Encuentran en costas Florida mosquete sumergido desde hace dos siglos
Miami - Un antiguo mosquete que se cree que perteneció a las tropas del imperio británico ha sido rescatado frente a las costas de San Agustín (Florida), la ciudad portuaria más antigua de Estados Unidos, tras más de doscientos años bajo el mar.
'Creemos que data de la década de 1780, pero aún hay que trabajar en su limpieza antes de poder estudiarlo en profundidad. Tenemos un equipo de especialistas trabajando en ello y pronto seguramente dispondremos de más información', explicó a Efe Jacqueline Linger, portavoz del Faro y Museo de San Agustín.
Esa institución cuenta con un Programa de Arqueología Marina (LAMP, por sus siglas en inglés) que investiga la nutrida historia arqueológica marítima de San Agustín, el asentamiento europeo ocupado de forma continuada más antiguo de Estados Unidos.
Las costas de San Agustín, fundada en 1565 por el explorador español Pedro Menéndez de Avilés (Avilés, 1519-Santander, 1574), fueron escenario de infinidad de enfrentamientos entre tropas británicas, francesas y españolas por el control de las rutas transatlánticas que les permitían mantener y sacar provecho de sus imperios de ultramar.
Igualmente, sus aguas han sido testigo desde las costumbres pescadoras de los indios nativos hasta del traslado forzoso de esclavos africanos por parte de europeos que necesitaban mano de obra en el Nuevo Mundo.
Para descubrir más datos sobre este pasado, el LAMP organiza talleres de formación e investigación que, entre otras cosas, han llevado al hallazgo de esta histórica arma, de cerca de 125 centímetros, que por el momento deberá pasar un tiempo en una solución salina y ser sometida a un proceso de restauración.
Cuando los voluntarios lo extrajeron el jueves pasado del pecio conocido como Storm Wreck, estaba cubierta en lodo y apenas se podía apreciar lo que era, aunque creen que podría tratarse de un Brown Bess.
El Brown Bess es un mosquete que utilizaba el ejército británico durante el XVIII y primeros del XIX y que ganó una gran popularidad en su época dada su amplia producción y uso por las tropas británicas, lo que hace que hoy en día haya quien la llame 'el AK-47 del siglo XVIII'.
Los arqueólogos trabajarán ahora en su restauración con la esperanza de dar con la supuesta chapa de latón que llevaban estas armas con el número que identificaba al regimiento del soldado al que pertenecía, lo que daría pistas sobre la embarcación de la que fue recuperada, que hasta ahora no se ha podido identificar.
De lo que están convencidos los arqueólogos del LAMP es de que 'va a suponer un gran paso adelante', según el director del programa, Chuck Meide, quien explica que 'antes hay que limpiar el arma y tratarla, y luego ya se podrá ver si se pueden leer las inscripciones'.
El pecio Storm Wreck data del siglo XVIII y fue descubierto en 2009, aunque las excavaciones no comenzaron hasta el verano de 2010, según Linger.
Además, el año pasado quedó enterrado de nuevo por los efectos de dos tormentas que azotaron la zona, por lo que 'los arqueólogos recién acaban de emprender de nuevo las inmersiones hace dos semanas', explica Linger.
'Afortunadamente -subraya- en una de ellas hicieron este descubrimiento'.
Meide confía en que con este hallazgo pronto podrá identificar el barco hundido, que podría haber sido fletado entre la Guerra de la Independencia de Estados Unidos (1775-1783) y la guerra angloestadounidense de 1812.
El pecio se encuentra aproximadamente a un kilómetro y medio de la costa de San Agustín y de él se han extraído hasta el momento varios recipientes de cocina de diferentes materiales, la campana intacta de la embarcación, una pistola de mecha y hasta dos cañones británicos.
Uno de ellos es una carronada, un arma más corta que el cañón marino tradicional, lo que quiere decir que tenía menos alcance, pero era de mayor calibre y potencia.
Tiene inscrita la fecha 1780 y los responsables del LAMP creen que es la segunda carronada más antigua recuperada hasta la fecha.
Además del mosquete, en estas dos últimas semanas se han descubierto también en el pecio, a tan sólo diez metros de profundidad, lo que parece ser una espada y el cuello de una botella de vino.
Pese a la escasa profundidad del pecio, todos los objetos han permanecido invisibles, enterrados bajo una espesa capa de arena, restos de conchas y corales que con el tiempo los han erosionado y sepultado.
Mar Gonzalo.