Un vistazo al fentanilo o 'la madre' de la heroína
Apache, China White, o Tango y Cash son algunos de los nombres con los que se le conoce en las calles. Desde que el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, reconoció la epidemia por este analgesico en 2016, fue fácil suponer que sería cuestión de tiempo que llegara a Puerto Rico.
Hoy, viernes, el director del área del Caribe de la Administración Federal para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), Matthew G. Donahue, y la directora de la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA), Suzanne Roig Fuertes, anunciaron una alianza para atender el creciente aumento en el uso de fentanilo en la Isla, a poco más de un año de que Obama anunciara más fondos para frenar las muertes por sobredosis de esta droga.
Entre enero de 2016 y junio de 2017, la DEA efectuó sus mayores incautaciones de fentanilo en estados como California, Arizona, Pensilvania, Nueva York, Nueva Jersey, Massachusetts y Nuevo Hampshire.
La muerte en abril del año pasado del músico Prince expuso la peligrosidad de este opiáceo sintético 25 a 40 veces más fuerte que la heroína. Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU., el número de muertes relacionadas con el fentanilo creció 79 % al pasar de 3,097 en 2013 a 5,544 en 2014.
Funciona al unirse a los receptores opioides del cuerpo, los cuales son encontrados en las áreas del cerebro que controlan las emociones y el dolor. Cuando las drogas opioides se unen a estos receptores, incrementa los niveles de la dopamina en las áreas de recompensa en el cerebro, produciendo un estado de euforia y relajación, explica el Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas (NIDA, por sus siglas en inglés).
Los efectos del fentanilo incluyen: euforia, somnolencia, inconciencia, náusea, confusión, estreñimiento, sedación, tolerancia, adicción, depresión, paro respiratorio, coma y muerte.