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A lo malo bueno: Un regalo dulce el concierto de Juan Luis Guerra (vídeo)

Las luces apagaron a las 9:00. Con el apagón, como de costumbre, llegaron los aplausos. Sobraban sillas en la parte alta de Coliseo Jose Miguel Agrelot y comenzó el conteo regresivo. Cinco, cuatro; aumentaba la expectativa. Tres, dos. Uno. Se encendieron las tres pantallas en tarima. Las imágenes: galletas, 'a lo malo', leche, 'bueno', papas. 'A lo malo bueno'. Con la canción Cookies and Cream, el energico Juan Luis Guerra salió de una cabina telefónica y comenzó a cantar.

Una vez más se mezclaron bachata, merengue y salsa en la segunda función del concierto del artista en Puerto Rico, como parte de su gira Todo tiene su hora. También se mezclaba la energía de un público siempre en movimiento. Hombros de lado a lado, cinturas inquietas, celulares arriba; y en tarima el cantante dominicano interpretó La Travesía, La llave de mi corazón y otros de sus éxitos.

Le llegó el turno a Ojalá que llueva café. Al fondo, en las tres pantallas, se proyectaban sonrisas, niños, manos, y sí, llovía café. La gente seguía bailando, pero esta vez concentrada más en la canción que en las cinturas. El coro resonaba en las gradas, ya sobraban menos sillas.

Guerra introdujo una canción especial, una que escribió para su hija y en la que se le sumó un invitado también especial, sobre todo para el público boricua. Con el éxito Muchachita Linda subió a tarima Luis Fonsi. Los gritos aumentaron. Sentados en pequeños banquillos, como amigos de toda la vida, interpretaron Llegaste tú. La audiencia subió sus ‘smartphones' de forma simultánea una vez más y ambas voces se fundieron junto a percusión y güiro.

Fue un concierto de sorpresas y dedicatorias. Con un popurrí de salsa recordó a El Gran Combo, dedicó Para tí a 'alguien que siempre lo resuelve', dijo, 'me refiero a Jesús', y Mi bendición a su esposa y a todas las pareja que cumplían más de 31 años de matrimonio.

Se juntaba la gente a bailar. Los suertudos que lograron una silla en arena comenzaron a mover las cinturas desde la primera canción. No se detuvieron mientras sonaba La Guagua y el Niagara en Bicicleta. Tampoco faltó el merengue ripiao acompañado de Johnny Ventura desde la distancia, presente en las pantallas.

Con su clásica boina negra y un público que pedía más, Juan Luis Guerra cerró el concierto cantando Las Avispas, como rodeando las galletas y la leche de los primeros minutos de la presentación, como un regalo de dulzura y cosas buenas para un pueblo que se levanta a diario con titulares que podrían invitar a la desesperanza.

Juan Luis Guerra y Luis Fonsi. (Brandon Cruz para NotiCel)
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