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Tribunales

Síquica presagió la muerte del esposo de Áurea Vázquez

En sus últimos días, esa advertencia lo obsesionó

Una síquica le había advertido al empresario canadiense Adam Anhang que moriría en el año 2005. La revelación lo tenía asustado, angustiado y preocupado. Así lo confesó a la sicóloga clínica Alexandra Ramos, a quien visitó como parte las terapias matrimoniales a las que asistió con su entonces esposa Áurea Vázquez Rijos, hoy acusada de asesinato por encargo.

Esas cinco sesiones con la sicóloga Ramos fueron muy reveladoras. Allí salió a relucir que Anhang, presuntamente, le fue infiel a Vázquez Rijos en el primer año de relación, que ella sentía que el solo deseaba una relación física y que su empeño en el divorcio y el cambio de las capitulaciones prematrimoniales se debía a que temía morir y dejar a su familia desprotegida. En una de estas sesiones fue, además, en donde la hoy acusada 'en tono molesto' le dijo al canadiense: 'no te voy a dejar ir tan fácil', despues de que este le pidiera que terminaran el contacto.

Ramos fue la tercera testigo de la fiscalía en el juicio que se realiza ante la sala del juez federal Daniel Domínguez, a solo unas cuadras de donde el canadiense fue brutalmente asesinado hace 13 años. El juicio que reanudó hoy contó tambien con la presencia del padre del canadiense, Abraham Anhang, quien se mantuvo detrás del rastro de Vázquez durante su escapada a Europa.

En sala se presentaron las notas de las cinco sesiones terapeuticas, que contenían los reveladores detalles de cómo se encontraba la relación entre la pareja, incluso a pocas horas del asesinato del canadiense, pues la última se realizó el mismo día del ataque.

El matrimonio se reunió con la doctora en tres ocasiones y una vez con cada uno de manera individual. Ramos contó que quien la contactó fue la mamá de la acusada, Carmen Rijos, el 2 de septiembre de 2005, y la primera cita ocurrió el día 7 del mismo mes.

En las notas de ese primer encuentro con la doctora, se reveló que Adam tenía serias preocupaciones en relación al matrimonio, entre ellas, el acuerdo prenupcial, los problemas financieros de su esposa y su aún no iniciada conversión al judaísmo. De otra parte, Vázquez Rojos aseguró que no confiaba en el ya que le había sido infiel en el primer año de relación.

Del encuentro individual con Anhang salió a relucir que una de sus mayores preocupaciones era que si moría, dejaría a su familia sin ningún tipo de activo. La doctora describió su ánimo como miserable y se mostraba desesperado por poner un punto final a la situación. Quería una solución rápida a su angustia.

En la terapia a solas con Vázquez Rijos, la doctora anotó que ella destacaba la inseguridad de su pareja, quien era muy celosa, y aseguró que no entendía cuál era el problema con las capitulaciones ya que habían sido escritas por el mismo. Además, destacó que Vázquez Rijos dijo que en las capitulaciones se estipulaba que ella había aceptado la conversión religiosa.

El 20 de septiembre de 2005, dos días antes del asesinato del canadiense, Adam llegó a la sesión y le propuso a su entonces esposa que se divorciaran, asistieran a terapia matrimonial, trabajaran en nuevas capitulaciones, se convirtiera a la religión judía y se casaran nuevamente.

Fue entonces cuando le dijo que una síquica le había dicho que moriría ese año, algo que ella catalogó como una ridiculez, y le dijo que lo que debía hacer era someterse al examen de HIV. En adelante, dijo la doctora, Vázquez Rijos no volvió a tomar la terapia en serio.

Adam estaba aturdido y pidió nuevamente que aceptara su propuesta o tendrían un divorcio antipático.

En la última sesión, ocurrida el mismo día de la muerte del canadiense, el 22 de septiembre de 2005, Adam llegó decidido a entablar la demanda de divorcio mientras que Vázquez Rijos, 'no proveyó alternativas'. Dijo que no le creía cuando decía que se casaría de nuevo, por lo que el propuso que dejaran el contacto.

'Solo trata'… 'No voy a dejarte ir tan fácil', respondió la hoy acusada, 'en tono molesto', según Ramos.

En ese momento se decidió que sería la última sesión de la pareja.

Fue el mismo día que Vázquez Rijos lo citó para una cena y el empresario encontró la muerte.

Asistente de Anhang revela más detalles del caso

Cuando Anhang decidió separarse de Vázquez Rijos, su asistente Glorivil Rosario García lo ayudó a mudarse a un apartamento que quedaba frente al Regency Hotel, en donde estaban sus oficinas. Al día siguiente de la muerte de quien fuera su jefe, pudo ver desde el vestíbulo de esa misma oficina, cómo Marcia Vázquez Rijos, una de las acusadas en este caso de asesinato por encargo, sacaba unas cajas de ese mismo apartamento, en compañía de otra mujer, identificada como Aixa Correa.

Rosario García figuró como cuarto testigo en el tercer día de juicio contra Vázquez Rijos, por asesinato por encargo, y en el que tambien figuran como acusados por delitos relacionados su hermana Marcia y su ex pareja Jose Ferrer.

Durante su breve interrogatorio, Rosario García relató que vio desde el vestíbulo del Regency Hotel, cuando Marcia y Aixa sacaban cajas del apartamento, apenas pocas horas despues de la muerte del canadiense. Luego, llegó al apartamento acompañada del oficial Miranda y, dijo, había cosas tiradas por todas partes.

Tambien desde el mismo vestíbulo del hotel, en donde estaba reunida con el ex socio de Anhang, Roberto Cacho, su esposa y dos oficiales de la Policía, se percató de que Jose Ferrer, novio de Marcia y cuñado de Áurea en ese entonces, llegó y se aproximó a uno de los autos del canadiense.

A preguntas del abogado de Ferrer, Ovidio Zayas Rosario, relató que uno de los agentes, de apellido Miranda, se le acercó a Ferrer y le hizo un interrogatorio en la oficina.

Tambien dijo que fue ella quien le ayudó a su entonces jefe a buscar un abogado para que se divorciara y le llegó a recomendar a Silvia Vilanova.

Rosario García contó que en varias ocasiones la acusada llegó a visitar la oficina y que, por tratarse de un lugar pequeño y sin paredes, podía oír cuando Vázquez Rijos pedía a Anhang dinero para sus negocios, particularmente Pink Skirt.

Tambien dijo que le constaba que al socio de Anhang, Roberto Cacho, no le agradaba la relación que tenía con Vázquez Rijos.

Abraham Anhang, padre de Adam Anhang llega al juicio contra Áurea Vázquez. (Nahira Montcourt / NotiCel)

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