A Carlos Yournet y sus compañeros en el duodecimo grado de la escuela vocación Miguel Such en Rio Piedras, el prolongado cierre de ese plante ha puesto trabas para poder repasar el material necesario para tomar las pruebas de admisión universitaria del College Board.

'Yo tengo que ser autodidacta. Tengo que estudiar por mi mismo, tuve que sacar de mi bolsillo un dineral para poder coger unos repasos del 'college' porque si no me quedo atrás y estoy cogiendo los libros de decimo, los libros de noveno y volviendolos a hacer para no quedarme atrás ', reveló Yournet acompañado de 'seniors' de la Miguel Such que corren la misma suerte.

'Necesito que la escuela abra', sentenció el estudiante, quien aspira a estudiar Ingeniería Mecánica en el Recinto Universitario de Mayagüez, para luego especializarse en nanorobótica en el Massachussets Institute of Technology (MIT).

Para el resto de los estudiantes, el hecho de que la escuela aún no haya abierto los ha puesto en ansias, deseosos de regresar a la normalidad que les puede brindar la reapertura del plantel. Sus padres comparten el mismo sentimiento, con la preocupación agregada de que ellos sí pueden regresar a su normalidad de ir al trabajo.

'Si el gobierno a mi me exige ser responsable y darle a mi hija una educación, alimento y techo, ellos me están privando de darle educación a mi hija. O sea que para el gobierno yo soy una mala madre, pero ellos no me dan las herramientas', argumentó Elba Sergio, madre de una estudiante quien trabaja en una oficina medica en la zona.

'Yo entiendo que ellos deben tomar acción porque aquí estamos papás responsables, perdiendo horas de trabajo velando porque se cumplan por los derechos constitucionales de mi hija que es una estudiante de educación especial', agregó.

Lo cierto es que desde la víspera del paso cercano del huracán Irma - el 5 de septiembre - la escuela no ha reestablecido clases. María azotó la Miguel Such aún más fuerte y no fue hasta seis días despues - el 26 de septiembre - que un grupo de maestros y padres llegó para limpiar escombros y evaluar los daños.

El Departamento de Educación (DE) finalmente llegó a inspeccionar la escuela el 20 de octubre, según un informe de evaluación con código 62398. Según el documento, hubo daños en todos los hangares donde ubican los salones de clases, hay agua, pero no luz y hay acceso seguro a los edificios.

Del informe de evaluación se desprende que, de los 10 edificios, tres fueron inspeccionados y clasificados como 'verde', cuatro fueron clasificados como 'amarillo' para uso restringido y dos se clasificaron como 'rojo' como inseguros. De esta evaluación surgió una propuesta desde la comunidad escolar para implantar un horario 'interlocking'.

'Aquí hay unos hangares que, si hay una limpieza buena dentro estos, el 'interlocking' que ellos proponen para otras escuelas se puede traer aquí. Noveno y grado diez por la mañana, once y doce por la tarde. Se pueden habilitar dos hangares más un edificio en cemento y hacer 'interlocking' aquí en lo que se cierra la escuela y restringir las áreas en lo que están bajo construcción', expuso la María Torres, maestra de la escuela y madre de una estudiante que estudia allí.

No obstante, los reclamos de la comunidad escolar han caído en oídos sordos en el DE, que aún no ha ordenado la reconstrucción de las áreas damnificadas, ni la limpieza de los salones, ni el traslado del estudiantado a otra escuela. Ante este panorama, para los estudiantes, padres y maestros resulta justa y necesario protestar y manifestarse, tal como lo hicieron en la mañana del lunes, frente a la escuela.

'Ellos no les ha importado. Ellos cerraron, es un hermetismo, es un silencio, uno les pregunta y no saben nada. Dijeron que iban a reconstruir y que nos iban a mover a otras escuelas. Aquí de verdad ha sido un proceso bien triste, bien triste. A mi me ha afectado', expresó Torres.

Entretanto, los estudiantes de la Miguel Such siguen abandonando la escuela, con cifras que rondan entre los 20-30 estudiantes yendose cada semana, hasta 400 que se han ido a otras escuelas. La escuela tiene una matrícula de 1,200 estudiantes.

La directora de la escuela, Irizel Santana, no estuvo en la protesta. Según maestros, ella participó en el proceso para llegar a soluciones para que los estudiantes puedan volver a tener clases, sin embargo, se ha allanado a la determinación del DE de no reabrir el plantel, porque la infraestructura no es segura.

Carlos y sus compañeros están conscientes que el proceso de reconstrucción de la escuela será largo, y que reubicar a todos los estudiantes será una tarea 'sumamente complicada', sin embargo, insiste que debe haber un plan ya, para poder hacer los movimientos necesarios. Más aún, para que no se afecte su educación y su futuro.

'Pero sacárselo de la manga, ah vamos a construir, vamos a traer 'diggers' y vamos a empezar a romper. No se puede hacer eso. Aquí hay que tener planes y no pueden hacer las cosas verbales así y dejarnos a nosotros esperando, porque tambien nos tienen esperando y ahora mismo no sabemos ni cuándo vamos a coger el 'college' porque no tenemos escuela en donde poder cogerlo', manifestó Carlos, mientras decenas de estudiantes marchaban en un círculo frente los portones de la Miguel Such.