinar más de un 20 % del voto, lo que significaría acabar con años de total control del PPD y PNP.
Los candidatos del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) y el Partido del Pueblo Trabajador (PPT) parece que solo obtendrán resultados testimoniales.
Los electores contaron con el debate organizado por la cadena televisiva Univision el pasado día 27 para ver a los seis candidatos juntos por última vez antes del próximo día 8.
Los analistas políticos apuntan sobre ese decisivo debate que los independientes salieron reforzados, mientras que los dos candidatos con posibilidades reales de ganar, que mantuvieron sus posiciones tradicionales, no consiguieron efectos relevantes.
Rosselló adelantó que si gana pondrá de forma inmediata todos los mecanismos a trabajar para acabar con la actual relación política con EE.UU. para integrarse como un estado más del país norteamericano, mientras que Bernier dijo que aspira a mejorar la relación con Estados Unidos pero con un estatus similar al actual.
Ambos respetarán, dijeron, a la Junta de Supervisión Fiscal impuesta por Washington, pero tratarán a la vez de proteger, en la medida de lo posible, la autonomía que provee frente a EE.UU. la Constitución del Estado Libre Asociado.
La actualidad del día de hoy a una semana de la cita electoral está marcada por la recomendación de Bernier a la senadora de su partido María Teresa González de que renuncie a su escaño, después de que se hiciera público que la Fiscalía evalúa su relación con el caso de corrupción encabezado por el recaudador del PPD.
Bernier ha tratado durante toda la campaña de esquivar como ha podido el caso de corrupción, que según algunos analistas es, junto a la crítica situación de las finanzas públicas, la causa de que se sitúe por debajo en las encuestas.
Las elecciones también decidirán quién es el próximo representante -sin voto- de Puerto Rico ante el Congreso de EE.UU., la composición de las dos cámaras legislativas y los alcaldes que regirán los municipios de la isla.