No nos olvidemos de las islas municipio
Puerto Rico tiene una costumbre popular de olvidar rápidamente las cosas. Olvidamos lo que pasa en las elecciones y votamos por los mismos, olvidamos que somos afectados por ciclones y no nos preparamos constantemente, olvidamos que estamos en un área sísmica y nos sorprendemos con los temblores. Ahora tambien nos olvidamos de nuestro problema de escasez de agua.
En el 1994 ocurrió una fuerte sequía que afectó a gran parte del país y que permanece en la memoria de muchos. Igualmente, el pasado verano nos encontramos ante riesgos de racionamiento debido a que el comienzo del año fue más seco de lo normal, sin embargo, llovió y rápidamente olvidamos el susto que pasamos y los mensajes de ahorrar el agua.
Es preocupante que en la presente sequía, la población aún no adquiera una conciencia colectiva sobre la importancia del recurso agua. Mientras ocurre el racionamiento, encontramos al pueblo pidiendo que se realicen dragados, más embalses y desalinización. Estas alternativas no son convenientes al presente debido a mayor impacto ambiental o los altos costos pero esto no quita el hecho de que hay muchas otras alternativas que podemos optar y otros detalles que nos deben motivar a cuidar del agua.
Las islas municipios dependen del agua en la isla grande para poder suplir a su población. Estas muchas veces sufren de escasez del recurso y es importante que tomemos en cuenta la importancia de esta población y el suplir sus necesidades.
El Rio Blanco en Naguabo es el que suple a las más de 10,000 personas que viven en Vieques y Culebra. Este mismo es uno de los que se encuentra en problemas por la sequía y afectando a la gente más allá de la isla grande. En estas islas es posible trabajar en alternativas de obtención de agua similares a las Islas Virgenes Americanas (USVI) ya que nuestros vecinos cuentan con una población más grande y una geografía similar a la de nuestros municipios. Allí se captura agua en los techos, la mayoría de los hogares cuentan con cisternas, existen cisternas públicas y áreas de captura de escorrentía en las laderas de las montañas, todas en colaboración con plantas de desalinización para evitar los altos costos que esto incluye y con educación sobre la importancia del agua. Los mismos métodos podrían ser establecidos en Vieques y Culebra para evitar emergencias en las islas y para provocar un menor estrés en el Rio Blanco. El municipio de Culebra por ejemplo consume 200,000 galones de agua potable al día para el consumo. A pesar de esta gran cantidad, se estima que para abastecer las necesidades de la población, se requiere aumentar el abasto a 250,000 galones por día. Esto, colocaría en una posición de mayor estrés ambiental al Río Blanco. El promedio del uso de agua total por persona por día en Puerto Rico, incluyendo a las islas, es de 110 galones. Este número es una cantidad que podría ser reducida con la educación y acomodaciones apropiadas.
Estas medidas podrían ser consideradas para otras partes del país y no desperdiciar estas épocas lluviosas que nos hacen una de las islas del Caribe con mayor cantidad de recursos de agua dulce.
Para que no olvidemos tan rápido, es importante que se tome acción colectiva, del gobierno y de organizaciones ambientales para crear una campaña permanente sobre el ahorro del agua, hasta que el conservarla se haga parte de nuestra cultura. Una campaña que motive a la población a ahorrar, a cuidar de los cuerpos de agua, que con el paso del tiempo traiga mejor planificación para las cuencas hidrográficas y que tenga la posibilidad de ofrecer incentivos a aquellos que opten por hacer de sus hogares unos con equipos que utilicen menos agua. El implantar una campaña educativa serviría para crear los primeros proyectos en Puerto Rico que tengan a este importante recurso como prioridad. Igualmente, el tomar ejemplos de lo que se hace en el resto del Caribe como alternativas de captura de agua servirá para preparar a Puerto Rico ante los posibles impactos en variaciones de precipitación y sequía que causará el cambio climático durante los próximos años.
*La autora es Geógrafa de la Universidad de Puerto Rico y líder de la campaña No más botellas.