La vigesimasexta edición del prestigioso espectáculo de cuatro días Puerto Rico Heineken JazzFest 2016 cerró en la noche del domingo con un derroche de música en honor de su homenajeado, el arreglista, compositor, director y saxofonista puertorriqueño Ray Santos.

Aunque el público fue un poco menguado para la cantidad de asistentes que apoyan al festival de jazz más reconocido del Caribe y fue más escasa que la de la jornada del sábado, superó la de algunos años en que la lluvia y hasta trombas marinas obligaron, incluso, a suspender noches completas de las presentaciones.

El domingo, la sesión de la tarde fue marcada por un incandescente sol y una luna casi llena que castigó e iluminó a la audiencia que se dio cita al Anfiteatro Tito Puente para rendirle tributo a Raymundo 'Ray' Santos, hijo de padres puertorriqueños pero nacido y criado en Nueva York y quien estudió música en la prestigiosa Universidad Musical de Julliard de la Gran Manzana.

Santos, quien vivió por casi dos décadas en Puerto Rico hasta el año 1984, recibió en la noche del domingo un doctorado honorífico de la también famosa Universidad Musical de Berklee por su contribución como músico, compositor, arreglista y director de orquestas de la década del 1950 como Frank 'Machito' Grillo, Tito Puente y Tito Rodríguez en el salón de baile del Palladium de Nueva York y el desparecido club nocturno El Escambrón Beach Club de Puerta de Tierra y quien, además, se ha destacado como educador en la Gran Manzana.

La jornada comenzó, como de costumbre, puntualmente, a las cinco de la tarde con un sexteto de llamado Puerto Rico en Berklee dirigido por el profesor de percusión en dicha institución Manuel 'Eguie' Castrillo, quien alternó entre las congas y los timbales.

Desde su primer tema, Castrillo y sus músicos enardecieron al público, el cual le respondió calurosamente con aplausos de pie bajo el candente sol.

Con la excepción del bajista Flavio Lira de Oliveira, quien es oriundo de Brasil, porque no hay estudiantes puertorriqueños estudiando bajo en Berklee en estos momentos, los otros cuatro son boricuas. Entre estos figuraron David E. Suleimán en el saxofón, Jonathan Salas Rodríguez en la batería, Joseph O. Rivera en el piano, y Orlando A. Latorre en la trompeta.

El tiempo traicionó al sexteto y tuvieron que cancelar una de las dos composiciones que interpretarían de Latorre y dejar sin complacer al público quien exclamaba por otro número de 'ñapa'.

El próximo turno en la tarima le correspondió a la cantante italiana Roberta Gambarini y su cuarteto, quienes enfatizaron el estilo de jazz tradicional con melodías afroamericanas , del Brasil, latinas, blues y otros orígenes en las que las armonías variaban desde la voz cantada hasta el llamado Be-Bop en el cual sus cuerdas vocales simulaban instrumentos de metal.

A mitad de su presentación, el famoso saxofonista cubano Paquito D'Rivera se unió a los músicos de Gambarini para acompañarle en dos números con su clarinete, y en otro tema ella interpretó la balada a dúo con su pianista Cyrus Chesnut. La cantante italiana también fue acompañada por John Webber en el piano y Víctor Lewis en la batería.

Finalmente, en la conclusión del festival, en el tributo a Santos, el trompetista Humberto Ramírez asumió la dirección de la gran orquesta, o Big Band, integrada por hasta 19 de los mejores músicos del Caribe, para rendirle tributo con los arreglos de Santos, una figura poco conocida por los melómanos del mambo, swing y la salsa pero un héroe anónimo de los éxitos de muchas de las canciones que escuchan.

Ya para el tercer número, el propio Santos, asistido por un bastón y su nieto del mismo nombre, le ayudaron a sentarse frente a la orquesta para dirigirla en otros dos temas.

Luego D'Rivera dirigió la orquesta en la canción I Remember Diz, en honor al trompetista Dizzie Gillespie, a la vez que tocaba su clarinete.

En medio de un breve intermedio, Darla Hanley, decana de la División de Educación Profesional de Berklee, y Luis Álvarez, vicepresidente de la División de Licores de Méndez y Compañía, productor del JazzFest y miembro de la junta de directores de Berklee, le confirieron el doctorado Honoris Causa a Santos, quien lleva más de 30 años como profesor de música en el City College of New York.

Además de haber tocado, arreglado y servido en diferentes capacidades para docenas de músicos latinos de primer orden, Santos tocó con los legendarios artistas Mario Bauzá y César Concepción. Sus arreglos para el pianista Eddie Palmieri, el propio D'Rivera y Linda Rondstat contribuyeron a que éstos ganaran premios Grammy. También fue consultor musical y arreglista para la banda sonora de la película The Mambo Kings, nominada al premio Oscar por la canción Beautiful María of My Soul. En el 2003 fue exaltado al Salón de la Fama Internacional de la Música Latina y en el 2011 fue galardonado con el Latin Recording Academy's Lifetime Achievement Award.

Santos, de 87 años de edad, al presentar la canción que dirigiría frente a la orquesta, explicó que la compuso para la orquesta de César Concepción pero se le olvidó precisar en la partitura que se trataba de un mambo, por lo que se grabó como un Cha-Cha-Cha.

También aclaró que su próxima pieza debía llamarse Cooking The Mambo, en referencia a la frase en inglés de que ese grupo lo tenía cuadrado o 'they are cooking', refiriéndose a la década de los altos años 1950, pero la casa disquera le eliminó las últimas dos palabras y se quedó sencillamente como Cooking. Esa es sóla una de las sobre cien composiciones de Santos.

La orquesta grande básica estuvo integrada por Ramírez, Carlos Martínez, Fernando Marcano y Julito Alvarado en las trompetas, Kristian Hernández, Miguel Rivera, Reynaldo Jorge y Víctor Vázquez en los trombones, Francisco Cruz, Frankie Pérez, Josué Urbina, Luis Rodríguez y Víctor Román en los saxofones, Ángel David Matos en el piano, Junior Irizarry en el bajo, Kachiro Thompson en las congas, Raúl Rosario en los timbales y Richard Carrasco en los bongoces y cencerro, además de D'Rivera.