El pasado 5 de octubre, la vida de Myrna Rivera cambió drásticamente, cuando en medio de una actividad familiar en Barranquitas se enteró de que su único hijo, Eric Rosado Rivera, quien hoy tiene 22 años, había sido otra víctima de un intento de carjacking en Toa Alta.

Rivera narró a NotiCel que su hijo salió de la casa y fue a visitar a unas amistades en otra calle dentro de la urbanización donde viven. Mientras el muchachoestaba allí, el papá de su amigo le dijo que tuviera cuidado, porque había pasado ya varias veces un carro mirando mucho su guagua Nissan Pathfinder. Su hijo le dijo al vecino que ya él se iba.

Al rato de que se montó al vehículo, un carro se le paró al lado y un individuo le indicó 'bájate del carro, bájate'.

La reacción de Rosado Rivera fue tratar de dar reversa.

'Él se volteó y por eso todos los tiros los cogió en el brazo y en el costado', contó la mujer. Los individuos lograron huir luego de hacerle múltiples disparos, y al sol de hoy no han sido identificados.

'Uno de ellos, como que por coraje, por la actitud que él tomó de escapar, fue el que tiró, porque eran tres… Le llegaron a alcanzar cuatro tiros que le afectaron el riñón; le afectaron la mano, el tiene ahora mismo una prótesis en la mano; el húmero y el pulmón', sostuvo.

Rosado Rivera estuvo un mes y medio en el área de intensivo de Centro Médico.

La mujer indicó que fue un vecino el que le dio los primeros auxilios a Rosado Rivera y le hizo un torniquete con una toalla. Otro vecino al ver que no llegaba la ambulancia lo montó en su carro y lo llevó al Hospital Hermanos Meléndez en Bayamón.

'Cuando me llamaron para decírmelo eran las seis y algo de la tarde, estaban mis hermanas conmigo, gracias a Dios, y me sentí morir. Fue bien difícil', manifestó compungida.

'Iba hablando con el doctor en el trayecto desde Barranquitas y él me decía 'tiene vida y va a salvarse', pero eso no te lo garantiza nadie. Era una situación bien difícil. Y si difícil fue la situación que yo viví de perder a mi hijo, más difícil fue llegar a Centro Médico y la atendencia en esa Sala de Emergencia. Yo sé que son mucha gente, que son muchos baleados, pero el personal es tan inhumano en todos los sentidos', añadió.

Myrna Rivera cuenta los momentos vividos durante el ataque a su hijo. (Vídeo: Josian Bruno/NotiCel)

'Yo no dormía. Yo pasé allí cuatro noches sin saber lo que era cerrar los ojos, porque yo no me sentía allí segura, y esa es la sala de emergencia de nuestro Centro Médico', sentenció.

Rivera aseguró que jamás pensó que iba a ser víctima de la alta incidencia criminal que arropa a Puerto Rico.

'Yo nunca me imaginé en ese plano, porque cuando tú tienes un hijo con problemas, tú estás sujeta a que tú vas a recibir cualquier cosa, a que tú vas a recibir una noticia en cualquier momento. Cuando tú tienes un hijo que está en la universidad, que trabaja, que no sale en las noches, que solo sale los fines de semana, que tiene un control de salida y de llegada… y venir a pasarte esto a ti, eso es caerse el mundo. Y si a mí se me cayó el mundo, peor fue a su papá', planteó.

Rosado Rivera prefiere no hablar del incidente. Al punto que no quiso más la guagua en su casa.

'Mi esposo la llevó a un taller para que la arreglaran, para quitarle los malos recuerdos. Cuando la guagua llegó a mi casa él nos mira y nos dijo 'eso tiene que llegar aquí? Yo no puedo verla''.

Rivera reiteró que ha sido bien difícil borrar este incidente de sus mentes. De hecho, puntualizó que su esposo sufrió una depresión severa por el asunto y padece de claustrofobia cuando está solo en la casa, 'porque él la sensación que tiene es que suena el teléfono y le dan la noticia'.

'Cuando te tocan la fibra, que es tu hijo, que es lo más que tu amas, y tu sentirte inútil, impotente… Es una cosa bien difícil, yo no se lo deseo a nadie. Yo sé que es algo que nunca se va a borrar de nuestras vidas', añadió.

Lo único positivo que destaca del incidente es que ahora aprecian más la vida y su hijo valora más la familia.

De otra parte, lamentó la insensibilidad que a su entender impera mayormente en las personas adultas, y cuestionó qué ejemplo le dan a la juventud.

'La juventud se está matando entre ellos mismos, el problema de la adicción a drogas es bien grande', observó sobre el problema de la criminalidad en la Isla y opinó que se debe reforzar la educación de modo que el sistema sea más riguroso y exigente con los estudiantes.

'Cuando a tí te enseñan unos principios, eso nunca se olvida', opinó.

Al mismo tiempo, que indicó que los padres deben tener un rol más activo en la formación de sus hijos.

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