Artistas plantan cara a las galerías
BANGKOK - Un grupo de artistas ha decidido plantar cara a las galerías de arte en Bangkok con la creación de una cooperativa donde sus miembros se forman, producen y venden sus obras al público sin intermediarios.
Las paletas, pinceles, lienzos y esculturas por doquier otorgan a la sede de la cooperativa, V64 Art Studio, el aspecto de un comuna de artistas, conscientes de que la autogestión es la única manera de deshacerse de intermediarios onerosos.
Unos 65 creadores intercambian ideas y exhiben sus obras en una treintena de estudios repartidos en dos naves, que también acogen una cafetería, una academia, una tienda y una galería.
'No estamos en contra de las galerías. Nuestra intención es tener un espacio propio en el que crear con libertad y poder tener un contacto directo con el público, podemos convivir con las galerías de arte', explica a Efe Kitti Narod, uno de los fundadores de V64.
Según Kitti, muchas galerías se llevan hasta el 50 por ciento por las ventas de las obras e imponen condiciones leoninas que los artistas no pueden rechazar si quieren estar en el circuito del arte.
'Pueden pedirte exclusividad, aún cuando ellos no van a comprar ninguna obra tuya', lamenta el artista, quien agrega que muchas galerías solo se fijan en los 'grandes nombres' consagrados por el mercado.
'Los peores son algunos estúpidos ricos tailandeses, que solo quieren paisajes y se tragan todo lo que las galerías les venden', sentencia Kitti.
No obstante, también reconoce que algunos negocios dedicados al arte también dan oportunidades a los jóvenes creadores que vienen con ideas nuevas, en una combinación de tradiciones asiáticas y vanguardias occidentales.
Aunque el V64 Art Studio lleva cinco meses de actividad, la inauguración oficial será el próximo de noviembre (11/11/11), una fecha propicia en un país obsesionado con los números y la astrología.
Los visitantes son recibidos por varias esculturas como una enorme cabeza roja de bebé, del artista Attasit Pokpong, o un altar dedicado a Ganesha, el dios hindú de las artes y las ciencias conocido como el 'removedor de obstáculos'.
Algunos de los creadores de V64, situada en las afueras de la capital, son artistas reconocidos cuyas obras se cotizan en Hong Kong o en Australia, mientras que otros son jóvenes que se abren camino en el difícil mundo del arte.
Los finos retratos femeninos de Paitoon Jumee o las pinturas abstractas de Sittikorn Pokpong se venden por varios miles de dólares en el extranjero, lo que no les ha impedido sumarse a esta iniciativa comunitaria.
Elefantes, retratados en una variedad de colores de estilo pop, el budismo y el mundo rural del noreste tailandés son los temas recurrentes de Virasak Fongrith.
'Mi propia familia proviene del medio rural, así que me críe en los campos de arroz y entre campesinos. Mientras pinto pronuncio mantras en voz baja, me ayuda a concentrarme', afirma Virasak, con el pelo recogido en un moño alto y con una barba al estilo del sabio Confucio.
El estilo ecléctico y el sentido del humor son dos elementos destacables en el arte contemporáneo tailandés, como los perros de color rojo o rosas armados con fusiles M16 de las pinturas de Jirawat Pramphet.
Los únicos extranjeros de V64 Art Studio son el belga Paul De Bliek y el autodidacta galés Gwyn Faenol, cuyas estilizadas esculturas de metal se asemejan a una versión manierista del arte naïf.
Los fines de semana, la mayoría de los artistas de esta cooperativa ocupan una sección en el mercado de Chatuchak, uno de los mayores del mundo, donde exhiben y venden sus obras por precios sensiblemente inferiores a los que ofrecen las galerías.
'Ahora por fin tenemos un lugar que nos pertenece. En V64 Art Studio tenemos toda la libertad para crear, convivir y también divertirnos', resume Kitti Narod.