Veintidós parejas improvisaron hoy sus coreografías de salsa al ritmo de las canciones que les tocaron en el salón de baile del hotel Ritz Carlton, en Isla Verde.

Era la primera ronda del World Salsa Open que se celebra como parte del Congreso Mundial de la Salsa esta semana, y que le da a los ganadores la oportunidad de exponer su talento ante el mundo.

Dos parejas de Argentina y otras de España, Italia, Colombia y Puerto Rico pudieron conquistar a los jueces Tamara Livolsi y Jean Carlos Rosario, de Puerto Rico, y Sandra Echevarría, de Argentina.

Se trató de los argentinos Julieta Ibáñez y Marcelo Alcaraz; los españoles Diego Echenique Ancel y Lorena Bargallo Osuna; los italianos Fiorela Franceschini y Davide Cavalieri; los argentinos Gabriela Manccini y Pablo Sosa; los colombianos Ivonne Pulido Vargas y Arbey Alexander González, y los boricuas Diangelis Gutiérrez y Jonathan Avilés.

En esta primera ronda de repesca también se presentaron representantes de Guatemala, Australia, Canarias, Chile y Venezuela.

Los competidores que pasaron la primera ronda tendrán que medirse mañana en la segunda ronda, cuando también bailarán las parejas que han conseguido ganar los campeonatos de salsa en sus respectivos países y las que lograron los lugares del cuarto al octavo en el Mundial del 2011. En esta ronda les toca presentar las coreografías que han trabajado para el evento.

Lo competencia continuará con la semifinal el viernes, en la que quienes pasen de la segunda ronda también se enfrentarán a los primeros tres lugares del Mundial del año pasado y luego, el sábado, se verá la final.

El ganador se llevará un premio de $5,000 dólares, pero más que eso, la seguridad de un gran impulso para su carrera artística en el baile, según contó el organizador del Congreso Mundial, Elí Irizarry.

'Lo que significa es una gran oportunidad artística, les cambia la carrera', comentó. Así ocurrió con los ganadores del 2010, los brasileños Rafael Barros y Karine Morais, que pasaron todo sus años como campeones mundiales viajando y llevando su sabor a casi una decena de países.