Banquete en el Rock'in Arena Fest (vídeos)
El año que viene los Rolling Stones cumplirán 50 años de estar en los escenarios tocando su estilo único de rock 'n' roll, y el mero hecho de que estén tramando una gira para celebrarlo abre zurcos para que artistas de todo tipo de género piensen en cómo vivir une eterna juventud basada en sus éxitos. Los grupos que se presentaron en el Rock'in Arena Fest no son la excepción.
Pero el camino puede ser cuesta arriba. Los Stones son leyendas que, más que menos, se han mantenido en la cresta de la ola toda su carrera. Cuando, rozando los 70 años, salen de gira, tienen medio siglo de trayectoria que los respalda y cargan con varias generaciones de fanáticos.
El escenario no es el mismo para grupos como Steelheart, Warrant, Firehouse y Cinderella, quienes pasaron por la tarima del Coliseo de Puerto Rico en el banquete que ofreció el festival y que tuvo una acogida menos que entusiasta entre los que tienen que decidir si dejan $50, o hasta $100, en una noche de nostalgia.
Las bandas de rock pesado tienen que lidiar con un repertorio de éxitos limitados, con el haberse concentrado demasiado en excesos y poco en planificar una carrera larga, con las muertes, o ausencias, de sus integrantes, conque sus fanáticos se ponen viejos sin que sean sustituidos por fanáticos más jóvenes, y conque tocan un tipo de música que demanda mantener el nivel de energía de un veinteañero, a pesar de que ya están en los cincuenta y tantos.
Y entre los cuatro hubo un poco de todas estas circunstancias.
La banda Steelheart, de Los Angeles, abrió el festival con 'Blood Pollution' de su primer disco. La breve intervención incluyó 'We All Die Young' de la película Rock Star, y un saludo a los maestros Led Zeppelin, con una versión de 'Black Dog'. La canción más conocida de su repertorio, 'I'll Never Let You Go (Angel Eyes)', cerró su 'set'. Esta es una banda de un solo éxito.
Steelheart
El festival se movió rápidamente a Warrant, que sonó más Warrant sin su recién fallecido cantante, Jani Lane, que cuando Lane tocó solo en Ponce hace unos años en una noche lastimosa para los fanáticos. Pero el Warrant que tocó en el Coliseo son los músicos originales decididos a retomar su espacio, aunque sea con un cantante nuevo, Robert Mason, cuya voz no se parece a la de Lane. Su 'set' estuvo sólido, con muy bien recibidas, y convincentes, interpretaciones de éxitos como 'Down Boys', 'Heaven', 'I Saw Red', 'Down Boys', y el cierre con 'Cherry Pie'. Estos son los mejores que están, pero les pesa la pregunta de si la falta de su voz original les hará mella.
Luego vino Firehouse, para un 'set' que tuvo muy buena acogida pero que, por ser por lo menos la quinta vez que se presentan en la Isla, hace evidente la extrema falta de material que tienen. Son esencialmente las mismas canciones, y baladas, con pocos cambios. En ocasiones, el volumen no podía ocultar la falta de entusiasmo entre los músicos.
Luego vinieron los más esperados, Cinderella, para quienes tener el mismo repertorio no es un problema porque, de los cuatro, son los más hábiles musicalmente. Un momento suenan como una banda de rock en un club, otro como un conjunto de jazz, y otro como una banda de cantina. Sin haber grabado una sola canción nueva en años, se echan al público al bolsillo y hacen una ejecución convincente en todo menos en un aspecto... la voz de Tom Keifer está perdida. Una de sus baladas más conocidas dice 'no sabes lo que tienes hasta que se va', y Tom, de verdad, aquí lo que se ha ido es tu voz. Keifer tocó piano, guitarra, saxofón, y 'pedal steel', pero el instrumento donde no se pudo lucir fue en la voz, y es de esperarse. En su momento de auge, todas estas bandas hacían canciones donde las voces iban al extremo en gritos y aullidos. Eso se sostiene bien un par de horas en el estudio, pero no durante 25 años de gira por el 'Gypsy Road'.
Jeff LaBar y Tom Keifer de Cinderella deleitan con sus guitarras. (Gabriella Fuentes)
De todos modos, el público rockero es uno muy tolerante con sus ídolos, y los que llenaron a medias el Coliseo para esta primera edición del Rock'in Arena Fest salieron satisfechos. Puede que la clave esté en la canción de Cinderella que cerró la noche, 'Shelter Me': 'Todo el mundo necesita un pequeño lugar donde esconderse, un lugar que sea suyo, en el que no entre nadie. De vez en cuando, todos necesitamos soltarnos, para algunos es el doctor, para mí es el rock 'n' roll'.
Amén.
Steelheart
Warrant
Firehouse
Cinderella