Log In


Reset Password
SAN JUAN WEATHER
Opiniones

Un Senado homofóbico

Columna del abogado Alberto J. Valentín.

El pasado jueves 11 senadores decidieron darle la espalda a la niñez y a los derechos humanos en Puerto Rico. Una nueva mayoría senatorial demostró ser débil y estar del lado incorrecto de la historia, nuevamente. Y es que cuando comparas la discusión del cuatrienio pasado en torno a la prohibición de las terapias de conversión, cuando el Partido Nuevo Progresista (PNP) era mayoría parlamentaria, no es muy distinta a la que tuvimos esta semana siendo el Partido Popular Democrático (PPD) la nueva mayoría. Dos proyectos legislativos distintos y dos partidos distintos, pero un mismo resultado.

La inacción premeditada del presidente del Senado, José Luis Dalmau, al no presentarse a la votación del informe legislativo del PS184 fue el voto decisivo que dio paso a que hoy en Puerto Rico un menor de edad pueda ser llevado a un doctor para que su orientación sexual o identidad de género puedan ser “curadas”.

Hoy por hoy, gracias a estos senadores cualquier profesional de la salud mental puede libremente cobrarle a un padre por “curar” a su hijo de la homosexualidad o de una expresión de género que no vaya acorde a los estándares sociales de “normalidad”

Decenas de historias de jóvenes LGBT fueron expuestas ante estos senadores, además de evidencia científica y testimonios de que estás terapias son sinónimo de secuelas permanentes de depresión e intentos suicidas. Más sin embargo estos 11 senadores le dieron la espalda a estos hechos y decidieron postergar el odio y la intolerancia hacia la comunidad LGBTQIA en Puerto Rico.

Los índices de suicidio y depresión entre jóvenes LGBTQIA son alarmantes, y son los más altos en todo Estados Unidos. Estos índices son consecuencia directa de la intolerancia, el discrimen y la falta de validación que nuestra sociedad sigue perpetuando. Padres que siguen creyendo que un menor de edad puede ser curado de su orientación sexual o identidad de género, a pesar de que toda la comunidad científica internacional ha demostrado en infinidad de veces lo contrario.

Hoy nuevamente gana el odio. Hoy nuevamente Puerto Rico demuestra porque es la jurisdicción número uno en crímenes de odio en todo Estados Unidos. Hoy nuevamente estos 11 senadores dan cátedra de porque es que de género siguen ocupando los titulares locales. Hoy estos senadores son ejemplo de la ignorancia y la falta de competencia cultural y perspectiva que aún impera en nuestra sociedad.

Hoy estos senadores son y serán responsables de la depresión y el estigma que nuestra comunidad LGBTTQIA seguirá sufriendo. Hoy estos senadores son responsables de que Puerto Rico siga perpetuando la intolerancia y la falta de amor al prójimo. Damos un paso hacia atrás como sociedad, demostrando nuevamente que somos incapaces de tolerar aquellos que son distintos y que no cumplen con nuestros estándares de normalidad.

Cuánto nos hace falta crecer como Pueblo, cuánto nos hace falta abrir nuestro corazón a la empatía y al respeto.

Ni las lágrimas de Gustavo, ni Elvin o de Caleb, que presentaron sus testimonios ante el Senado de Puerto Rico fueron suficientes para conmover los corazones de estos senadores. Ni siquiera Santo Tomás cuando puso sus dedos en las heridas de Jesús tuvo tan poca compasión como tuvieron estos senadores al mirar la cruda realidad a los ojos.

Los abrazos hipócritas y los “cuentas conmigo” trillados de estos senadores hacen aún más difícil y amargo este trago. Hacen mucho más duro comprender como estos 11 senadores le dieron la espalda a nuestros niños. ¿Cómo se tiene el corazón tan duro y tan poco compasivo para votar por un proyecto como éste? Hoy estos 11 senadores son responsables de la sangre demarrada que vendrá por los crímenes de odio. Hoy estos 11 senadores le dan carta blanca a facultativos médicos para que sigan indoctrinando su intolerancia hacia la comunidad LGBTQIA.

Hoy gana la homofobia en el Senado de Puerto Rico, pero más triste aún, hoy gana la homofobia en Puerto Rico. Cuan grande le quedan los zapatos al presidente del Senado, José Luis Dalmau, que un día fueron ocupados por el expresidente Eduardo Bhatia.

Pero seguiremos luchando, esto es una sola batalla perdida. Una batalla entre muchas que ya hemos ganado y seguiremos ganando.

El autor es abogado y director ejecutivo Consejo Asesor LGBTT+