Emociona Zoé en el Tito Puente
Como en una travesía en transbordador espacial cruzando el Universo, el viernes en la noche se presentó la banda mexicana de rock sideral Zoé en el Anfiteatro Tito Puente, cobijados por un cielo invernal semi estrellado y ante un público que coreaba las poco más de una decena de canciones con las que el grupo llevó a sus fanáticos por el firmamento de sus cuatro álbumes.
El concierto abrió con la banda puertorriqueña de rock Re, quienes tocaban mientras se iba llenando el anfiteatro. Luego, agradeciendo el apoyo de una fanaticada que creció a medida que fueron tocando el repertorio, el grupo Índigo preparó la atmósfera con su rock entre melancólico y chispeante, arrancando gritos y aplausos no bien se montaron en tarima.
El grupo, con una propuesta que recuerda al rock delirante de Robi Rosa pero que ha sabido construir una melodía y personalidad propias, dominó el escenario con canciones como el sencillo ‘Detrás de la luz', que lleva algún tiempo sonando en la radio y con el que el público bailó y cantó. Siguieron con ‘Y yo también', ‘Atrofia', ‘La gran ciudad', ‘La muerte de Apolonia', ‘Nunca he parecido', ‘Ovejas y lobos' e ‘Invisible norte', además de ‘El malo de la película' y ‘Suspendidos', canciones todas del álbum Para nadie en particular, excepto ‘Y yo también'.
Índigo, quienes mantienen un grupo nutrido de fans a través de la red donde se pueden encontrar muchas de sus canciones, se perfila como uno de los grupos más trascendentes dentro de la escena del rock independiente isleño. Con la canción ‘Para nadie en particular', que le da título al álbum, se echaron al bolsillo aquella parte del público que desconocía su trabajo, con su ritmo atrayente como esas eternas canciones de verano. La intensidad de la intervención de esta banda puertorriqueña fue la nota perfecta para la magnitud de la fuerza musical que se echaría sobre el público como una manta de luz celeste.
Sorprende ver cómo destila la voz del cantante de Zoé, León Larregui. Ahora con una estética menos de cuero negro y pelo largo y más de pantalones ajustados, t-shirt y pelo corto embrujó a los presentes desde la enérgica ‘Memo Rex', canción con la que enchufaron a los espectadores a sus acordes. Desde entonces los allí convocados viajaron en astros y cometas simulando una montaña rusa: las emociones se modificaban con cada canción. 'Ésta es nuestra segunda visita, que disfruten mucho' pronunció el cantante antes de continuar el repertorio: ‘Últimos días', ‘Vía Láctea', ‘Sombras', ‘Amor Atómico', ‘Nada', ‘Miel', ‘Dead', ‘Labios Rotos', ‘Polar', canciones que sirvieron de pequeñas paradas en el universo sonoro que distingue a Zoé como una de las bandas de rock en español más relevantes. Luego de un breve intermedio, finalizaron el concierto con ‘Reptilectric', ‘Soñé' y ‘No me destruyas'.
Para la fanaticada, ‘Labios rotos' y ‘Soñe' fueron momentos cercanos al éxtasis. Para los asistentes, el concierto brindó la sensación emocionante de estar sin fuerza de gravedad, flotando por sobre el sonido.