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En manos de la ciudadanía evitar contagio de COVID-19, según el Gobierno

El Gobierno incumple con su propio protocolo.

(Archivo/NotiCel)
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Si bien expertos y las máximas autoridades salubristas a nivel mundial han subrayado la importancia de realizar más pruebas para detectar el coronavirus, o COVID-19, el tratamiento diligente mediante aislamiento en centros de recuperación u hospitales y el rastreo de contactos de la persona contagiada, en Puerto Rico el proceder es distinto.

La determinación del Gobierno de Puerto Rico consiste en delegar el aislamiento a que los propios pacientes lo efectúen en sus hogares, dependiendo del civismo y la consciencia social de los ciudadanos.

La razón detrás de esta postura coincide con la explicación detrás de por qué se ha incumplido con el plan elaborado para manejar esta emergencia y no se han rastreado con prontitud los pasos de quienes portan o posiblemente portan el virus: insuficiencia de pruebas disponibles.

“La persona que dé positivo tiene que quedarse en aislamiento en su casa. Se acude al civismo, a la consciencia social y a la responsabilidad de todos, porque todos tenemos que luchar contra esto. Esto no es responsabilidad de unos sí y otros no. Aquí todos tenemos que remar hacia el mismo punto, todos tenemos que trabajar juntos hacia el mismo camino, la misma ruta”, expresó el doctor Segundo Rodríguez Quilichini.

Rodríguez Quilichini es el rector del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico y es quien lidera el grupo de trabajo de profesionales de la salud, o “task force”, designado por la gobernadora Wanda Vázquez Garced para atender la pandemia del COVID-19 en la Isla.

Ese énfasis en la responsabilidad individual ha sido recalcado por Vázquez Garced y demás funcionarios públicos, al señalar que “este virus lo paramos unidos” y mediante las alertas diarias para recordar la efectividad del toque de queda implementado el 15 de marzo de nueve de la noche a cinco de la mañana.

El doctor fue enfático en que el aislamiento social era la mejor forma de combatir el coronavirus, ya que las pruebas no tienen el poder de evitar el contagio con otras personas.

Realizar las pruebas aún está limitado a aquellas personas que presenten los síntomas de tos, fiebre y dificultad respiratoria, que hayan viajado a alguno de los países con casos confirmados de COVID-19 y que reciban orden médica, pese a que hay casos asintomáticos y existe la posibilidad de contagio de persona a persona, o “community spread”.

“Los protocolos van cambiando. Eventualmente, eso es lo que queremos [hacerle pruebas a todo el mundo]. Tan pronto empiecen a llegar pruebas, le vamos a hacer pruebas a todo el mundo. Por ahora, como hay una escasez a nivel mundial pues tenemos que ser cautelosos y tener los protocolos, que van a cambiar; son algo dinámico que se mueve rápidamente”, añadió el doctor.

De acuerdo al Departamento de Salud, hasta el 25 de marzo se habían realizado 582 pruebas, de las cuales 51 arrojaron positivo. De ellas, en la mayoría (30) no se tenía información disponible relacionada a si eran casos sintomáticos o asintomáticos. En ninguna parte de las estadísticas de la agencia se especifica si el contagio se debió a un efecto de persona a persona o por otras vías.

La agencia comenzó la atención de la pandemia con 1,000 “kits” para realizar las pruebas, enviados por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Más de la mitad de esa cantidad se han utilizado.

Salud tiene a su cargo un tipo de seguimiento telefónico con los casos que se confirmaron como positivos, para entonces realizar un “trazo epidemiológico de esa persona y conocer con quiénes estuvo en contacto”, según había explicado la secretaria interina, Concepción Quiñones de Longo.

El rastreo de contactos es el proceso de identificar los individuos que pudieron estar en contacto con una persona contagiada y que pudieron haberse expuesto al COVID-19.

No obstante, el Plan de Preparación y Respuesta del COVID-19 de Salud dispone que ese rastreo debe comenzar desde que se sospecha que una persona tiene el virus, no cuando se confirma, y que en ese momento los individuos potencialmente expuestos deben asumir una cuarentena.

“Esto permite la identificación temprana de individuos contagiados, reduciendo el riesgo de exposición a las personas circundantes. Estas personas son monitoreadas de acuerdo con el periodo de incubación esperado de la enfermedad, para ver si ocurre la aparición de síntomas, a partir del último día que el individuo tuvo contacto con el paciente enfermo”, según el documento.

De presentarse los síntomas, el protocolo establece que la Oficina de Epidemiología e Investigación de Salud debe liderar un proceso de mantener aislada a la persona, diagnosticarla con las pruebas pertinentes, proveerle atención médica y entrevistarla nuevamente para determinar todos los contactos.

El plan indica que “el rastreo de contactos comienza lo más pronto posible, luego de que un individuo sea clasificado como paciente sospechoso. Es por ello, que el individuo debe ser entrevistado para determinar la lista de contactos a los cuales se les debe hacer una evaluación. Los contactos provistos serán divididos en: núcleos del hogar, contactos casuales o trabajadores de las facilidades de salud y serán evaluados por los equipos de investigación del Departamento de Salud. Estos equipos estarán bajo la supervisión de la Epidemiólogo del Estado”.

El documento tiene fecha de marzo y fue elaborado bajo la tutela de Rafael Rodríguez Mercado, exsecretario de Salud.

Las estadísticas de Salud no especifican cuántos de los casos positivos están hospitalizados ni abundan sobre los contactos de los hasta ahora 51 casos confirmados de COVID-19. En el caso del Hospital de Veteranos de Puerto Rico, 16 de sus 17 casos fueron enviados a sus hogares.

En un principio, Salud compartía si las personas que arrojaron positivo a la prueba tenían historial de viaje, pero a medida que incrementaron los casos, la divulgación de esos datos fue detenida. En paralelo, la insistencia desde el gobierno ha sido que en la Isla no se ha visto el contagio de persona a persona y que los casos registrados tenían historial de viaje.

Cuando el gobierno se enteró de la presencia de un contagiado —un médico panameño— en el Día Nacional de la Zalsa y en un bailable en el Hotel Sheraton de San Juan, la Gobernadora exhortó a que las personas que estuvieron en la cercanía se mantuvieran bajo observación. Empero, se trató de solo una exhortación.

Del bailable en el Sheraton no se comentó mucho, pero del Día Nacional de la Zalsa se supo que el evento agrupó entre 25,000 a 30,000 personas y se pidió que quienes se encontraban en filas específicas se mantuvieran en aislamiento en sus hogares por 14 días.

Periodista que cubre temas de gobierno, tribunales y política. También le interesan los deportes, las películas y la música. Es exalumna de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.