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Qué tan libre es la prensa?

En Blanco y Negro con Sandra

Si algo dejó claro el chat de Telegram en este verano de 2019 es la pregunta constante del pueblo de qué tan libre es la prensa en Puerto Rico?

La respuesta se tiene que analizar desde tres perspectivas importantes: 1) Lo que dijo el chat sobre la corrupción mediática y el comportamiento actual en los negocios de medios, 2) los gremios de periodistas, y 3) la prensa tradicional vs la periferia y la digital. Ahí se separa uno del otro.

El chat y las empresas

En ese chat se demostró cómo el gobierno controlaba los medios, incidía en cuál sería el enfoque de la opinión pública, dominado por las estrategias de KOI y demás 'brothers' de Ricardo Rosselló. Y ahora mismo, el patrón se repite con la figura de la gobernadora Wanda Vázquez.

Los medios tradicionales se pegaron al libreto farandulero de paz y tranquilidad. Como si cantaran 'cumbayá', o volvieran a los mantras de 'Unidos por Puerto Rico' o 'Puerto Rico se levanta' y no cuestionan nada, olvidando lo que ella era hace un mes.

Y no se trata de atacar a Vázquez, o de publicar cosas negativas, sino de cubrir la verdad. Porque mientras los medios corporativos quieren dormir a las audiencias, la Junta de Control Fiscal (JCF) asumió el poder. La jueza federal puso a los municipios en manos de la Junta, anuló toda ley que esté en contra de lo que digan los 7 miembros de la Junta y es obvio que ya no habrá bono de Navidad, bajarán las pensiones, vienen más cierres de escuelas y más presión a la Universidad de Puerto Rico.

El problema es que no aceptan que el 'establishment' mediático está degradado. Los medios en general, pero más que nada los que salen trastocados en el chat, tienen que tomar acción. Con emitir un comunicado de prensa, un escrito y después hacer una campaña de anuncios para negar lo que dijeron de ellos en el chat, no se gana la credibilidad perdida.

Una crisis de comunicación, que afecta la credibilidad de cualquier institución, requiere una respuesta seria y abarcadora para recuperar esa reputación perdida. En los Estados Unidos otros medios que han sido objeto de cuestionamientos a su credibilidad han buscado entidades independientes para ayudar a enmendar errores. Aquí no.

Un ejemplo fue cuando se supo del patrón de mentiras y plagios cometidos por el periodista Jayson Blair de The New York Times en el 2003. El periódico reparó su credibilidad porque la gerencia actuó rápido, abrió espacios para permitir ser evaluados por universidades y aceptaron la crítica constructiva. El resultado? Todavía es un periódico de récord en los Estados Unidos.

La revista Rolling Stone, en cambio, se tardó en reaccionar en el 2014 por un artículo sobre una supuesta violación en ganga en la fraternidad Phi Kappa Psi de la Universidad de Virginia. Rápido salieron las falsedades, pero la revista se tardó en retractarse, y terminaron pagando millones en una demanda. En el 2015 la revista fue vendida a un empresario asiático.

Qué han hecho aquí los medios que salen en el chat? Nada. Dónde están las universidades analizando? Se ha creado alguna una comisión investigativa a nivel académico o ciudadano? No, que se sepa.

Gremios de prensa

Pero una cosa es el negocio de la prensa y los empresarios mediáticos, y otra cosa son los periodistas. Lo que me trae a los reporteros y a sus gremios. Anoche fue la premiación del Overseas Press Club (OPC), entidad que conmemora su 50 aniversario. Como todos los años, se hizo una gala costeada por auspiciadores, que premian la excelencia en el ejercicio reporteril, y buscan asociarse a la credibilidad de los periodistas. Hace unas semanas hubo una actividad parecida en la Semana de la Prensa por la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (ASPPRO).

Presidí el OPC en los años 1999 y 2000, por eso apoyo, defiendo y entiendo la necesidad de que los mismos periodistas resalten la labor de los que compiten por premios. Pero desde entonces hasta ahora, cuestiono la pertinencia de este tipo de galas y el mensaje que envían los gremios. No se puede permitir un mensaje de que los auspiciadores controlan la libertad de prensa, porque no es así. Controlarán a ciertas empresas y a ciertos periodistas, pero no deben intentarlo con los gremios.

Los gremios tienen que ser más activos porque los periodistas están en crisis económica y el periodismo enfrenta una crisis de credibilidad. Hay toda una generación de reporteros mayores que viven en la pobreza y que están como el pueblo, decidiendo si compran comida o medicamentos. Ahí están muchos de los que fueron desplazados de medios que cerraron o vendieron como pasó con The San Juan Star, El Vocero, El Mundo y Las Noticias, entre otros. También hay una generación intermedia que dejaron en la calle por la crisis de los años 2005-2015, y otros, que sacaron después de laborar largas horas en la cobertura del huracán María. Cómo una gala de premios los apoya?

Los obreros del periodismo y de la prensa están mal como lo está el país. El gobierno de Rosselló entendía esa realidad y la usó a su favor. Por eso crearon todo entorno de manipulación, y como denunciaron periodistas como Cynthia López Cabán y Lymaris Suárez, entre otros, estrangularon a las empresas mediáticas para apoderarse de la libertad de prensa. Eso lo demostró el chat.

Por eso hay que replantear las prioridades. Quizás es momento de ser más combativos y directos, menos políticamente correctos. Quizás es hora de dejar un solo gremio en vez de seguir divididos, que es el problema de otros sectores en la sociedad puertorriqueña. En el sector privado hay decenas de asociaciones, que cada una hala para su lado, y al final, no tienen fuerza en conjunto. Por eso no son contrapeso ante la corrupción en el gobierno. Eso fue lo que expresó el pueblo que salió a las calles y sacó a Rosselló del poder.

Medios en la periferia

Lo que también plantea las diferencias en los medios, como señaló el editorial de Noticel esta semana, hay que tener 'ojo avizor'. El pueblo corroboró la corrupción y supo del chat por la prensa digital, la regional y la de las periferias. No fue por los periódicos y los medios corporativos tradicionales que se vendieron, no hicieron las preguntas, y ahora buscan lavarle la cara a la actual incumbente con el lema de 'la paz' o estar en 'luna de miel'. De eso es que se trata.

Aquí el asunto es la credibilidad. Las audiencias dejan de leer periódicos o consumir medios cuando no les creen. Cuando la prensa pasa de ser informativa a ser un show en el que quieren que todo lo que salga sea lo bonito, sin fiscalizar lo que nos trajo hasta aquí, lamentablemente se pierde la libertad de prensa.

Qué tan libre es la prensa? Es tan libre como lo que publica sin temores o lo que oculta y maquilla al público. Si algo quedó claro en este verano de 2019 es que la gente sabe la diferencia.

*La autora es relacionista profesional y mantiene el blog En Blanco y Negro con Sandra.

Sandra Rodríguez Cotto (Juan R. Costa | Archivo NotiCel)
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