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Puerto Rico tuvo un gran respiro colectivo en el Morro

Cuando la maestra de yoga Lara Tapia despertó aquella madrugada a las 3 de la mañana, se dijo: 'Lo tengo. Respira Puerto Rico'.

La tensión mundial, la rapidez de los días, los archivos de oficina, los problemas del carro, el IVA, las noticias, la violencia, la hipoteca, todo sería interrumpido en un momento colectivo de pausa y de reclamo por la paz.

De esa idea que quebró la rutina del sueño, surgió la iniciativa 'Respira Puerto Rico', un junte de yoga y cultura que se celebró el sábado pasado desde las 7:30 de la mañana en la explanada frente al Castillo San Felipe de Morro.

Cientos de personas decidieron sumarse al llamado compartido de 15 maestros de yoga de la Isla, con la promesa de conectarse con su mundo interno y con el Otro a través del yoga, los tambores, la respiración, la meditación, la danza cultural, los mantras, las sesiones de masaje gratis y la música en vivo.

Tapia contó que, a través de sus clase, ha sido testigo de grandes procesos de transformación en sus estudiantes, por lo que la asaltó la idea de un espacio gratuito en que se pudiera celebrar una transformación colectiva. Con la ayuda del productor Franco Calero y la Agencia Sentido, esa idea de materializó.

La jornada se desarrolló bajo un cielo azul claro surcado por chiringas, y un sol que se iba intensificando. De un lado, la vibración del mar y, del otro, las pintorescas edificaciones del Viejo San Juan.

'Es un espacio tan bello que se pierde, solo vienen casi siempre los turistas. Esta es nuestra casa, y de toda esta energía podemos partir para buscar la belleza interna y externa', dijo Tapia.

En eso coincidió la inspectora de agricultura, Rosenelsy Marrero, quien estaba sentada sobre el suelo de hierba con las piernas cruzadas. La residente del Viejo San Juan, amante de las actividades al aire libre, opinó que los puertorriqueños deberían salir más a la calle.

'Yo viví 6 años en Estados Unidos. Allí todo era tan frío, uno no podía casi salir, yo extrañaba tanto esto. Puerto Rico es tan hermoso, el clima es buenísimo. La gente eso no lo valora', observó.

La también estudiante de Yoga by Lara, lamentó que muchas personas descarten el yoga y prácticas afines por adjudicarle un subtexto religioso o por atribuirle poca importancia.

Para subsanar la desconexión que existe entre la mente y el cultivo del cuerpo y el espíritu, Tapia propuso hacer de estas prácticas parte integral del currículo escolar y que los niños empiecen el día en la escuela así, respirando. Además, siente que se debe incentivar más el desarrollo de talentos artísticos, el amor propio, el diálogo interno, la creatividad y la sensibilidad.

'Para los niños es mucho más fácil, tienen esa inocencia que nos ha sido tan trastocada a nosotros los adulto. Lo que nos mantiene felices y vivos es seguir con esa inocencia, con el amor hacia el prójimo y hacia uno mismo, enfocándonos en las cosas reales de la vida, conectando con la naturaleza, haciendo proyectos que nos ayuden a crecer como humanidad', expresó, a medida que se le ensanchaba la sonrisa.

Sitara Maldonado se mecía al son de Fania detrás de una mesa de venta. Sobre el mantel, cuarzos y cristales 'para energizar la vida' y libros que afirmaban conocer el secreto del 'camino hacia la felicidad' con 'yoga-tarot para la transformación' incluido.

Respirar es lo más importante para conectar con nuestro interior, comentó Maldonado mientras hojeaba los mats de yoga en el suelo y la gente sentada con la espalda ancha y las rodillas encogidas. La dirigente de cánticos devocionales en Kirtan afirmó que Puerto Rico tiene que detenerse y reconocerse, recordar 'quiénes somos, un pueblo alegre y vivo'.

En sus viajes por diversos pueblos del mundo, Marrero aseguró haber descifrado en la mirada de la gente, la certeza de su identidad, mientras que en Puerto Rico, opinó, existe mucha confusión.

'Necesitamos más claridad sobre quiénes somos, y todo empieza con lo espiritual. Eso no tiene que ver con ideología política ni identidad religiosa, tiene que ver con quiénes somos como seres humanos y como boricuas', reflexionó.

También para Tapia, la espiritualidad es la base de todo. Una espiritualidad que describió como esa parte interna, creativa, visionaria, que vibra en el amor. Estamos viviendo muy al exterior, y a la vez, halando cada uno para su lado, advirtió.

Fania descendió del escenario con su vestido largo y el pelo rizo revuelto por el viento, luego de cantar una canción a la paz. Comentó a NotiCel que, la mejor manera de aprovechar la oportunidad de pararse en un escenario frente a un grupo de personas, es llevando un mensaje de paz y amor.

'Estamos viviendo mucha violencia y es porque no somos compasivos, no pensamos lo que le pasa al otro como nuestra responsabilidad', dijo.

La joven cantautora a los 12 años comenzó a practicar yoga, y desde los 15, es vegetariana, por lo que está acostumbrada a la energía de la actividad. Aseguró que más boricuas deberían sumarse a iniciativas como esta, que nos acercan, sin distinción de clase social, de raza, de orientación sexual.

A lo lejos, tocaba Toca Millo Torres y el Tercer Planeta. Su melodía pausada invitaba a los cuerpos a mecerse con la misma cadencia de una hoja. Una niña daba vueltas sobre el césped, envainando una hoja gigante que le servía como sombrilla. Había espacio para respirar.

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