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Literal: llueve en los laboratorios de la UPR de Mayagüez

Hay pérdidas de equipos y riesgo de incendio mientras el rector Agustín Rullán Toro afirma que se trabaja para resolver el problema a corto plazo y de forma definitiva.

Sobre agua camina una persona en el laboratorio de la profesora Maribella Domenech el pasado 19 de mayo.
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Para entrar a los laboratorios del Departamento de Ingeniería Química del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en ocasiones hay que llevar puestas botas de goma. Y cargar un paraguas.

La descripción no es exagerada ni antojadiza a la luz de lo que acontece en estos espacios de la principal institución educativa del país, la que se jacta de desarrollar el 90% de las investigaciones que se generan en Puerto Rico.

Al ver los pasillos de los laboratorios del RUM -inundados, con “cascadas de agua” que caen de sus techos y con sus equipos tapados con plásticos como si fueran toldos de la FEMA tras un huracán-, no se entiende, por ejemplo, que la UPR ocupe la posición 37 entre mil universidades de América Latina, según el listado QS World University Rankings.

La grave situación fue denunciada a NotiCel por estudiantes que relatan las vicisitudes que enfrentan a diario en los laboratorios, con agua que cae desde los techos “a los equipos usados para investigaciones”.

Uno de los universitarios, cuyo nombre resguarda este diario para evitarle represalias, cuenta que “ya hace largos meses se hizo la denuncia a la universidad. El problema viene por la falta de acción del recinto, que pasa la responsabilidad de un área a otra, y cuando el problema llega a niveles críticos como el presente, siempre ponen soluciones temporeras que duran una semana”.

Y entonces, como la administración no actúa, “hemos llegado al punto de que mis compañeros graduados han tenido que intentar solucionar estos problemas por su cuenta para poder seguir con su trabajo de investigación”, narra el afectado.

La situación, señala, es “crítica”, ya que trabajos de meses o años pueden borrarse de un momento a otro, no sólo producto de las inundaciones, sino por la posibilidad de que se produzca un fuego.

“El riesgo está en que en varios laboratorios llueve a cántaros dentro del edificio, justo en las lámparas, lo que puede ocasionar otro incendio en el complejo (por esta misma razón), como sucedió en 2016”, aseguró el denunciante.

Sobre las inundaciones, el último “evento mayor” ocurrió en el laboratorio de la doctora Maribella Domenech el pasado 19 de mayo, dijo.

“Literalmente su laboratorio está enfrentando problemas cada semana, al punto que la situación ha resultado en pérdidas de materiales y de equipo”, sostiene.

Para rematar, quienes sufren de la desgraciada situación, no se atreven a denunciar el caso por miedo a represalias por parte de la universidad y del departamento.

¿Qué dice la universidad?

El rector del RUM, Agustín Rullán Toro, se dio el tiempo para abordar el asunto: "Esos laboratorios hace pocos años se repararon, porque hubo un incendio, y se instalaron aires acondicionados nuevos. Pero lamentablemente no están proveyendo suficiente capacidad para el drenaje de la condensación del aire".

De ahí las goteras sistemáticas, la denuncia y la necesidad de reparación, que Rullán Toro asegura que comenzará pronto.

"Hay un proyecto para instalar una tubería que tenga una mayor capacidad. La situación la atenderemos en el corto plazo, máximo algunas semanas", aseguró, no sin antes de dialogar del asunto con los decanos de Administración e Ingeniería Química.

El RUM es uno de los recintos más prestigiosos de la isla, el Caribe y Estados Unidos y es conocido el gusto de empresas norteamericanas y extranjeras por el reclutamiento de estudiantes destacados que han logrado dejar un buen nombre alrededor del globo.

Además de estudiantes, son héroes de su ya sacrificado diario académico.