El espíritu creativo de Ramón Muñiz Hernández
'Yo tengo un sabor a playa en este cuerpo
y un sabor a coco que me quema
una canción nocturna en mi garganta
manchas de plátano corren por mis venas.
Traigo rumor de olas en mis orejas
y eco de tambores que arrebatan
un dolor de tristeza en mi sonrisa
tengo la piel morena y me encanta'...
En la voz de Maelo quedó plasmado parte del legado cultural que le hizo Ramón Muñiz Hernández a su tierra. La aportación de este músico, periodista y amante del deporte puertorriqueño trasciende la reciente culminación de su vida física.
Como un hombre 'versátil' y 'universal' lo recuerdan sus amigos. En su faceta musical 'era muy completo, lo mismo te componía una guaracha que una plena' comentó Héctor Rodríguez, fundador del grupo musical Atabal del cual Muñiz fue parte. 'Su número más conocido fue una bomba que le grabó Ismael Rivera titulada 'Seis de Borinquen', que está en el único disco de Navidad que hizo Maelo y que después grabó Celia Cruz con la Fania en un homenaje a Ismael Rivera'.
La relación de 'Moncho' - como le apodan sus secuaces - con la Fania comenzó en los años 70 cuando la casa disquera firmó su orquesta de salsa llamada 'Nosotros'. Sin embargo, Monchobromeaba que 'Nosotros' sólo tuvo éxito en el 'cuchifrito circuit' de Nueva York porque la Fania los grabó pero no distribuyó los discos ni les dio promoción.
'Rafael Cortijo le había pedido unas plenas que él había compuesto pero Ramón insistió en grabarlas con su orquesta. Eso fue un fallo porque esos números hubiesen pasado a la historia en último disco que grabó Cortijo', añadió como dato anecdótico su amigo, el poeta Ángel Luis Méndez.
Más adelante, su experiencia musical lo llevó a manejar las carreras de Olga Tañón y Gilberto Santa Rosa cuando formó parte del equipo de Productores Latinos.
Fue el entonces esposo de Tañón, el pelotero Juan Igor González, quien financió la publicación de su novela histórica 'Londres 1948: la verdadera historia de los primeros olímpicos puertorriqueños'. En el relato, Muñiz pone en acción las entrevistas que le hiciera a los primeros atletas boricuas que fueron a las Olimpiadas. Entre otras revelaciones, la novela descubre el sacrificio que representó que aquel grupo pudiera costear su participación en los Juegos Olímpicos ante la oposición del exgobernador Luis Muñoz Marín, quien consideraba absurdo enviar a atletas 'a brincar y a saltar' cuando había gente muriéndose de hambre.
Su colaboración a la configuración histórica del deporte en el país también incluye el reportaje que escribió para el desaparecido periódico 'El Reportero' sobre el abandono y la explotación a la que era sometido el campeón de boxeo Wilfred Benítez. La investigación que le ganó el premio de periodismo deportivo Rafael Pont Flores, fue parte del esfuerzo que hizo Muñiz para rescatar a Benítez, a quien manejadores sin escrúpulos tenían peleando en Argentina cuando comenzaba a padecer de encefalitis posttraumática.
Asimismo, 'Moncho' participó de varios programas deportivos televisivos y fue libretista para las producciones de Tomy Muñiz. En días recientes laboró como comentarista de deportes en la emisora Boricua740.
Entre sus creaciones inéditas se encuentra una obra que escribió sobre su colega Ismael Rivera y una biografía de Félix Trinidad, padre, cuya publicación no fue autorizada por temor a enfrentamientos con el fenecido magnate del boxeo Yamil Chadé.
El cuerpo de Ramón Muñiz Hernández fue expuesto durante el día de hoy en la funeraria Buxeda. Su vida permanecerá en la lista de las grandes mentes creativas que produce el país. Su espíritu ya disfruta de la rumba divina.