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Mascotas en el trabajo remoto, la nueva costumbre que trajo el covid-19

La experiencia de tener a un animal doméstico mientras se labora en casa debido al coronavirus ha traído varios beneficios y desafíos a quienes han adoptado este hábito.

Un perro en un espacio laboral.
Foto: NotiCel

Mariana Figueroa, estudiante doctoral de la Universidad Albizu, no recuerda cuándo comenzó a tener contacto con los animales, pero sí sabe que de bebé, cuando aún no sabía caminar, estuvo montada en caballos -de hecho, practica rodeo- y que hoy su amor por los animales la llevó a comenzar una investigación para analizar la experiencia de tener una mascota mientras se trabaja de manera remota debido al coronavirus.

Y es que la pandemia trajo consigo muchos cambios de costumbres, entre ellos la necesidad de trabajar desde la casa, con todo lo que conllevó: desde cuidar a los hijos, bregar con las responsabilidades hogareñas, hasta atender a las mascotas, que comenzaron a gozar la presencia constante de sus amos en las casas.

Figueroa explica que cuando se refiere a las mascotas, no solo se trata de perros.

“El 70% de los hogares en Estados Unidos, incluyéndonos a nosotros, tiene más de una mascota, que pueden ser perros, gatos, aves, reptiles, peces, caballos e incluso me tocó un entrevistado que tenía una cabra”, contó.

Entonces, la investigadora quiso evaluar cómo disfrutaron los dueños de sus animales, los cambios que produjo ese contacto y las transformaciones que se generaron a raíz de este nuevo hábito.

"Trabajar con tu mejor amigo: experiencias de tener a tu mascota mientras trabajas de manera remota debido al covid-19 en Puerto Rico” es el nombre del estudio, basado en entrevistas, que lleva adelante Figueroa, quien estudia un doctorado en Psicología Industrial y Organizacional, porque “siempre he querido entender cómo ese animal me puede ayudar dentro del ambiente de trabajo y, además, como por un tiempo también hice equinoterapia, siempre quise observar los beneficios que tienen los animales en la vida del ser humano”.

Según la investigadora de 27 años, “escogí esta investigación porque toda mi vida me han apasionado los animales, mi deporte es el rodeo, siempre he estado con animales, con perros, con gatos, con burros, con caballos, y siempre he visto cómo ellos me han ayudado en los momentos más difíciles y también en los momentos más felices siempre he estado con ellos”.

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Detalló, sobre el estudio, que “el covid vino a nuestras vidas para transformarla. Y en este caso, en cierto período durante la pandemia, lo que era tu oficina cambió. Antes era, okay, voy a bañarme, voy a cambiarme, voy a ir a la oficina, tengo que trabajar en un ambiente cerrado, protegido… Pero eso ya no es una posibilidad, porque empezaron los ‘lockdown’ en Puerto Rico. Y ahí empezamos a estar en las casas y a preguntarnos cómo hacer esta división, ya que ahora tengo el trabajo y a mi familia en el mismo lugar. Y también a ese integrante que es la mascota”.

Agregó que esa mascota también generó desafíos cotidianos, “porque a veces empieza a ladrar, me tumba la computadora, me tumba el agua, no se sabe comportar en una reunión… Por lo mismo, quiero entender a través de la investigación qué ventajas y desventajas ha tenido tener a la mascota cerca”.

De las desventajas de poder trabajar en la casa con la mascota, mencionó que a varios se les hizo complicada la rutina “debido a que el animal no estaba acostumbrado a estar permanentemente al lado de su dueño, quien, sin embargo, también tuvo la posibilidad de ver el comportamiento de su mascota, si estaba enferma, si comía, si no, y se produjo un mayor apego”.

“Ya varios han optado por tener a la mascota al lado. Varios dicen que antes tenían que salir y regresar rápido porque el animal estaba esperando por comida o paseo. Ahora no, salen y van a comer con él. Ahora en Puerto Rico se ha visto un cambio de lo que sería el amor por las mascotas y hay restaurantes, hoteles y compañías a las que se puede llevar las mascotas”, señala.

Para la experta, “quizás es un cambio generacional, porque los millennial (nacidos entre 1981 y 1993) optaron por las mascotas en vez de los hijos y, por ende, yo he visto ese cambio en las organizaciones y en Puerto Rico, que las personas están cambiando al enfoque más empático hacia los animales”.

Respecto de los beneficios psicológicos, comenta que “lo más que he podido ver en el estudio sería que te baja el estrés, la ansiedad, te sientes más confiado y abierto a socializar y dialogar con otras personas. He visto también que ayuda a la depresión, con la liberación de dopamina cuando tocas a los animales. También ayuda a tener un espacio lejos de la computadora cuando te cansas, ves para abajo, lo puedes tocar, te levantas, haces ejercicio al sacar al animal, regresas… Todo esto se ha podido observar”.

Sobre la posibilidad de llevar el animal a los lugares de trabajo, “las personas dicen que les encantaría, pero la realidad es que muchos consideran que en el caso de los perros no se llevarían bien con otros. Y además, hay perros que tienen falta de instrucción, de entrenamiento”.

Pero aclara que empresas, como la compañía Triple S, “recientemente implementó este tipo de interacción de llevar el animal. He visto un cambio sobre este tema. Varias compañías han hecho al menos un día dedicado a las mascotas”.