La emoción del flamenco cala en Irán
Teherán - El flamenco, en una versión fusionada con la tradición local, se abre paso en el exiguo mundo del espectáculo de Irán, donde existe un público ansioso de nuevas expresiones artísticas pese a las dificultades impuestas por el régimen islámico.
En 2005, Mayid Ahmadpur, un joven compositor y guitarrista iraní enamorado de la música de Paco de Lucía y Tomatito, y también de Chavela Vargas, tras aprender español en una academia de Teherán, empezó a hacer temas flamencos, con sus propias letras y música.
'Me gustaba la guitarra y empecé a tocarla, al tiempo que vi un par de películas sobre flamenco, que me interesaron', dice a Efe Ahmadpur, quien tenía ya una formación literaria y se vio envuelto así por la cultura hispana, lo que le llevó a ampliar sus conocimientos de flamenco 'con libros y vídeos'.
Sus experiencias tuvieron éxito y a él se unieron otros músicos y cantaores, además de formarse un grupo de bailaores, que empezaron a conformar un espectáculo que tardó tres años en ser admitido por las autoridades de la República Islámica.
'Hasta principios de 2008 no conseguimos el permiso para llevar nuestra obra a escena y el baile logramos agregarlo a finales de 2008', explica Ahmadpur, que bautizó al grupo y espectáculo como 'Andalucía'.
A partir de ahí, vieron progresar sus espectáculos en Teherán, unidos a una compañía teatral con la que colaboran para conseguir autorizaciones y evitar los problemas que la censura iraní impone al baile.
Ahmadpur se convirtió así en maestro de flamenco tanto de músicos como de cantaores y bailaores, que mantienen las formas de ese estilo musical: 'Sabían ballet y yo tuve que aprender el baile flamenco para enseñarles a ellos', dice.
Forman ahora parte del espectáculo 'Andalucía' seis bailaores y una bailaora, Nastaran Nazari, que ofrece actuaciones excelentes pese a las especiales restricciones del sistema a la danza femenina.
Morteza Safai Naini y Husein Bajshi son los cantaores del grupo y, aunque sus conocimientos de castellano son casi inexistentes, interpretan con enorme sentimiento las letras en español.
Los nueve instrumentistas son en su mayoría guitarristas, como Ahmadpur, pero Aidin Safai y Ali Reza Nazari también tocan el cajón y tienen acompañamiento de otros instrumentos menos flamencos, como la flauta y la batería.
Fuera de Teherán, tienen graves problemas para actuar y, aún contando con el permiso de las autoridades, los grupos de radicales islámicos los persiguen y acosan, incluso con violencia, para impedir sus representaciones.
'Hace unos días teníamos un concierto en Bushehr, en el sur de Irán, pero los 'basij' (voluntarios islámicos organizados en milicias) y los seminaristas (musulmanes chiís) no nos dejaron empezar y tuvimos que cerrar las puertas del teatro para impedir que entraran a rompernos los instrumentos', explica Ahmadpur.
Sin embargo, en Teherán actúan en salas muy conocidas y con una capacidad para entre 300 y 400 espectadores, en su mayoría estudiantes y profesores universitarios, además de personas interesadas en el mundo cultural, que forman un público fiel.
La emoción del flamenco se trasmite a ese público, según Ahmadpur, quien destaca que en sus intervenciones los espectadores no dejan de 'corear las piezas, aunque no sepan una palabra de español'.
Para el futuro, Ahmadpur afirma: 'Quiero hacer fusión entre la música española y la tradicional iraní', mezclando composiciones, idiomas e instrumentos, pues le parece 'que debe ser muy interesante, tanto para los iraníes como para los españoles'.
Por ese motivo, Ahmadpur, que hasta el momento no ha tenido contacto ni con grupos ni con instituciones dedicadas al flamenco en España, está muy interesado en establecer canales de comunicación con ellos, para recibir información y colaborar en el desarrollo de su música y espectáculos.
'Nos gustaría conocer a alguien que esté en ese mundo para que nos pueda guiar e incluso para programar algún tipo de actuación en España, que nos sirva de presentación y también de camino para nuestra propia evolución', concluyó Ahmadpur.
Artemis Razmipour