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Jorge Rivera Nieves, un periodista silvestre y bohemio

NotiCel conversa con el hombre ancla, quien cumple 45 años de carrera en Telemundo.

La carrera del periodista y hombre ancla de Telemundo, Jorge Rivera Nieves, comenzó desde que hacía locución en Wapa Radio estando todavía en la escuela secundaria y ha sido el resultado de vencer la desconfianza y subestimación a la que él mismo se sometía antes de descubrir su voz.

Esa voz la encontró como líder estudiantil durante un discurso en el auditorio de la Central High, en Santurce, y de ahí hasta ahora ha sido una trayectoria que lo tiene cumpliendo este año el 45 aniversario de llegar a los hogares puertorriqueño a través de la señal de Telemundo.

Su enfoque hacia la comunicación nunca ha dejado de estar anclado en el sentido común y en la capacidad de mantener conexión con la cotidianidad del ciudadano promedio. Es un estilo al que le cae como hecho a la medida la frase que popularizó más recientemente el receptor boricua de Grandes Ligas, Yadier Molina: "Somos profesionales, pero somos calle".

Antes de que Molina lo sintetizara elocuentemente en esa frase, Rivera Nieves lo ponía en práctica todas las noches, como hombre ancla de Telemundo, canal donde empezó a laborar como reportero en 1977. Al santurcino de 71 años le fluye naturalmente por su adhesión al estilo de vida bohemio que tiene como dogmas el que una barra o cafetín puede también sentirse como un hogar y que hay dos clases de amigos, los conocidos y los que están por conocerse, preferiblemente bebida en mano y cantando a todo pulmón con piano o vellonera.

"Me cuajaron en el asiento de atrás de un Packard en el 1950", dice para colocar a su interlocutor de manera vívida y sucinta en el tiempo y el espacio del Puerto Rico en el que nació. Empezó a trabajar a los 11 años repartiendo anuncios y ofertas, los llamados 'shoppers', en su vecindario por $3 al mes y luego, a los 14 años, fue a trabajar a la tienda de zapatos Almacenes Rodríguez que ubicaba en la Calle Loíza y donde le pagaban $6 diarios. Y de ahí, su hermano mayor, William, dedicado a la hostelería, se lo llevó para que corriera por todas las bases laborales de ese negocio, como maletero y bartender.

Jorge Rivera Nieves.
Foto: Juan R. Costa / NotiCel

A los medios de comunicación llegó estando todavía en la escuela secundaria, cuando tanto el ya fenecido director de noticias, Machi Medina, como el legendario hombre ancla de Wapa TV, Guillermo José Torres, reconocieron su talento y le dieron espacio en el noticiario vespertino de Wapa Radio. "Terminaba (las clases) a las tres, llegaba a casa, una ducha, hacía alguna tarea y a las 4:30 a 5:00 ya estaba en la emisora porque el noticiario de Wapa era de 5:00 a 6:00", recordó. Su mayor activo fue el metal de voz que heredó de su papá, Jorge "Firpo" Rivera Hernández, y cuyo poder Rivera Nieves descubrió cuando le tocó dirigirse a la matrícula de la secundaria en discursos como líder estudiantil.

Dedicarse a las comunicaciones implicó dejar a un lado el sueño que tenía de ser abogado desde que veía la serie de televisión de Perry Mason, pero no se arrepiente. "El foro del tribunal es limitado y angustioso, tedioso, complicado, mucha burocracia, (pero) en los medios de comunicación tienes resultados inmediatos", dijo al bromear también que como abogado "me hubiese muerto de hambre" porque no encontraría cómo cobrarle a las personas que buscaran su ayuda.

"Yo me describo como un periodista silvestre porque no tengo formación en ello... el periodista es aprendiz de todo (y) maestro de nada", afirmó al enumerar como deformaciones de la profesión el haberse olvidado del fin educativo que tiene también la comunicación pública, el haberse convertido en "presa de la inmediatez", los enfoques sensacionalistas y el descuido en el uso del lenguaje.

Además, subrayó que la inmediatez ha llevado también a que quede en el desuso el deber de corroboración que tiene el periodista cuando se enfrenta a cualquier información. Lo que llamó la necesidad de "escuchar el tilín y escuchar el tilán".

"Siempre he sido riguroso en que mi modo de pensar jamás influya sobre mi trabajo. Hay que ser muy cuidadoso para no perder ese equilibrio", aconsejó.

Entre anécdotas sobre reportajes en Puerto Rico, Saint Thomas, sobre el Cerro Maravilla, y de cuando las emociones lo han traicionado en cámara, y siendo fin de semana de padres, no se podía quedar fuera de la charla su faceta como papá de la reportera Grenda Rivera Dávila, de 50 años, y de la licenciada Mónica Rivera Bayón, de 30 años, y quienes son su mayor orgullo.

Rivera Nieves siente que con sus hijas "empaté la cosa" porque se desempeñan en las dos profesiones cercanas a su corazón, el periodismo y el Derecho. "Cualquier asunto que yo tenga, ellas están ahí conmigo", expresó orgulloso, al tiempo que aceptó que cometió errores en la crianza de ambas por las separaciones que vivió de sus respectivas madres. "Pude haber hecho más en ambos casos... errores que no debí haber cometido", y que provocó que se perdiera algunos aspectos en la crianza de ambas. Pero hoy están superados y "me siento realizado (como padre) por así decirlo".

Jorge Rivera Nieves.
Foto: Juan R. Costa / NotiCel

A sus poco más de 28 años de edad, ya está pensando en el retiro. Y dice 28 porque cuenta los años al revés. Ahora tiene 71 y le gustaría vivir hasta los 100.

"Me estoy preparando para la jubilación y hay que hacerlo ordenadamente... igual que el avión, que va bajando poco a poco", anticipa, aunque promete que no se va a desaparecer, sino que va a cambiar su incidencia en la discusión pública para hacerlo de otra manera, con otro tipo de proyecto.

Y, claro, no pretende retirarse de la bohemia.

Periodista y abogado con 25 años de experiencia. Cofundador, o miembro de los equipos fundadores, de NotiCel, el Centro de Periodismo Investigativo, Red 96, Primera Hora y El Nuevo Día Interactivo.