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Sube el consumo de alcohol en tiempos del coronavirus

Ocurre en Puerto Rico y Estados Unidos.

En casa de Maritza Lozada hay más botellas de vino que de costumbre y cajas de cerveza que antes no tenía. Ella no tendrá ninguna tertulia en su casa. Sabe que, en tiempos de coronavirus, eso es contra la ley.

Pero su nuevo mini almacén de licores es, precisamente, a causa del Covid-19.

“Desde que anunciaron el ‘lockdown’, cuando hice la compra primera, calculé más o menos cuánto vino bebía por el mes, pero terminé comprando de más, por si acaso. Y me traje las cervezas porque, cuando no quiera cocinar, le digo a mi esposo que tire unos ‘hamburgers’ y ponemos unas cervezas a enfriar en la nevera”, relató a NotiCel. “Es que si no es así, uno se vuelve loco”.

Lea también: COVID-19: La nueva cotidianidad de los puertorriqueños

Como en el resto del mundo, la llegada del coronavirus a la Isla ha trastocado la cotidianidad isleña en todos los sentidos. Desde el pasado 16 de marzo, cuando la gobernadora Wanda Vázquez impuso el toque de queda en Puerto Rico, los niños hacen ‘homeschooling’ y los trabajadores ‘no esenciales’ laboran desde espacios de oficina habilitados en sus salas. Los servicios en línea han cobrado más auge y la estadía en casa ha provocado algo de ansiedad que, en algunos casos, es manejada con una copa de vino, cerveza o un trago.

En Puerto Rico, la compra de bebidas alcohólicas ha reflejado un incremento como resultado de la cuarentena, a pesar de que grandes compañías de producción de alcohol, como la Destilaría Serrallés, han detenido labores comerciales para enfrascarse en la producción de alcohol gratuito para hospitales y apoyarlos en su batalla contra la virulenta enfermedad.

“Las ventas de Don Q, así como de la cartera de espíritus destilados y vinos distribuidos por Destilería Serrallés reflejaron un movimiento normal en cadenas, supermercados y tiendas especializadas previo a la orden gubernamental de aislamiento social para prevenir la propagación del COVID-19. El consumo en el hogar sí ha reflejado un incremento como resultado de la cuarentena, y previo a esto, los consumidores hicieron compras de licores para sus hogares”, destacó Orlando Jeannot, vicepresidente de Ventas de Destilería Serrallés.

La Cava de Serrallés, tienda especializada de venta de licores, vinos y espumosos tiene el servicio de órdenes por teléfono, el cual permite a los consumidores recoger su mercancía en el estacionamiento de La Cava, en Guaynabo.

Los puertorriqueños no son los únicos que están empinando el codo. La venta de bebidas alcohólicas aumentó un 55 por ciento en Estados Unidos, según un estudio de mercadeo de Nielsen, citado por Market Watch. El análisis, que midió las ventas hasta el 21 de marzo, también descubrió que la compra de bebidas espirituosas online se han disparado en un 243 por ciento durante la pandemia.

El manejo del estrés

En el caso de Maritza, fanática de los vinos, su consumo no se ha visto alterado. Pero aceptó que su esposo está bebiendo más alcohol estos días.

“Me preocupa un poco porque él nunca ha sido muy de beber. Pero ahora, todos los días, saca sus cervezas y empieza a beber como desde las 3:00 de la tarde. Yo sé que hay mucho estrés, porque no sabemos qué pase con el trabajo, pero cuando esto termine tampoco quiero que él se quede con esa costumbre de seguir bebiendo. Yo nunca he tenido problemas con él de este tipo”, expuso Maritza.

Existe un vínculo entre el estrés y el alcohol. Hace dos años un estudio en Gran Bretaña encontró que casi el 60 por ciento de los adultos bebía alcohol para bregar con las ansiedades de la vida cotidiana.

“Es importante establecer que el alcoholismo o cualquier adicción a alguna sustancia se da como un proceso de canalizar una emoción negativa. Si me siento mal por algo, quiero desconectarme, y voy a usar esa sustancia, que en este caso es el alcohol. Es algo lógico pensar que, en medio de huracanes o emergencias, algunas personas consuman más para no pensar en esas consecuencias que trae la emergencia a largo plazo, como que me quedé sin trabajo, que cómo voy a pagar las deudas, qué va a pasar con nosotros… puede ser un mecanismo para desconectarse”, explicó a NotiCel el doctor Billy Santiago, sicólogo clínico con especialización en adicciones.

Detalló que, no solo con el alcohol, cualquier tipo de adicción se puede activar en medio de una emergencia. De hecho, en temporadas de huracanes y de cuarentenas como la actual, la ansiedad también puede verse canalizada a través de la comida.

“La gente puede aumentar el consumo de alcohol en estas emergencias ya sea porque tuvieran una adicción o porque cuando van Costco para prepararse para la cuarentena lo compraron para tenerlo en la casa. Y eso no tiene nada de malo. El problema está cuando no podemos mantener el control de cómo nos sentimos”, señaló el también profesor del Programa de Maestría de Trastornos Adictivos de la Universidad Central de Bayamón.

“Esto desarticula la estructura familiar, porque si tu pareja ve que lo que haces es beber y emborracharte, eso desarticula una familia que está en entorno encerrado y la probabilidad de violencia doméstica aumenta. De hecho, la mayor de los casos de violencia incluyen el consumo de alguna sustancia”, agregó.

Como parte de su práctica, la que mantiene en Carolina, el doctor Santiago atiende pacientes mayormente funcionales, pero que tienen adicciones muy diversas y que no necesariamente están relacionadas a lo químico. Es decir, también pueden tener adicción a la comida, el sexo, los videojuegos o todo lo que conlleve una conducta compulsiva.

“Si la gente no encuentra cómo canalizar la ansiedad, se buscara la vía para hacerlo. Y este no es momento para que tengamos un problema de este tipo porque la prioridad en los hospitales en este momento es atender los casos de coronavirus. Es muy importante que podamos canalizar nuestras emociones," indicó.

Consciente de las limitaciones impuestas por la cuarentena y el toque de queda, recomendó procurar actividades para paliar el estrés como salir al patio, pasear el perro, ejercicios de relajación y meditación para mantener pensamientos positivos en la cabeza.

“Esto no se trata solo del alcohol. Puede ser a las pastillas o cualquier otro tipo de sustancia. Lo importante es que podamos identificar cuándo es que estamos perdiendo el control y hagamos algo. Esto, como todo, va a pasar”, concluyó.

Periodista con más de 20 años de experiencia en temas de espectáculos, arte y cultura, tanto para el mundo de los impresos y como para el digital. Egresada de la Universidad de Puerto Rico, fanática de las novelas y de los cuentos de su hija.