Parteras al rescate de la humanidad
La mayoría de los seres humanos no llega a este mundo en una fría sala de hospital, arrebatados del vientre de sus madres por un extraño que antes le administrara drogas a su progenitora. En una isla donde en el 2007 el 49% de los nacimientos fueron por césarea, la idea de un parto humanizado se ha retomado aunque aún esté lejos de la realidad.
'El 80% de la población mundial no nace en facilidades hospitalarias', comenta Rita Aparicio, partera de oficio hace 31 años.
'La mayoría de las mujeres paren sin asistencia, muchas veces la partera no llega por las largas distancias que tiene que recorrer... El parto es un proceso ansestral, tan diverso como el mundo. La gente está despertando de una generación que ve el parto como una patología', añadió.
Certificada como profecional de la salud, Aparicio describió el trabajo de una comadrona como uno que se encarga de asitir a mujeres tanto en el parto, como con sus ciclos femeninos, el post parto, la lactancia, la crianza, y la menopausia, entre otros.
'Las comadronas son una necesidad social de la comunidad', apuntó.
Para Aparicio no se trata de que el acercamiento de las parteras sea mejor que el del médico, 'es que ambos se deben complementar'.
La perspectiva de la partera, que entre ellas catalogan de holística, atiende el proceso de nacimiento abordando el aspecto físico, mental y espiritual de la mujer.
La partera Rita Aparicio.
En la reciente convención de parteras y doulas celebrada en Puerto Rico la semana pasada, la partera Jan Tritte comparó el comportaimento que asume ante un parto, con el que se lleva acabo en un terreno sagrado.
'Cómo entras a una mesquita? Con oración, con amor, en silencio...', mencionó.
Vanessa Caldari, partera y madre dos, relató que a diferencia de su primer parto en un hospital, el segundo fue una fiesta en el hogar.
'El parto duró 17 horas. Yo me paré, bailé, me metí a la ducha, me sentaba en el inodoro, dormí, comí... Conmigo estuvo mi esposo, mi mamá, mi hijo, mi partera...', recordó Caldari.
Más allá del anestesia epidural, Caldari dijo que recibir las caricias de su esposo, escuchar palabras de aliento y tener a una persona a su lado que le recordara respirar la ayudó grandemente a sobrellevar el dolor.
'Gracias a eso me pude conectar con mi bebé y en el momento que logré esa conexión el parto fluyó', contó la madre.
Contrario a dar a luz en hospitales, es práctica de las comadronas esperar a que el cordón umbilicar deje de latir antes de cortarlo pues por el mismo siguen pasando oxígeno, vitaminas y células madres. El recién nacido también es inmediatamente acogido entre los brazos de su madre, y es ésta quien decide si al niño luego se le inyectará con vitamina K para el micro sangrado o con la vacuna para la Hepatitis B.
El costo aproximado de esta práctica fluctúa entre los $2,500 y $5,000.
Desde su punto de vista clínico, aunque no se describe como un 'médico común y corriente', el ginecólo - obstetra Luis Rivera Cubano señaló que 'el cansancio del paciente' es uno de los mayores inconvenientes del parto en la casa.
Por otro lado, el galeno explicó que en donde más se falla en la medicina tradicional es en la inducción precipitada del parto a través de la administración de fármacos con prostaglandinas y oxitocina.
Como si la aplicación de fármacos creara una reacción en cadena para justificar el uso de otros, el médico agregó que ante el dolor de las contracciones provocadas, se puede administrar la anestesia epidural 'aunque algunos estudios demuestran que puede aumentar ligeramente el riezgo de césareas'.
Rivera Cubano detalló que la epidural causa la disminución en las contracciones y la capacidad de la mujer de pujar por lo que 'se debe aumentar la dosis de oxitocina' y está a discreción del médico hacer uso de los 'forceps' o emplear una aspiradora para succionar por el cráneo al bebé.
El uso de estas técnicas va casi siempre de la mano con la realización de una episiotomía, o corte que se hace a la mujer en la zona del perineo, a pesar de que el procedimiento está contraindicado por la Organización Mundial de la Salud y es recomendado solamente en un 10 o 15 por ciento de los casos.
El doctor indicó que además de los factores de alto riezgo como diabetes, hipertensión, enfermedades del corazón, entre otros, el mayor motivo por el que se realizan cesáreas es porque el parto no progresa, además de la presión que tienen los médicos departe de 'una sociedad litigante' para que tanto la madre como el niño estén bien. No obstante, Rivera Cubano admitió que existen médicos que pretenden atender partos sólo en día en semana.
Dentro de la medicalización del parto, las parteras son de la opinión que es posible tener una cesárea humanizada.
Con tono optimista Rivera aseguró que duranta principios de año hubo una reunión entre los ginecólogos y obstetras de la isla con el propósito de disminuir la cantidad de cesáreas.
'El hospital se está humanizando', exlamó esperanzado.
Su respuesta sobre si preferiría el hospital o la casa en el caso de que una hija suya estuviera de parto fue instantánea:'En el hospital y yo mando'.
Aparicio por su parte entiende que el parto es una cuestión de derechos humanos y que es derecho de la mujer decidir cómo y dónde parir.
Puerto Rico aún se distancia de países como Holanda y Londres en donde el seguro médico del estado cubre el costo de los partos domiciliarios y existen casas de parto en las que parteras trabajan en conjunto con la medicina tradicional para que la vida de quienes llegan a este mundo comience a plenitud.